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Mu Shaoyan soltó una carcajada —Mi hermana siempre ha sido coherente consigo misma. Ha sido una persona muy vengativa desde que éramos niños. Si la ofendías, no decía nada y esperaba su momento solo para lastimarte más tarde de la manera más dolorosa. Solíamos llamarla lobo como si fuera algún tipo de coco en la oscuridad —hizo una pausa para fumar de nuevo y luego dijo—. Ye Chenzen está en un hospicio en algún lugar de la capital, no sé dónde. Su tío se hizo cargo de su fábrica de azúcar pero está fallando. Creo que están a punto de cerrar. De todos modos, si quieres encontrar a mi hermana, haz una visita al hospicio. Estoy segura de que esa bruja vengativa va allí de vez en cuando para burlarse de él. Aquí, no encontrarás nada. Ahora, págale a mi dinero.
Chi Lian guardaba alrededor de quinientos mil en efectivo en su almacén. Pretendió sacar un fajo de dinero de su bolso y se lo puso en la mano a Mu Shaoyan.
