—Wang Yufan estaba realmente confundido, aunque todos decían que era un milagro, él no sentía que lo que le había ocurrido fuese solo un milagro. Alzó la mano para secarse el sudor inexistente de la frente y tan pronto como lo hizo, el brazalete de jade fresco que llevaba en la muñeca cayó con un estruendo... solo entonces la atención de todos se centró en los pedazos del jade fresco que se había partido en dos, pero eso no era lo sorprendente, dado que estaba en la muñeca de Wang Yufan cuando este quedó atrapado en medio del mar de fuego.
—Lo sorprendente era que el brazalete de jade se había vuelto completamente negro, como si alguien lo hubiera pintado con pintura Vantablack y lo dejara secar. No tenía brillo ni contorno alguno y lucía espeluznante como el infierno con esa oscuridad tan profunda cubriéndolo.