—¡Bam!
El sordo golpe de un puño entrando en contacto con la carne retumbó en el aire, seguido por el escalofriante sonido de huesos rompiéndose. Todos los que lo escucharon no pudieron evitar hacer una mueca, les dolían los dientes como si ellos hubieran sido los golpeados.
Un silencio tenso reinaba pesadamente en la sala mientras el oponente de Lu Yizhou —el ganador de la última ronda— tambaleaba sobre sus pies. La sangre brotó como una fuente de su nariz rota. Sus ojos se revolvieron hacia atrás y cayó al suelo de espaldas con un chapoteo húmedo. Gritos sorprendidos y agudas inhalaciones resonaron después de la caída del hombre.
—¡Solo un puñetazo! ¡Esa mascota lo había golpeado una vez en la cara y ya había caído!
Esto... Esto… A pesar de que el hombre había estado exhausto por la ronda anterior, aún era el más fuerte que había derrotado a cuatro otros con sus puños desnudos. ¡Derribarlo en un solo movimiento... qué clase de fuerza monstruosa era esta?!