Su estado de ánimo se tornaba irritable a medida que pasaban los días, y no lograba entender las dificultades que enfrentaba su hija ya que ella no se abría.
—Madre, estoy bien y en este momento estoy haciendo mi tarea en la que necesito concentrarme y terminar, ¿puedes por favor no molestarme? —la miró fijamente antes de soplar y evitar la mirada de su madre.
—Shi Shi... —Zhou Zan extendió su mano para sostener la mano de su hija pero Huo Shi las movió hacia atrás evitando la mano de su madre.
—Madre, ¿qué te pasa? Pensé que estabas ocupada en el jardín, puedes volver y ocuparte de tus verduras... —quería cerrar la puerta de su dormitorio y volver adentro, pero escuchó pasos resonando por el pasillo acercándose a la puerta de su dormitorio.