Jillian tarareó. El campo de batalla solía ser caótico y sangriento, todos intentaban por todos los medios mantenerse con vida. A pesar de ser el General, Jillian sólo se preocupaba por la estrategia y la formación de batalla y dejaba la gestión de las tropas a manos del Marqués Ouin. No había forma de que pudiera mantenerse al tanto de todos.
Pero ahora que lo observaba más de cerca, parecía tener algunas impresiones de este tipo estando cerca de él en algunas ocasiones. No es que Jillian prestara demasiada atención de todos modos.
—¿Qué haces en esta área? —preguntó con un tono casual. Sabía con certeza que nadie habría venido aquí si no fuera por patrullar y hoy, no había ningún horario de ese tipo. Eso dejaba solo una posibilidad entonces. —¿Vienes a visitar al vidente?