—¿Qué te tiene tan distraída hoy? —la voz de Aiden rompió el silencio, sobresaltando a Serena que casi saltó en su asiento, alejándose rápidamente de él que había ido a pararse detrás de ella. Se volvió y se recostó hacia atrás, su mirada encontrándose con la de él y luego apartándose. Aiden, que notó el movimiento, levantó una ceja—. ¿Qué pasa? Pareces como si hubieras visto un fantasma. ¿Te doy tanto miedo?
Serena sacudió la cabeza, intentando recomponerse. Todavía no podía dejar que él supiera acerca de Owen. Antes de que pudiera responder, Aiden se acercó como para besarla y ella rápidamente se deslizó de debajo de sus brazos y buscó sus agallas para comportarse lo más normal posible y le dio una sonrisa —¡Eres el más temible de todos! Estoy bastante segura de que incluso los fantasmas tienen miedo de ti.
Aiden sacudió la cabeza, sus ojos se estrecharon ligeramente mientras la miraba con una falsa sospecha —¿En serio?