—¿Dónde está Serena?
La mesa entera quedó en silencio, todos los ojos se volvieron hacia Edwina Dawn mientras su pregunta quedaba suspendida en el aire. Confusión parpadeaba en sus rostros mientras intercambiaban miradas, inciertos de quién respondería primero.
—¿Por qué todos parecen tan desconcertados? —preguntó Edwina Dawn cuidadosamente—. Seguramente, saben quién es Serena. ¿O todos la han olvidado? ¿Ava?
Giró su aguda mirada hacia su nieta quien casi saltó de su asiento. —Serena tiene tu edad. Y me aseguré de colocarla en tu clase... Te dije específicamente que cuidaras de ella, que la ayudaras. Seguramente, ¿sabes dónde ha ido para ahora? Con tu naturaleza amigable, pensé que las dos seríais como uña y carne a estas alturas.