Al ver a Yuri y Tuss correr sin miedo hacia las Scorpibees, Daleks y los demás se quedaron paralizados por el terror, olvidándose de huir. Se detuvieron en seco y giraron al unísono.
—¡Lancen la red! —gritó Tuss.
Con una mano en cada extremo de la red metálica, Yuri y Tuss la lanzaron hacia el enjambre de Scorpibees. Innumerables criaturas quedaron atrapadas instantáneamente bajo la malla. Casi al mismo tiempo, los dos chicos tiraron del cable con fuerza, y la red se cerró de golpe, atrapando a cientos, quizás miles de Scorpibees en su interior.
Sus acciones fueron rápidas, suaves y completamente impecables. Era como si la red tuviera mente propia, no se les escapó ni una sola Scorpibee.
Los otros se quedaron boquiabiertos.
—Me encargo de esto; no te acerques demasiado —advirtió Tuss a Yuri.
Sin objeciones, Yuri observó a Tuss ocupándose, preguntando:
—¿Estos son insectoides?