—Tuyo para siempre, Lu Yizhou —Moshe inhaló profundamente. Lo había anticipado, pero confirmar la verdad él mismo seguía siendo impactante. Aiden no era Aiden. Su nombre era... ¿Lu Yizhou? Sonaba extranjero. A pesar de haber viajado mucho al extranjero, nunca antes había oído ese tipo de nombre.
El corazón de Moshe latía fuerte en su pecho y una sensación desconocida se hinchaba en su corazón. Lu Yizhou... Lu Yizhou. El nombre giraba en su lengua y se bloqueaba en su mente. Lu Yizhou. Sentía como si conociera ese nombre para siempre, pero eso no podía ser cierto. A menos que Moshe se hubiera dado un golpe tonto en la cabeza, estaba seguro de que no lo había escuchado antes; de lo contrario, habría dejado una impresión eterna. Moshe estaba seguro de que si le pidiera a sus hombres que investigaran, incluso si pusiera el mundo patas arriba para ello, no sería capaz de encontrar nada.
—¿Mío para siempre? —Un ronco reír se escapó de los labios de Moshe—. ¿Estás seguro?