—Eso es todo por hoy, mañana serán los bonos del billete dorado 8 capítulos —dijo Kael— y después de eso, continuaré escribiendo Crónicas Caídas.
—Sí, todo lo que sucedió estaba fuera de tu control. ¿Cómo puedo culparte? Además, solo me alivia que hayas vuelto sano y salvo —comentó el Papa.
—Gracias... Gracias, Santo Padre —respondió Nick, algo aturdido.
No había anticipado la actitud casual del Papa hacia su fracaso. ¿Y el Papa realmente estaba mostrando preocupación por él? Parecía algún tipo de broma.
No era así antes...
Nick permaneció en silencio, con una expresión de confusión.
Justo entonces, las palabras de apoyo de Kael resonaron una vez más en los oídos de Nick: