```
Lu Yizhou no tenía idea de si había estado mal de su parte elogiar a Oliver de esa manera. Como si un interruptor desconocido dentro de él se hubiera activado, desde ese día Oliver lo sorprendía y se arrodillaba ante él para hacerle sexo oral. Desde la torpeza inicial y los inocentes tropiezos, Oliver aprendió rápidamente el lugar donde a Lu Yizhou le gustaba más; dónde succionar, cómo lamer, cuándo apretar y cuánta fuerza debía ejercer. Lo clavó a la perfección hasta el punto de que Lu Yizhou casi no podía respirar. Mientras que Lu Yizhou... bueno, ¿quién era él para negarse? Cada vez que mostraba la más mínima señal de rechazo, Oliver lo miraba con esos grandes ojos llenos de lágrimas, preguntando temeroso
—¿Hice algo mal?
Y cada vez que lo hacía, las palabras morían en la garganta de Lu Yizhou. A veces sospechaba que Oliver sabía perfectamente que Lu Yizhou no podía rechazarlo si mostraba ese tipo de mirada y por eso lo usaba en su total ventaja.