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En su dormitorio, un incómodo silencio, tan pesado como un elefante, rodeaba a Muyang y a Chi Lian, quienes estaban sentados en la cama, pues ella no sabía por dónde empezar y él no tenía idea de qué decir. Ambos tenían un secreto, uno que les preocupaba podría cambiar el rumbo de su relación.
Conforme pasaban los segundos, el malestar crecía, alimentado por el miedo en el aire.
—Yo... —ambos comenzaron al mismo tiempo y se detuvieron para dejar que el otro continuara primero. Un nuevo silencio siguió al momento incómodo.
—Host, cuanto más tiempo pierdas andándote por las ramas, más tiempo añades a la búsqueda de tu hijo. Díselo, podría ayudarte. —atendiendo al consejo de T4, "Voy a empezar yo", dijo rápidamente Chi Lian.
Muyang asintió en acuerdo y la miró expectante pero algo preocupado.
Ella se levantó de la cama y comenzó a caminar nerviosamente por la habitación, abrazándose fuerte el cuerpo con sus brazos.