El villano en este mundo era Oliver, un príncipe Omega del Reino de Alaze. Desde su nacimiento, mostró signos de salud frágil y a diferencia de sus medios hermanos que al menos tenían marcas de bestia prominentes, él solo tenía ojos ligeramente inusuales, que no se notaban a menos que uno lo mirara de cerca. También por eso fue considerado desfavorable. El Emperador vino a verlo solo una vez cuando acababa de nacer y sus hermanos se burlaban de él por parecer un humano a pesar de ser de la realeza.