—Val...
—¿Hmm?
—¿Por qué estás tan inquieto?
Di vuelta a la página del libro que tenía en la mano antes de responder brevemente. —¿Lo estoy?
—Solo para que lo sepas, te has pasado dos horas solo para leer esa única página que acabas de pasar —Zia me hizo un gesto con el dedo desde el otro lado de la mesa.
—Soy un lector muy cuidadoso y orientado a los detalles —respondí encogiéndome de hombros.
Los ojos morados se estrecharon en duda y pude ver su sonrisa traviesa. —¿Ese método cuidadoso y detallista incluye mirar hacia la puerta y la ventana cada diez minutos, y cavilar otros cinco cada vez?
Apoyándome hacia atrás y frunciendo los labios, cerré el libro mientras murmuraba. —Eso es exagerado...
—¡No lo es! Incluso tu pajarillo te mira confundido —Zia señaló a Jade, quien de hecho estaba mirándome fijamente.
¿Hmm, tan obvio, eh? Dejando el libro a un lado, crucé los brazos y reflexioné sobre mi comportamiento de hoy. Quizás, de verdad actué bastante inquieto.