—Un regalo —respondió Sidney, su voz teñida de un tono juguetón mientras asentía hacia las cajas.
—La expresión de Serena se oscureció de inmediato. —El cesto de la basura está justo ahí. Siéntete libre de tirar todo ahí dentro. —Hizo un gesto de desdén, claramente desinteresada.
—Sidney sacudió la cabeza, aún sonriendo pero con un atisbo de exasperación. —Tsk, tsk. Eso no es exactamente cómo se trata un regalo, Rena. Vamos. Lo creas o no, vas a necesitar esto.
—Los ojos de Serena se estrecharon, claramente no impresionada. —El día en que realmente necesite un regalo tuyo, Sidney… —hizo una pausa, luego miró las cajas con desagrado.
—Esto es ropa para esta noche, Rena —La sonrisa de Sidney se amplió. —Hay una celebración esta noche y, querida mía, me acompañarás.
—En tus sueños —replicó Serena, cruzándose de brazos desafiante.
—No exactamente —dijo él, imperturbable. —En realidad, de hecho. Y Rena, —bajó un poco la voz, —sé que planeas despedir a Ava.