Día Cuarenta y Dos...
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Cuando el Anciano Xu se marchó, Abigail y Nathan tuvieron la oportunidad de hablar sobre su relación actual. Abigail no iba a dejar pasar esta oportunidad mientras confrontaba a Nathan. No podía descifrar lo que pasaba por su mente. Hubo un tiempo que lo negaba, pero cuando se trataba de otras personas, él era abierto con ellos.
—Nate, ¿de qué va todo eso? —Abigail tiró de su manga.
—¿Qué? —Nathan simplemente la miró con una expresión inocente en sus ojos.
—Sobre tu padre. ¿Acabas de mentirle sobre nuestra relación? —Abigail frunció los labios.
—No. No lo hice —dijo Nathan despreocupadamente.
—Pero yo aún no soy tu novia —se quejó Abigail, cruzando sus brazos sobre su pecho.
—¿Quién ha dicho eso? —Nathan arqueó una ceja.
—¡Yo! —Abigail respondió prontamente.
Nathan soltó una risita suave.
