Porque Mei-Mei estaba durmiendo y ella no tenía deseos de despertar a la joven, así que pidió a Muyang que la siguiera al baño donde podrían hablar en privado.
—¿Dónde están todos? —preguntó tan pronto él cerró la puerta.
Tu padre se fue a la cama temprano con dolor de cabeza, tu madre lo siguió y tus hermanos aún no han vuelto a casa.
—¿Y tu familia?
—Mis abuelos están acompañando a la reina madre y al gran emperador en nuestra casa.
Chi Lian apretó sus cejas, pensativa. «Gran emperador, gran emperador» repetía en su mente.
—El gran emperador es el emperador anterior. —Muyang le recordó como si hubiera leído su mente.
—Cierto. —dijo ella—. Espera, —dijo después de unos segundos de darse cuenta—, ¿Por qué están aquí los royals retirados?
¿No deberían estar en la ciudad capital? pensó.
—Vinieron a conocer a Mei-Mei y a pedirte un favor.