—¡Nada! —Se retractó al darse cuenta de que estaba reaccionando demasiado a la situación y podrían terminar dudando de sus motivos para visitar el Centro de Prisión. Necesitaba calmarse.
—¡Su Qing, te ves tan pálida! ¿Deberíamos pasar por el hospital para que te examinen? —Huo Yan, que también había notado algo extraño en Su Qing y su comportamiento, preguntó curioso al verla lucir tan mal.
—¡Aaah! Estoy bien... ¡No hace falta! Oh, por cierto, ¿sabes con quién se va a comprometer tu tío? ¿Los miembros de la familia tampoco la conocen? —Preguntó nerviosa mientras apretaba sus pequeñas manos con fuerza, esperando que no fuera la persona que acababa de ver. De ninguna manera iba a dejar que Su Wei Wei le hiciera sombra.