—Es hora... —Se levantaron y se dirigieron hacia el pase de embarque, pasaron el control y abordaron su avión de regreso al país. Podrían controlar la situación una vez que regresaran.
—¿No deberíamos haber notificado al anciano o a Huo Shen que estamos volviendo a la mansión para que él enviara su helicóptero a recogernos? —preguntó Huo Ting mientras abrochaba su cinturón de seguridad y apagaba sus teléfonos.
—No vayamos a la mansión hasta que conozcamos la situación actual, nos quedaremos en el hotel del aeropuerto y luego decidiremos... Si Huo Shen supiera que él estaba involucrado en el envenenamiento, no tendría paz ni un minuto estando allí.
—Está bien... —Huo Ting lo entendió y tomó un libro, era una buena forma de pasar el tiempo.
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