El pensamiento le carcomía, pero no tenía forma de confirmarlo, al menos no todavía.
Estaba dividido entre querer confrontarla y correr a su lado para protegerla.
Sus instintos gritaban que algo no estaba bien, pero no podía simplemente irrumpir y exigir respuestas. No todavía.
Lin Hao se armó de valor y decidió regresar a su cuerpo. Necesitaba abordar esto con cuidado.
Confrontar directamente a Su Jiyai podría alejarla, especialmente si tenía sus razones para esconder la verdad.
Esperaría hasta su próximo encuentro para hacer preguntas sutiles, buscar más información y asegurarse de que no estuviera bajo amenaza.
Mientras regresaba a su forma física, Lin Hao murmuraba:
—Quizás tiene miedo de Lin Hao, pero le dirá todo a Qin Feng, ¿verdad?
Con este pensamiento, Lin Hao escribió una carta al Jefe Su y se la pasó a Yuan Xin antes de volver al cuarto.