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—¿Cómo es posible que alguien entrara a su apartamento con ellos vigilando y encima dejaran tales —— tales libros asquerosos? —preguntó—. Cómo pueden permitir que alguien los deje aquí. ¡Era como pornografía escrita! ¡Él ni siquiera leía pornografía!
Sin embargo, justo cuando llamó al jefe de seguridad fue cuando sucedió —— un marcador que estaba quieto en el gabinete de repente comenzó a flotar en el aire y luego, como si tratara de hacerle creer que realmente estaba flotando frente a él, comenzó a hacer un pequeño baile sinuoso antes de dirigirse al espejo que estaba en la esquina de la habitación y luego, para su asombro total, la tapa del marcador se desenroscó antes de que fuera arrojada al suelo y luego alguien, no sabía quién era, comenzó a escribir en el espejo.