Día Uno…
—Estrategia de Misión Número 1: Acercarse al Diablo a través de un Encuentro Casual.
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Phantomflake estaba ahora de pie en el balcón del 13avo piso de una suite ejecutiva. No recordaba haber llegado a este lugar. Su mente todavía estaba confusa y no sabía qué había pasado después de que se desmayó.
—¿Qué demonios hago aquí? —se preguntó a sí misma, preguntándose cómo terminó en ese balcón, vestida solo con una bata de baño.
Estaba a punto de girarse y entrar a su habitación cuando sintió que alguien la empujaba fuerte desde atrás. Antes de que pudiera reaccionar, se encontró cayendo desde el balcón.
—¡Maldición! ¡Qué demonios! —Phantomflake maldecía por lo bajo. Intentó torcer su cuerpo para ver a la persona que la había empujado. Sus ojos se agrandaron al ver a una persona vestida de negro, de pie en el balcón mientras la veía caer.
Luego, la realización le llegó. Esto no era real ni un sueño. Era parte de la memoria de Abigail antes de que cayera desde el 13avo piso del Hotel Centerville.
—¡Ella no se suicidó! ¡Alguien intentó asesinarla!
Phantomflake cerró los ojos con fuerza, esperando el intenso impacto de la caída. Pero no llegó. No sintió nada.
Segundos después, sus párpados se abrieron, apartando la pesada nube de mareo. Parpadeó varias veces hasta que su visión se adaptó lo suficiente a la penumbra. Luchó por sentarse, aún con dolor de cabeza.
—¿Dónde estoy? —murmuró. Luego alcanzó la mesita de noche para encender la lámpara.
—¡Maestra, estás despierta! —Una criatura mágica alada voló hacia ella tan pronto como la luz iluminó los alrededores. Era Bam-Bam.
—¿Qué me pasó? ¡Urgh! —gimoteó, frotándose las sienes.
—Creo que tu cuerpo recién adquirido experimentó un choque repentino que te hizo perder la conciencia hace un momento. El doctor dijo que fue un ataque de pánico debido a un evento traumático. Pero no te preocupes, ahora estás bien.
Frunció el ceño en una mueca profunda. Luego sus ojos se agrandaron al recordar algo.
—¿Dónde es este lugar? ¿Qué pasó con la fiesta de cumpleaños? ¿Me la perdí? —se preocupó de que su misión hubiera fallado después de desmayarse. Se suponía que asistiría a la fiesta esta noche junto con Nathan y el pequeño Ethan.
—Te quedaste atrás. ¡Dormiste ocho horas! —Bam-Bam respondió de manera objetiva.
Se tiró del cabello con fuerza, culpándose por perder esa buena oportunidad. —¡Qué demonios! Me desmayé frente al Diablo.
Bam-Bam soltó una suave risita. —No seas tan dura contigo misma, Maestra. Todo está yendo según tu plan. Esto es para tu ventaja, ¿no es así? No tenías que mostrarte al público.
—¡Pero perdí mi oportunidad de pasar tiempo con ese Diablo! —lamentó.
—Te equivocas, Maestra. De hecho, estás aquí en la casa del Diablo!
—¿Eh?! ¿Esta es su casa?
—¡Sí! El joven maestro Ethan convenció a su padre de traerte aquí. Acaban de salir a la fiesta. Volverán más tarde.
Respiró aliviada después de escuchar eso. Al menos, podría quedarse en su casa por un momento. Bam-Bam tenía razón. Su preocupación se resolvió justo después de que se desmayó. Mostrar su rostro al público unas horas después de su supuesto suicidio la pondría en problemas.
Ahora, tenía que pensar en un plan sobre cómo convencer al Diablo para que la dejara quedarse en su casa. Necesitaba estar a su lado para enamorarlo y hacer que se enamorara de ella.
Sobresaltada con la revelación que acababa de descubrir, no podía evitar preguntarse por qué tenía que hacer todo esto.
—¡Bam-Bam! ¡Dime la verdad! ¿Qué eres? ¿Por qué estás haciendo esto conmigo? Honestamente, todavía no puedo creer que Nathan Sparks logró prolongar mi vida. ¡Me clavé un puñal envenenado en el corazón! ¿Cómo demonios sobreviví! No me digas que tú tienes algo que ver con esto? —extendió su mano, agarrando a la criatura por la pata—. ¡No la soltaría a menos que esta criatura le dijera todo!
Bam-Bam le sonrió tímidamente a Phantomflake. ¡La había atrapado!
—Soy una criatura mágica llamada guardián de almas. Tengo la capacidad de otorgar a un alma una segunda oportunidad. Justo esa noche te vi cuando Nathan vino a aniquilar tu gremio. Me cautivó tu audacia y valentía, así que no te dejé morir.
«También estaba aburrido en ese momento y quería divertirme... la interacción entre tú y ese chico se veía tan divertida. Haha.» Bam-Bam agregó a sus pensamientos. No se atrevió a decirlo en voz alta o de lo contrario, Phantomflake le golpearía.
Mientras tanto, Phantomflake lanzó una mirada aguda al esponjoso ser. Quería cortarlo en pedazos diminutos. Así que esta criatura era el culpable, ¡ayudando al Diablo a preservar su vida!
—¿Seguro que soy tu maestra, no el Diablo, él mismo? ¡Le estás haciendo un favor al hacerme seguir con vida! —lo reprendió.
Bam-Bam simplemente fingió inocencia, dándole una expresión adorable. —Por supuesto que no. Solo no quiero que vayas al infierno, así que te estoy dando una segunda oportunidad. Además, este Diablo también juró cazarte incluso en el infierno.
Phantomflake simplemente frunció los labios, soltando los pies de Bam-Bam. Todavía estaba molesta por la interferencia de esta criatura. Estaba tratando de cambiar su destino. No sabía si era algo bueno o no.
—Déjalo. Me ocuparé de ti cuando llegue el momento. Te arrastraré al infierno conmigo —lo amenazó, pero Bam-Bam simplemente se rió.
—¡Deja de reír! Hay algo más que quiero confirmar contigo.
—¿Qué es, Maestra?
—¿Por qué elegiste a Abigail Scarlett para ser mi nueva identidad? ¿Por qué ella? —Phantomflake entrecerró los ojos a esta astuta y astucia criatura mágica. Estaba sospechando de su motivo para permitirle usar el cuerpo de Abigail.
Bam-Bam rió torpemente. Su mirada parecía querer comérselo vivo si se atrevía a mentirle.
—Nada en particular. Justo ocurrió que ella estaba a punto de morir y tu alma encajaba perfectamente con su cuerpo. Además, ella quería morir, así que por qué no dejarte usar su cuerpo temporalmente y vivir como ella?
Phantomflake siseó después de escuchar su explicación —¡Ella no se suicidó! ¡Tonto! Alguien estaba tras su vida. ¡La asesinaron! ¿Qué pasa si alguien intenta matarme de nuevo después de que descubran que Abigail sigue viva? ¿Qué pasará con mi alma si muero como Abigail incluso antes de completar mi misión?
—Ejem… Maestra, la verdadera pregunta es qué pasará con tu cuerpo, no tu alma! —dijo Bam-Bam, rascándose la cara con su pata.
—¿Eh? ¿Qué quieres decir con eso? —le preguntó, confusión resurgiendo en sus ojos.
—Maestra… aunque estás usando el cuerpo de Abigail, tu alma todavía está vinculada a tu cuerpo original. Así que cualquier sentimiento o sensación que sientas, también lo experimentará tu cuerpo original. Por ejemplo, si alguien te apuñala, tu cuerpo original será el que sangre y reciba la misma herida.
Phantomflake: "..."
—En otras palabras, Maestra… tienes que proteger el cuerpo de Abigail como si fuera tu cuerpo real. Con eso, no debes dejar que otros lastimen o maten a ella. Hehe, no te preocupes Maestra. ¡Sé que puedes hacerlo! Eres Phantomflake, ¡la mejor asesina de todos los tiempos! ¡Atrapa al culpable y resuelve este caso!