—Entonces, ¿dónde está ella o él? —preguntó Jun Muyang a Chi Lian en cuanto la vio. Tenía el cuello estirado y estaba buscando la aparición de alguien detrás de ella.
—¿De quién hablas?
—Tu rescate, siempre llegas a casa con ellos como si fueran cachorros abandonados que necesitan refugio —dijo con la cabeza sacudiéndose en confusión. Aparentemente no entendía su necesidad de salvar y traer a esas personas a casa con ella.
La familia de Tang Siming vivía con los Chi en el manor lateral; Jian Yu vivía dentro de la mansión. Era lógico para él asumir que esta nueva persona estaría cerca.
Y justo a tiempo, antes de que ella pudiera defenderse, el gran chef vino corriendo hacia ellos con una bolsa de pollo frito.
—Salvador, olvidaste el pollo frito —gritó muy alto. La mujer no tenía una voz baja.
—Y ahí está —dijo Jun Muyang de manera caprichosa.
Chi Lian rodó los ojos y entró en la habitación del hospital. No tenía defensa en este caso.