Todos tenían un plato de algo cuando ella regresó al invernadero. Las criadas iban y venían entregando alimentos y bebidas apresuradamente.
—Hermana, te guardé un plato. —Chi Wei le hizo señas para que se acercara a su esquina del invernadero donde estaba sentado con los hermanos Jun. Muyang y Mei-Mei también estaban sentados allí.
Los mayores estaban sentados en otra esquina, con una mesa bien puesta a diferencia de los más jóvenes que llevaban sus platos en las manos. Sus bebidas estaban en el suelo y hablaban en voz alta y animadamente sobre algo.
—Chi-Chi, ven y siéntate con nosotros. —La madre de Muyang la llamó.
Ella negó con la cabeza y sonrió, —Madre, me sentaré con Muyang y Mei-Mei. —Rechazó la invitación.
—Está bien, ve; no deberías rondar tanto por nosotros los ancianos —dijo el Presidente Jun.