—Hu Dieshang cayó al suelo, retorciéndose y gimiendo como resultado de la corriente que atravesaba su cuerpo —Cerdito alejó de una patada el martillo que había caído de sus manos, lejos de ella. Miró a Chi Lian y se rió divertido—. Jefa —dijo—, no puedo creer que funcionó, realmente la atrapamos.
El corazón de Chi Lian todavía latía muy rápido; ella seguía sentada en el suelo y observando atentamente a Hu Dieshang. En su mente, pensó: «Se acabó, ahora puedo irme a casa».
—Anfitrión/a, la misión aún no ha terminado —le informó T4—. Todavía tienes que publicar y revelar al mundo lo que has descubierto.
Ella recordó que su teléfono estaba en el bolsillo trasero, cuando había caído al suelo durante la lucha fingida con Cerdito, había caído sobre él. Se preguntó si se habría roto como resultado directo de esa caída. Se inclinó hacia un lado y lo sacó del bolsillo, revisándolo primero en busca de daños.