La respiración de Lu Yizhou era calmada y medida mientras avanzaba entre el oscuro bosque. Ahora que el sol había descendido el horizonte y la oscuridad cubría el cielo, todo el espacio parecía completamente deshabitado. No solo no había sonidos de pequeños animales o insectos moviéndose, tampoco había siquiera el leve susurro de los árboles y las hojas, como si el bosque estuviera completamente desprovisto de vida. Esto hacía que la conversación a cierta distancia se escuchara más claramente en los oídos de Lu Yizhou.
—¿crees que está aquí?
—Según la ubicación…
—¡Vaya! ¿Qué es esto?!