—Y la noche que murió... había encontrado algo... relacionado con tu hermano.
—¿Qué quieres decir con que había encontrado algo? ¿Qué tipo de información? —preguntó Serena inclinándose hacia adelante con una expresión intensa.
—Me llamó esa noche —comenzó Sam, su voz temblorosa—. Justo antes del accidente. Sabes cómo solía dejarte con nosotros a veces cuando las cosas se ponían... complicadas. Cuando llamó esa tarde, asumí que era para avisarme que vendría a recogerte. Esa era la rutina habitual.
—Pero esta vez, su tono era diferente —continuó, frunciendo el ceño como si reviviera el momento—, urgente, casi frenético. De inmediato supe que algo andaba mal. Le pregunté qué pasaba, pero no me dio mucho con qué seguir. Solo dijo que había encontrado algo —algo sobre su hijo. Su voz era tan... no sé, conmovida. Como si él mismo luchara por creerlo.