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—Necesito una computadora portátil para esta misión y ¡no voy a levantarme para encontrarla! ¡Tendrás que traérmela! —murmuró ella perezosamente, mirando a Huo Shen con una expresión clara de que no se levantaría, ¡él simplemente tenía que encontrar dónde estaba y traérsela! Estaba demasiado exhausta para levantarse e incluso parpadear era una tarea.
—Hay un cajón debajo de esa mesa de café y dentro está una computadora portátil con su cable y hay un enchufe en el otro lado escondido bajo la mesa de café, creo que tus manos pueden alcanzarlo y no necesito levantarme... —murmuró Huo Shen roncamente recostándose en su asiento, mirándola con labios pucheros y sonriendo. Sabía lo que ella estaba tratando de hacer, y le dio una dosis completa.
—Está bien... —gruñó ella, abriendo el cajón y sacó la computadora portátil, pensó que lo mandaría, pero no, su padre la ayudó a enchufarla en el enchufe del otro lado de la mesa de café antes de que la encendiera.