—Abuelo...
A pesar de tener el poder para abrumar fácilmente al Caballero Real, Yuan'er parecía tímida, escondiéndose detrás de Aurora, con sólo su pequeña cabeza asomándose. Miraba a Xiumu con una mirada de lástima.
Ante los ojos de Yuan'er, Xiumu inconscientemente se mordió el labio.
—Yuan'er...
—Abuelo, realmente no sé qué pasó con esos Demonios Abismales. Cuando llegué, ya habían rodeado la ciudad. Yo... yo... solo quería salvar... salvarlos a todos porque escuché que el nuevo emperador planeaba mataros...
...
Al ver que Xiumu caía en silencio, Yuan'er rápidamente habló de nuevo, enfatizando sus palabras.
—¡Yo... no estoy mintiendo!
El tono de la niña sonaba muy afligido.
Yuan'er también entendía el temperamento de su abuelo. Si ella hubiera traído voluntariamente una horda de Demonios Abismales a la capital y causado tal escena de ríos de sangre, su abuelo nunca la perdonaría.
Pensando en esto, el corazón de Yuan'er se llenó de ansiedad, y se apresuró a explicar.