—Solo pensé que podrías tener hambre, así que vayamos a comer —dijo Amy tranquilamente, pero su corazón decía otra cosa.
Su corazón latía fuerte y su rostro se volvió rojo. Mirar la sonrisa diabólica de Henry le hizo recordar lo que pasó anoche y lo que sintió esta mañana.
Se despertó tarde y le costaba caminar después. Mañana será su primer día trabajando a tiempo completo para Belloría y no quiere llegar tarde en su primer día.
Sabe que si se rinde ante Henry ahora, o no podrán volver a casa esta noche o quizás no pueda caminar mañana en absoluto. Sabe que él definitivamente no se conformará con solo una ronda.
Todavía está adolorida por el asalto de Henry anoche y lo último que quiere es despertarse con ojeras por haber estado f*llando hasta la mañana.
—Sí, tengo hambre, así que déjame comer… a ti —los ojos de Amy se agrandaron como si no esperara que él dijera algo así.
—D-Deberíamos ir primero a casa y cenar —dijo ella.