Lu Yizhou había despertado de golpe en cuanto la puerta se abrió y sintió una mirada desconocida posarse sobre él. Se tensó subconscientemente y sus sentidos se pusieron en alerta máxima, aunque por fuera parecía que seguía en un sueño profundo. Moshe seguía en el baño, pero esta persona podía entrar como si nada... Lu Yizhou exhaló lentamente cuando la suposición surgió en su mente. Debería ser Kaede, el hombre de confianza de Moshe.
Tuvo razón cuando se oyó la voz de Kaede saludando a Moshe.
Despacio, Lu Yizhou abrió los ojos hacia el techo tenue mientras la voz susurrante de Kaede y Moshe lo envolvía. Cerró los ojos nuevamente cuando se acercaron pasos seguidos por una ráfaga de champú cítrico y fresco y un contacto frío en su frente, seguido de lo que parecía ser un beso gentil.
—Shhh, está bien. Vuelve a dormir. —Hubo un pinchazo de dolor en su brazo mientras un líquido frío era inyectado en su sistema. —Es el antídoto. Estarás bien. Descansa, Lu Yizhou.
