—La mareo golpeó a Lu Yizhou y tosió en su puño para acabar escupiendo sangre.
—Maldita sea... —Lu Yizhou miró a su alrededor. La gente empezaba a lanzarle miradas furtivas desde su pelea con Zion, pero afortunadamente, la gente de Moshe estaba demasiado ocupada persiguiendo a Zion como para darse cuenta de que él era la 'mascota' que su jefe había comprado del estadio de gladiadores.
El taxista se había alejado desde quién-sabe-cuándo. Lu Yizhou discretamente limpió su palma en sus oscuros pantalones y se enderezó, caminando con la mayor naturalidad posible para mezclarse con la multitud. No podía permitirse ser visto por la gente de Moshe. Con los ojos en constante vigilancia, Lu Yizhou buscó un lugar que pudiera usar como cortina de humo.
Moshe era astuto; podría sumar dos más dos si descubría que Lu Yizhou vino aquí especialmente solo para volver tras encontrarse con Zion. O peor, podría incluso sospechar que Lu Yizhou tenía algún tipo de involucración con su némesis mortal.
