Las llamas ardían,
En medio de las ruinas llenas de gritos lastimeros y el fuerte olor a sangre,
—¿Por qué? ¿Por qué hiciste esto? ¡Clonie era una creyente devota! ¿Qué hizo mal? —gritó el joven desesperado.
El joven de cabello verde, vestido con ropas desgarradas, cayó de rodillas en la desesperación.
Con su fuerza insuficiente, estaba indefenso contra los caballeros de élite de la Iglesia Asumos. Solo podía mirar impotente mientras su amada moría bajo la espada del caballero con armadura negra. Impotencia, desesperación y desgano surgiendo sin cesar en su corazón,
Sus ojos, llenos de furia y asesina intención de matar, estaban fijos en el caballero de la Iglesia Asumos.
—¡Ella no hizo nada malo! ¿Qué razón tenías para matarla? —le increpó al caballero.
—¿Razón? ¿Necesito una razón? Tú, remanente de demonios, deberías aceptar tu destino de ser asesinado. Necesito apresurarme y llevar tus cuernos como prueba, así que apresúrate a morir —respondió fríamente el caballero.