Había bajado corriendo la colina cuando oyeron una enorme explosión que sacudió todo el suelo, gran parte del paisaje se había hundido y toda la mansión estaba en llamas después de ser volada en pedazos...
—¡Conducir más lejos! —El jefe de los guardias les instruyó al ver que esos pedazos de la mansión habían golpeado sus Jeeps, los espejos laterales y el parabrisas delantero... Parecía que la magnitud del daño era extensa.
—Wei Wei... —Feng Jiu estiró su mano aunque no podía verla, y solo las pesadas gotas de lluvia golpeaban su mano devolviéndolo a la realidad de que no veía a su hija salir victoriosa de ese lugar.
—¡No podemos dejarla atrás!
—¡No puedo dejarla... Déjame ir!
—¡He dicho que me suelten! —Se retorcía luchando por salir pero los guardias no aflojaron su agarre.
—¡Sus ojos se inundaron sin parar sintiéndose impotente! ¿Cómo podía ver perecer a su hija mientras él estaba allí a salvo? ¡Podría haber hecho algo para rescatarla!
