Lu Yizhou sabía que no había forma de que pudiera recordar. Sin embargo, al mirar esos ojos ámbar olvidadizos sin ningún atisbo de reconocimiento, aún lo hacía sentir inquieto, más de lo que podía admitir. Esos años que habían pasado juntos en el abrazo del otro, los momentos raros y preciosos, el calor y el afecto, todo eso se había ido en un abrir y cerrar de ojos.