Como de costumbre, cuando les mostraba algo en internet, simplemente proyectaba la imagen para que todos la vieran.
Por lo que todos estaban viendo, no tenía sentido que una nueva página de un nuevo negocio tuviera ya ese número de seguidores.
—Miren, la mayoría están comentando sobre lo bien que se ve Meili —dijo Chi Zimo.
—Ah, ahora entiendo —dijo Chi Rui misteriosamente. Su mirada luego se desvió hacia Meili, quien estaba sentado derecho detrás del mostrador.
Chi Rui lo miró con gran interés y atracción, como un niño que acababa de darse cuenta de que había un dulce brillante colgando frente a sus ojos todo este tiempo.
Papá Chi notó la mirada y le preguntó a su esposa:
—¿Por qué lo está mirando así?
¿Podría ser que su hijo fuera...
Antes de que Papá Chi pudiera terminar su pensamiento escandaloso, Chi Rui abrió la boca y dijo algo más.
