Yuri era una profesional experimentada. En poco tiempo, había resuelto el problema dentro del Mar de Conciencia de Tuss. Al abrir los ojos, se encontró con el rostro dormido de Tuss.
Antes de dormirse, habían yacido uno al lado del otro. Ahora, él estaba girado hacia ella.
Una sonrisa tiró de los labios de Yuri. Siempre decían que los alfas eran particularmente pegajosos durante sus períodos de celo. Ya sea manteniendo a sus betas cerca mientras dormían o enfrentándolos: las historias no parecían falsas, al parecer.
—Adorable —pensó.
Tuss, en su sueño, no hizo ningún intento por suprimir sus feromonas. Un tenue aroma amaderado llenaba todo el vehículo, sin dejar ningún rincón intacto. Yuri se sintió rodeada por su aroma, como si él la abrazara.
No lo odiaba. Al contrario, lo encontraba reconfortante.
La temperatura de su cuerpo subió gradualmente hasta estabilizarse en poco más de 37 grados Celsius.
