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Chapter 5 - Capítulo 2: Un resentimiento inocente

Estaba lloviendo, empezó a llover por la mañana, un poco antes de la comida, aunque no comí nada. Apagué el ordenador, quería destrozarlo, romperlo a pedazos, con mis manos, y solo con las mías, pero no pude, no solo por miedo, también por el peso que llevaba consigo.

No leí el texto que iba dedicado a mi, no me molesté en cerrar el que ya estaba leyendo, ni en guardar lo que escribí, apagué el ordenador directamente, y me quedé sentado en la silla, no hice más que mirar a la pantalla apagada del ordenador, como si estuviera indignado sobre algo, enfadado con alguien. Al rato, cerré ligeramente los ojos, e intente levantarme, pero mis piernas me fallaron.

"…"

No me molesté en reaccionar, ni intenté parar mi caída de alguna forma, no puse las manos enfrente mía para pararme, caí de frente, mi cara comiéndose el suelo completamente, junto con el resto de mi cuerpo recibiendo el impacto. No fue nada exagerado, solo me dejé caer como un estúpido en el suelo, y no es como si me hubiera quedado tirado ahí, me levanté y fui directo a la cama. No sé porque mis piernas fallaron en primer lugar.

La mayoría del día lo pasé metido en la cama, no fue hasta que vino papá que no solo decidí levantarme, sino que también salí de la habitación a recibirle. Baje las escaleras y le vi en la entrada, quitándose los zapatos.

"Hola…"

"Hola." Su voz sonaba pesada y cansada, lo cual era normal, no se que es lo que habrá estado haciendo, ni sé si debería de preguntar, pero, quiero saber.

"Que has estado haciendo?" A pesar de haberlo preguntado, sabía más o menos lo que me diría.

"He arreglado todo lo relacionado con tu hermana, he hablando con una funeraria para darle una buena despedida. Será el miércoles, lo habría hecho antes, pero…" Su cara se veía en conflicto, como si dudara de continuar.

"Ha pasado algo?"

"No, es solo que tu madre quiere ir al funeral"

"…"

Aunque ya me lo imaginaba, el que me lo dijera como si fuese tan normal de algún modo me irritaba. Esa hija de puta va a ir al funeral? De verdad? No se merece ni hablar sobre nosotros, pero va a ir?!

"Quiero que la respetes, es su hija, y… bueno, seguro que entiendes a lo que me refiero."

"… Y que gana ella viniendo a verla, ni siquiera está aquí?"

"No, se mudó hace 2 años, no os dije nada porque no era algo importante, y, tampoco pensé que la vería otra vez…"

El silencio acaparó la entrada, yo estaba mirando a un lado, con la cabeza ligeramente bajada, mi padre me estaba mirando, entendiendo como me sentía yo, su expresión le delataba. Pero, a su vez, tenía una cara preocupada y confusa, supongo que no sabía que decir en ese momento, tanto él como yo. No llegamos a nada después de eso.

"Me pondré a hacer la cena."

Mi padre dio unos pasos adelante, antes de decirme una última cosa, con ese tono preocupado que ha intentado esconder hasta ahora.

"Esto no es el fin, por eso, no te preocupes" Después, se dirigió a la cocina.

Durante toda la conversación, no pude mirarle a la cara, ni siquiera pude mirar a su dirección, no podría, no puedo. Yo la he matado. La he dejado morir. Como voy a mirarle a la cara sabiendo eso? Sería aceptar que me ha importado una mierda lo que ha pasado, sería una falta de respeto la cual nunca me perdonaría.

Pero, a la vez que pensaba en eso, pensé en como se sentía mi padre en ese momento. Que era lo que pasaba por su mente? En ningún momento le he visto llorar, y recién acaba de llegar a casa, y no va a poder descansar en lo más mínimo porque se tiene que preocupar por mi.

-Esto no es el fin-

Porqué me ha dicho eso? No se está preocupando por lo que me pasa ahora, sino por lo que me pueda pasar? No, papá, no lo voy a hacer, no lo pienso hacer, nunca lo voy a hacer. Por mucho que me aleje de ti, nunca te voy a dejar. Te lo prometo.

No subí a mi habitación, ni a la de mi hermana, hasta que papá hizo la cena. Le estuve esperando en el salón. Durante la misma, no dijimos nada, solo nos centramos en nuestros platos, y poco más. En mi caso, no tenía nada que decir, pero sé que mi padre tenía muchas cosas que decirme en ese momento, solo que no supo como decirlas en primer lugar. Acabé el primero, no fue casualidad, comí rápido para poder levantarme antes. Después de dejar el plato en el lavavajillas, le hablé a mi padre.

"Papá, voy a salir ahora un rato"

"No tienes clase mañana?"

"...He quedado con &$%"! y _¨*^?¿·" Hubo una pequeña pausa en la conversación, en la que nadie dijo nada por un momento, hasta que mi padre cambió de tema.

"Esta semana voy a estar libre"

"No vas a ir al trabajo?"

"Más raro se me hace que tú vayas a ir al instituto mañana, no tienes porqué ir, puedes descansar"

"Porqué lo dices?" Mi padre suspiró ante la pregunta, y procedió a poner en palabras lo que quería decirme.

"Sé que todo esto ha sido repentino, y, muy cruel para ti, también lo es para mi, para todos, por eso no quiero que vayas, date un descanso, incluso si es tu deber ir al colegio, más importante eres tú. No tienes porque cerrarte de esa manera, estoy-"

"Estoy bien" Interrumpí a mi padre. "Si me dices que puedo faltar, lo haré, pero voy a estar bien, no te preocupes" Sabía más que nadie que esto era mentira, pero no quiero que mi padre se ponga peor de lo que ya está.

"Me lo prometes?"

"Si" Dejé salir un suspiro, y me dí la vuelta. "Voy a salir ya".

"No te quedes hasta tarde, llevate un paraguas por si llueve, no han dicho nada en la tele, pero hazme caso, por si acaso, y despiértame cuando vuelvas"

Tan solo asentí. Todo lo que he dicho sobre salir es mentira. Bueno, si era verdad que iba a salir, pero no iba a quedar con nadie. No he hablado con ellos desde que volví de la convención, y no creo que les vea en toda la semana a menos que vengan a verme. No deberían de saber lo que ha pasado, mi padre no se lo ha contado a nadie que no sea un familiar o de la funeraria, pero lo que me preocupa es que alguien lo haya visto y se corra la voz sobre ello.

Subí a mi habitación a cambiarme la ropa, no iba a salir en pijama. Después me dirigí a la entrada, me puse mi cazadora, los zapatos y con mi móvil y las llaves en mi bolsillo, abrí la puerta, y salí a la calle.

No lo hacía por mi, para darme espacio, calmarme, o cualquier otra razón. A quien quería darle espacio era a mi padre, quería que se desahogara en casa, sabiendo que ahora estaba solo, que por un momento podía dejar de ser un padre, y ser él. Por mi parte, al no tener nada que hacer mientras salía, dí una vuelta por la ciudad, aunque la parte en la que estaba parecía más un pueblo que otra cosa, si de verdad quería ir a la "ciudad", tendría que coger el tren, lo cual no voy a hacer ahora.

La luna tenía un brillo mucho más tenue que ayer, solo podía ver gracias a las lámparas en la calle, y tampoco es como si en el cielo hubiera algo interesante, estaba todo negro, con suerte se veían unas pocas estrellas.

En las calles no había nadie, estaba todo vacío, incluso en la calle principal estaba todo desolado, bueno, excepto el típico grupo de tíos borrachos yendo de fiesta. Uno pensaría que no es buena idea que salga tan tarde a estas horas, y con este ambiente, pero aquí no me va a pasar nada, como si en un lugar poco recorrido como este me fuera a hacer algo alguien.

Me sorprendía lo mucho que le prestaba atención la la realidad, en momentos así, mi cabeza estaría dando vueltas, y mi mente viendo mil y una conclusiones e imágenes horrendas, pero con ver el reflejo de la luz en el húmedo asfalto de la calle me distraía.

Porque mentir, me gusta este ambiente. No es lúgubre, tampoco es arcoíris, es una combinación perfecta de diferentes factores que llevan a un ambiente tranquilo y pacífico. Además, no hace mucho frío, es verdad que hoy es un día único, ya que en estas fechas, incluso a esta hora debería de poder salir solo con sudadera, no sé si es porque ha llovido, o porque hoy han querido bajar las temperaturas, pero he tenido que coger mi cazadora.

Cuando más caminaba más sentía que las luces que iluminaban mi camino brillaban menos y menos cada vez que daba un paso, y, cuando dejé de prestarle atención al suelo, me di cuenta.

Me había dejado los cascos. Me di cuenta porque ya no podía distraerme más con el ambiente, no podía evitarlo más. Y cuando me di cuenta, una sonrisa se formó ligeramente en mi cara. Pensé en dirigirme hacia el parque, aunque fuese algo inútil.

Cada vez me sentía peor, me sentía mareado, con un peso que apenas podía levantar, no sabía que hacía en la calle. Quería gritar.

Empecé a pensar en lo ocurrido, una y otra vez repitiendo esa misma palabra en mi cabeza como si me fuera la vida en ello.

Asesino

A la vez que en mi mente esas palabras se repetían, con esa voz irritante detrás de ellas, la presión que llevaba sintiendo en mi pecho desde hace rato empezó a agravarse. Lo agarré lo más fuerte que pude, mayormente a mi cazadora y sudadera, pero presioné mi puño lo más fuerte en mi pecho, intentando aliviar el dolor.

"No…" Con una voz dolida y, por primera vez, apenada, repetí esa palabra cada vez que lo escuchaba en mi mente.

Ya no se trataba de haberlo hecho o no, se trataba de aceptar que lo hice. En el fondo de mi ser sabía que era todo mi culpa, pero no quería aceptarlo, no podía encararlo todavía. Por eso esta ansiedad me atacaba.

Apoyé mi cuerpo en la pared después de llegar a un lugar en el que el suelo estaba seco, mientras me deslizaba poco a poco al suelo, para intentar así calmarme, y más o menos funcionó. El peso se alivió bastante, la presión cesó, y las voces pasaron de ser palabras a una tenue estática, por un momento pensé que todo estaba bien, que todo-

Crack! El sonido de cristal rompiéndose podía oírse en algún lugar de la calle. No me interesaba de donde venía o el causante, sino el golpe en si. Un sonido fuerte, de algo cayéndose…

"BAM!" Lo recordé al instante. Mi mente no tardó en imaginarse esa situación con los desenlaces que esta pudo tener, respaldada por el texto de esta mañana. Y si justo cuando llegamos lo hizo? O solo estuvo de pie en la silla, con la cuerda preparada? Y si no hubiéramos ido? Y si…

Y si no lo hubiera hecho?

Otra vez, empecé a ponerme nervioso. Intenté controlarme lo mejor que pude, otra vez, agachado, apoyándome en la pared. Presioné mi pecho con mi puño derecho otra vez, e intenté centrarme en mi respiración en vez de pensar. Me llevé la otra mano a la cara, cubriéndola completamente, luego frotando mis ojos, y por último, apoyada en mi mejilla.

En ese momento, la mano ya no era mía, no la sentía como mía, solo sentía su tacto en mi piel, su calidez, todo. Mientras esa mano me acariciaba levemente la mejilla, me calmé poco a poco otra vez, mis piernas dejaron de temblar por una vez, y todo el peso y la presión que llevaba encima se esfumaron. Decidí sentarme en el suelo un momento, apoyando mi espalda en la pared.

"Parezco tonto haciendo esto…" Mi mano todavía estaba sujetando mi mejilla, la otra estaba apoyada en el suelo. Me quedé sentado un buen rato, con la mente en blanco, solo prestándole atención a mis sentidos. Tanto tiempo estuve así, que llegué a notar como una gota de agua cayó sobre mi cabeza.

"Mh?" En cuanto lo noté, otra le siguió, después cayó otra en mi hombro, y a esas pocas gotas le siguió una suave lluvia. "Joder…"

Me levanté en cuanto empezó a llover, quitándome la mano de encima. No es como si fuera a irme a casa solo por la lluvia, pero no quería estar sentado mientras pasaba. Además, tenía que ir a un lugar; al parque.

No iba a hacer nada en particular allí, iba a no hacer nada, podría hasta buscar un sitio del que cubrirme con la lluvia. Esta caía suave, no llovía tanto, aunque sí lo suficiente para dejarme mojado, además, con cada paso que daba, podía escuchar el chapoteo del agua, y como esta misma se calaba dentro de mis zapatos, era una sensación que no me gustaba, pero tardé poco en ignorarla, porqué ya había llegado a donde quería.

El parque estaba un poco lejos de mi casa, debido a que estaba al lado del bosque de la urbanización, por lo que aprovecha de buena manera el ambiente, y al estar localizado así, puede permitirse tener un buen tamaño, aunque a estas horas es un poco lúgubre, sobre todo con el tono de las farolas en el camino.

Aunque parezca que vaya a hablar mucho sobre el lugar, casi no vengo aquí, de pequeño jugaba en casa con mi hermana, porque ella salía poco, y cuando lo hacía, la obligaba, y simplemente dábamos una vuelta, y tampoco podíamos ir tan lejos estando solos a esa edad.

Nuestros padres intentaron ir con nosotros al parque una vez, por mi parte todo fue bien, aunque fuera solo porque &$%"! estaba conmigo, pero mi hermana no se despegó de Mamá en ningún momento.

Tenía la mente en blanco otra vez, mientras iba por los caminos del parque, a su vez, la lluvia empezó a calmarse un poco, aunque no lo suficiente como para no tener que buscar un lugar en el que quedarme. Pronto encontré un árbol enfrente de la zona de juegos del parque lo suficientemente grande como para quedarme debajo de él.

Ahora que me acuerdo, no me hice una cicatriz aquí ese mismo día?

Creo que fue en los columpios, estaba jugando con &$%"! en ellos, y mi padre nos estaba vigilando junto a mi hermana, mi madre se fue antes para hacer la cena, yo me lo tomé a mal al principio, pero mi hermana me explicó que ella no se había ido porque quisiera. Todo llegó a un punto en el que estaba saliendo disparado del columpio, creo que me resbalé, o no me estaba agarrando a nada, y me comí el suelo con la cabeza.

Si no recuerdo mal, debería de tener una raya debajo de mi flequillo…

Saqué el móvil a pesar de la lluvia, e intenté verme la vieja herida, y tal y como me imaginé, ahí estaba, aunque casi ni se veía. La verdad, en ese momento no sé que me daba más miedo, mi sentimiento inocente de que iba a morirme solo por eso, o lo enfadado que estaba mi padre por mi descuido. Supongo que por algo tan repentino, esa es su única manera de expresar su preocupación. "..."

¿Qué estará haciendo papá ahora? Me pregunté a mi mismo. En verdad no sé si quiere desahogarse o no, nunca le he visto llorar, así que no tengo ni idea. Quizá es que controla muy bien sus emociones y es muy maduro, bueno, más de lo que ya es.

Y que gano yo con estar aquí? Podría aprovechar a hablar con &$%"! o _¨*^?¿·, pero no, es mejor estar en el parque, a que sí? Y a todo esto, no he hablado con ellos ni por el móvil… En verdad saben lo que ha pasado? Sería raro que mi padre les haya dicho nada. Ahora que lo pienso, la casa de _¨*^?¿· no está muy lejos de aquí, no sería mejor ir allí? No, que estoy diciendo? Es muy tarde como para ir a casa de alguien, seguramente estén cenando o durmiendo… "Tsk…"

Y que voy a hacer mañana? Siquiera voy a poder verles a la cara? No me veo capaz de decir nada sobre esto, no tengo valor, no sé ni que decir. No es como si hubiera hecho algo malo, o algo vergonzoso, debería de ser capaz de-

"Que estás diciendo, Riku?" La voz venía de el columpio de enfrente, alguien se estaba balanceando en él.

Una chica. Pelo largo. Ojos azules. Una voz que suele suave y dulce, la cual ahora solo muestra un tono de burla. Primero me sorprendí, luego miré al frente, y ahí estaba, ^[Ç+? se estaba sentada en el columpio a una distancia en la que podía escucharla. Por muy sorprendido que estuviera, no era alivio o pena lo que me invadía. Mientras apretaba el puño solo sentía una cosa. Ira.

"Que haces tu aquí?" Dije con un tono molesto, mientras dejaba de apoyarme en el árbol.

"Divertirme, no lo ves?" Contestó mientras se balanceaba en el columpio. Ella llevaba puesto el uniforme de su preparatoria de invierno, era un diseño de chaqueta blanca y falda larga y negra, lo recuerdo ya que lo vi esta mañana, pero cuando me imagino a mi hermana no la suelo proyectar con su uniforme.

Me acerqué lentamente hacia ella, mientras mi sentimiento de ira poco a poco se calmaba, pero no perecía. "Para ya…"

"Que pasa? No puedo estar aq-" no la dejé acabar la frase.

"Para de hablar así!" Le grité, agarrando una cadena del columpio, haciendo que este pare de balancearse.

"Tienes algo en contra de como habla tu hermana?" ella se cubrió la boca con una mano, como si estuviera intentando esconder una sonrisa.

"Sé que no eres ella, así que deja de imitarla puto impostor de mierda!" La agarré de la muñeca mientras gritaba una vez más. La lluvia empezó a caer más.

"No lo entiendo…" ella dejó atrás el tono burlón que ha usado hasta ahora, y me responde con un todo de voz bajo, mirando al suelo mientras la agarro. "No puedo…?" Mientras tenía su cabeza baja, empezó a caer agua de su cara.

Pensé que sería la lluvia, pero al sostener su muñeca, esta estaba completamente seca. Su uniforme también lo estaba, es como si no estuviera lloviendo para ella. Ella estaba llorando.

Cuando me di cuenta de esto, toda la ira y enfado que tenía se desvanecieron, y la solté sin pensarlo dos veces.

"Acaso no puedo ser yo misma?!" Pasó a mirarme fijamente a mí, con su cara llena de lágrimas. "Es por esto que me dejas de lado?! Solo te intereso cuando quieres entretenerte, no?"

"N-no, yo-"

"Mentira!!!… Ya sé lo que vas a decir, llevas diciéndolo todo el día…" Ella se dio la vuelta, para así darme la espalda completamente. "'Me importas, siempre me has importado', vas a decir eso, excusándote de que, aunque no hagas nada, tenías la intención de hacerlo, pero si no lo haces es porque hay algo más importante que te detiene, no es así?" Su voz sonaba rota, y con un tono resentido. Mientras hablaba seguía llorando, aunque mucho menos ahora que tiene algo que decir.

"Eso no es verdad! No es…" No podía acabar esa frase. Decidí quedarme callado.

"Ves? Sabes que tengo razón. Me has dejado tirada a mi suerte. Solo te ha importado la parte de mi que se preocupa por ti, pero donde está la parte de ti que se preocupa por mí?"

"Esta aquí!" Me llevé la palma de la mano al pecho. "Estoy aquí y siempre lo he estado! Además, dices que tú querías a la parte que te ayudara, pero tú nunca me has enseñado la parte de ti que quiere ayuda…"

"No debería de tener que enseñarla para que me ayuden! Y si dices que está ahí, porqué no me la has enseñado?!" Ella se levantó de manera brusca del columpio, para postrarse enfrente mía, mirándome cara a cara.

"Si te la he mostrado! He intentado ayudarte, yo-"

"No, lo único que has hecho es escucharme!"

"También he intentado acercarme!"

"Nunca has intentado acercarte de verdad, si lo hubieras intentado de verdad, me habrías confrontado directamente en vez de responder a lo que yo digo!" Ella grito esa frase con todas sus fuerzas mientras su cabeza miraba al suelo, aunque tenía sus ojos cerrados.

Me quedé sin palabras otra vez. Tenía una expresión de culpa y sorpresa a la vez. Sabía que no podía justificarme, sabía que no iba a ganar esto, pero, porqué intento defenderme?

"Siempre doy, pero nunca recibo, no es eso egoísta?" No contesté.

"Porqué tengo que resolverlo todo yo? " No contesté.

"Porqué a nadie le importo yo?" No contesté.

Hubo un pequeño silencio, aunque solo fuese en nuestra conversación, ya que la lluvia acaparaba la mayor parte del ambiente, cada vez volviéndose más fuerte.

"No te parece normal?" Ella me preguntó, con un tono de voz más frío. Me dolía el simple hecho de oír su voz así.

"Que crees que voy a hacer si me abandonan a mi suerte? Que crees que voy a hacer si no veo nada más que negro?" Su tono frío empezó a romperse con una voz más agitada.

"Quien te crees tú para usurpar mi habitación y hurgar en ella?" Ella empezó a sonar molesta…

"Quién crees que eres como para leer todo eso?! Te crees que tienes el derecho, Riku!? Riku es el único que tiene el derecho de leerlo, pero tenías que ser el que me violara de esa manera?!"

No sentía culpa en ese momento, pero aún así estaba temblando. No estaba enfadado, pero aún así tenía apretados mis puños. No estaba nervioso, pero aún así mi vista estaba agitada. Tenía miedo, miedo de escuchar a ^[Ç+? así.

"Y qué sacaste de todo eso!? Solo consigues humillarme! No me hace ni una pizca de gracia que te pongas a leer mi vida como si fuera un cuento de hadas! No es un fanfict para que te pongas a leer como un depravado! Si lo hubiera leído cualquier otra persona…" Ella se desplomó al suelo, y, otra vez, empezó a llorar. "No te mereces nada de lo que hay escrito…"

A que se refiere con eso? No sabía que hacer, si salir corriendo, si confrontarla, si quedarme quiero, al final ni acabé eligiendo, pero al no elegir, me quedé quiero, no hice nada.

"Otra vez? No vas a hacer nada? No vas a responderme? No vas a hacer nada? Vas a huir otra vez?… Aceptalo de una vez, por favor…" Su voz sonaba enfadada mientras estaba de rodillas y sus lágrimas fluían sin cesar.

Bajé la cabeza, y dejé de centrarme en ella, intentaba centrarme solo en la lluvia, y no en su llanto, quería ignorarla, olvidarme de ella, me daba tanto miedo y me sentía tan mal que no podía soportarla más.

"Ya lo sé… piensas que no tengo ni idea?"

Ella alzó su cabeza para verme a la cara, pero yo me había dado la vuelta, no podía confrontarla. No podía porque al final, no he cambiando nada.

"Ya sé que te he ignorado, que no te he apoyado, no he podido porque pensaba que solo empeoraría las cosas, y al no hacer nada, es lo mismo que si no me importaras nada, hacer algo sin importarte una mierda y no hacer nada mientras te importa mucho es lo mismo, ambos están haciendo algo en contra de sus ideales. Por mucho que me importes, si no hago nada, es como si me dieras igual, lo sé perfectamente."

Seguía dándole la espalda a ^[Ç+?, no sería capaz de decir todo esto enfrente suya, si ella estuviera aquí no podría decirle nada. Si estuviera aquí. Ella dejo de estar de rodillas y se levantó, no dijo nada, pero porque su intención era escucharme.

"Sé que no debería de haber metido mis narices en donde no debía, lo tengo claro. Pero, si 'no me importas', también debería de darme igual lo que pienses de mí si leo todo eso, da igual lo que sepa sobre ti, de todas formas, porque cuanto más te conozca, más dejaras de ser a quien conozco, y tenía miedo de eso, pero al acabar me di cuenta de que no había cambiado nada, de que seguía viéndote igual, y…"

La lluvia no pudo esconder los pasos que venían de mi espalda, pero…

"Y aún así, ya es tarde. Muy tarde. No debería de estar pensando en esto ahora porque es una pérdida de tiempo, si no hubiera hecho el vago antes, ahora podría decirlo con orgullo, pero solo puedo reírme" Si, estaba sonriendo. No era una sonrisa plena, pero su incompletud no justificaba su presencia.

"Que se supone que debo hacer ahora? Qué tengo que pensar? En que me tengo que centrar? Que debo buscar ahora? Ya no tengo motivos. No tengo nada por lo que trabajar, nada. Ninguna razón. Nadie me va a felicitar por lo que haga porque ellos también tienen que hacerlo. No vas a felicitar a un niño que ha aprendido a nadar, porque tú también sabes hacerlo"

Me llevé las manos a la cabeza, tapándola completamente, mientras sentía cada gota de la lluvia caer en ellas.

"Pero me lo he buscado yo, uno cosecha lo que siembra, y si dejo de regar a la planta cuando me toca, claro que se va a marchitar, la naturaleza no va a darle el agua por si sola… Y aún puedo reír? En serio puedo hacerlo? No debería de secarme yo también?!…" Me desplomé al suelo, arrodillándome para no caer del todo. Podía notar como mis pantalones se manchaban de tierra con solo apoyarme un momento. Mi cabeza todavía estaba mirando al suelo.

"No la voy a volver a ver, se ha ido, está muerta, ^[Ç+? está muerta, y no he hecho nada… Teniendo estas manos…" Apreté mi cabeza fuerte con mis manos, agarrando mi cara como si quisiera arrancarla. "...No soy un asesino. Soy un monstruo, un desgraciado…" .Cuando terminé de apretar mi cara con mis manos, deje que cayeran, estas chocaron con el suelo, y se quedaron apoyadas en él.

"Perdón", eso era lo que quería decir, pero en cambio, empecé a reírme. Empecé a reírme, primero en voz baja, sin siquiera abrir la boca, pero, cada vez era más fuerte, más exagerada, parecía como si estuviera loco. La lluvia me cubría por completo, y ahora caía a montones, no sabía si estaba llorando, no lo sentí en absoluto, lo que sí se es que no paraba de reírme. Esa sonrisa que tenía mientras reía, poco a poco se fue invirtiendo, si, la risa no paro, pero sonaba ahogada. Cada vez más ahogada, más débil, hasta que cesó al completo.

La lluvia ocultaba cualquier sonido, solo el que lo emitiera lo escucharía. El frío tampoco ayudaría a centrarse en esa voz, haciendo que te centres más en como tiemblas. Y por último, el agua, que había dejado a mi ropa perdida, no ayudaba a calmar ese sentimiento, a este punto, hasta sería mejor ir desnudo.

Me llevé las manos a mis ojos, cubriéndolos al completo, como si quisiera que nadie me viera, aunque estuviera solo. Y empecé a llorar.

Al volver a casa, mi padre estaba enfadado conmigo, recuerdo que se quedó esperándome para que volviera, estaba preocupado, sobre todo porque me había llamado al teléfono varias veces debido a la hora y el tiempo, pero claro, no contesté ni una vez. Como si fuera a prestarle atención al móvil en ese momento.

No se como, pero no me resfrié ese día, solo que al volver, tuve que secarme con una toalla, y calentar un poco mi cuerpo en la cama, que no me pusiera malo no significa que no tuviera frio alguno. Lo que me molestaba del frio no era la sensación física, sino la mental. Aunque le dijera a mi mente que dejara de temblar, estaba tiritando todo el rato, no podía controlarme. El frio también me recordaba a lo malo de todo, si lo cálido se relaciona a lo frio, no sería el frio lo malo? El frio me recuerda a la soledad, a lo dura que puede ser la realidad, y lo cruel que puede tratarte la vida. Pero, si el frio es la ausencia de calor, por lo tanto, el frio en si no existe, pero, si es así, ¿lo malo tampoco existe? Eso no tiene sentido, ya que no existe el bien puro. El mal existe ya que el bien está ahí para resaltarlo, y el bien existe ya que el mal está ahí para destacarle, entonces, si no existe el mal, tampoco existe el bien? Entonces, qué es? Que es cada cosa que nos rodea, no habría ni bien ni mal, por lo que el ser humano no sería capaz de hacer nada. No podemos hacer nada si no hay una pizca de bien en esa acción, pero si esa acción no tiene algo malo, es una acción ficticia, ya que lo perfecto no existe.

Pensando ese tipo de cosas mientras intentaba dormir… Es normal que no pudiera hacerlo en primer lugar. Solo cuando dejé que mi mente descansara, fue cuando mi cuerpo pudo descansar también.

Al día siguiente, no fui al instituto.

Es más, no salí de mi casa en toda una semana. Supongo que el lunes fue cuando le dijeron a los 3 todo lo que había pasado, y, espero que nadie más lo sepa, aunque este tipo de cosas se propaga más rápido que el fuego. Si algún día veo en la puerta de esta santa a un desgraciado de las noticias, no voy a dudar a cerrarle la puerta en la cara, aunque le tenga que dejar la cara plana.

En cuanto se enteraron, no dudaron en venir a verme. Obviamente no sabían que decir, ni yo tampoco. Todos se veían apenados, sobre todo

&$%"!, aunque desacreditar el sufrimiento de =@º\' y _¨*^?¿· sería un error de mi parte.

Aunque, sinceramente, lo que menos les gustó de la situación es que estuviera en la habitación de ^[Ç+?, encima con ropa suya puesta. Aunque pudieran entenderlo, les pareció raro mi comportamiento, y la verdad, lo raro sería no pensar eso.

No hablamos de nada relevante, por mi parte no quería hablar nada sobre el tema, y ellos tampoco sabían que preguntar sin hacerme daño. Al final, se acabaron disculpando, y recalcando que ellos estaban allí, para mí, en cualquier momento que los necesitara.

"Somos amigos, por eso quiero que confíes en nosotros" Dijo &$%"! . Tan solo asentí a su afirmación. Lo que me sorprendió fue lo que vino antes de que dejaran la habitación.

"Riku!" _¨*^?¿· alzó la voz, y se giró, no solo para verme a mi, sino para ver también a =@º\' y &$%"!, que estaban detrás suya. "Solo quiero que sepas que, ^[Ç+? siempre a sido nuestra amiga, n-no quería irme sin decir esto, me sabría mal hacerlo, p-porque…" Y antes de que pudiera acabar su frase, empezó a llorar, aunque intentó continuarla. "… Siento que... he fallado como amigo… incluso si hablo poco, siento que… podría haber hecho mucho más!"

Al ver a _¨*^?¿·, el resto de nosotros sintió lo mismo que él, &$%"! también lloró abiertamente, =@º\' intentó aguantarse, pero al final acabaron cayendo lágrimas de sus ojos. Yo intenté aguantarme. Ya había llorado suficiente. No tenía derecho a más. Solo podía apretar los puños y mis dientes.

No hace falta que lo mencione si no lo he dicho, pero no le hablé a nadie sobre lo que leí en el ordenador de ^[Ç+?, sé que tendría que haberlo dicho en cuanto lo descubrí, pero no quiero hacerlo, al menos, no todavía. Por mi parte, no quiero leer más de lo que hay escrito, aunque lo único que tenga derecho a leer sea mi nota, no quiero leerla, no quiero tener que ver nada con eso.

Estuve el resto del día encerrado, mi padre me tuvo que subir la comida y cena a la habitación, por lo menos en ese entonces la comía. Pero el dilema de quedarme encerrado en esa habitación no fue cosa de un día. El martes fue lo mismo, no hice mucho estando ahí encerrado, la mayoría del tiempo ahí consistía en estar tumbado en la cama, intentando dormirme otra vez. Poco a poco empecé a comer menos, rechazaba la comida que mi padre me traía, no tenía apetito, y sentía que al comer gastaba más fuerzas de las que ganaba, aunque luego de hacer tan poca cosa, no lograra dormir por la noche.

A pesar de lo que hacía, sabía lo que tenía que hacer mañana, mi padre tenía un traje suyo el cual ahora me vale a mi, por lo que estoy prácticamente obligado a ir al funeral. No sé como reaccionaría la gente si no fuera, no sé si sentirían lástima por pensar que estoy tan decaído, o si se indignarían por no tener el valor de presentarme.

Solo sé que ambas opciones son igual de difíciles.

No tengo ganas de ir, pero no tengo el valor de quedarme. Siento que si voy, arruinaré todo de una manera u otra, algo haré para que todo el mundo me mire de mala cara. Y, aunque no haga nada, la gente ya debería de estar enfadada conmigo. Deberían de saber lo que he hecho, el pecado que he cometido.

Aún así, es un castigo que nunca tendré, nunca se me juzgará de pereza, porque todo se tapará como una mera tragedia, como algo imprevisible, pero evitable. Ese es mi pecado, no evitarlo, si ya he roto la barrera de lo imprevisible, no tiene sentido dejarlo ahí. Solo un imbécil dejaría una carrera a medio hacer, o la acabas, por muy atrasado que vayas, o no la haces en primer lugar.

Creo que sé lo que voy a hacer mañana. Si mi padre me obliga a ir, iré, me tragaré mi orgullo y vergüenza y me presentaré ante todos, pero si me deja quedarme aquí, eso es lo que haré. Dejaré que ella descanse, no creo que quiera verme la cara ahora mismo, menos aún cuando lo único que va a ver es una capa negra que no deja ver lo que hay al otro lado. Tampoco me he ganado el derecho de ir al funeral en primer lugar, por lo que sería una falta de respeto ir.

Como ganarme el respeto? No puedo. Acaso voy a tener otra hermana a la que voy a apoyar? Siquiera voy a conocer a alguien a quien pueda ayudar? Seguramente solo me aprovecharía de esa persona como si fuese un trapo sucio.

Es por eso que no quiero ir, pero, esa no es la única razón, claro. También va a estar mi madre.

No quiero verla. Eso es definitivo. No creo que explote debido a ella si voy, ya que no sé si lo que siento es enfado o miedo de verla. Solo sé que nos tiene el suficiente respeto como para venir al funeral. En todo caso, le tendría respeto a ^[Ç+? y a Papá al venir, no tiene razón por la que venir para mi.

Lo único que puedo hacer ahora es dormir, y quizá rezar, aunque no sepa que resultado es el que quiero, y cual es el mejor para mí, quiero rezar para tener el mejor resultado de todo esto.

No pude dormir esa noche, como en el resto de esta semana. Era por la ansiedad, el miedo, y lo nervioso que estuve toda la noche. Además de que cuando me ponía a pensar de quien era el funeral, me estresaba todavía más, y sentía como, cada vez que lo pensaba, recuerdos individuales se reproducían aleatoriamente en mi cabeza.

Tampoco sé si realmente pasaron las cosas que me imaginé o no, casi todo lo relacionado con mi infancia es una imagen difusa.

Y, cuando pude dormirme, no soñé nada.

No pude despertarme yo solo a la hora del funeral, era por la mañana, por lo que había que madrugar, mi padre fue el que me despertó.

Hasta que salí de casa, estuve con un leve dolor de cabeza. Supongo que fue por lo mal que dormí, o puede que fuera un aviso de que me quedara en casa.

Ahora que lo pienso, en todo ese tiempo nunca pensé en evitar irme de casa. Mi padre nunca me dijo que estaba obligado a ir, aunque si usara esa misma lógica, tampoco me dijo que me podía quedar en casa.

No desayuné, me fui directamente a la ducha, evitando mi irrelevante costumbre de ducharme con música, para luego ponerme el traje.

Me quedaba perfecto. No me importaba en absoluto que me quedara bien, hasta me daba rabia, era como si estuviera fijado que tendría que llevarlo puesto un día.

Y con que me quedara bien, lo digo por tamaño, no por aspecto. No me gustaba como me veía en traje. Parecía un cosplay mal hecho. Además de que no me podía tomar en serio con el peinado y ojeras que llevaba. No estaba despeinado, iba con mi peinado de siempre, para un chico, tengo el pelo largo. Al menos, la mayoría de me clase lo lleva más corto que yo.

No creo que tenga que explicar por que las ojeras me quedan mal.

Mi padre quiso darle una buena ceremonia a mi hermana. El funeral fue en el templo de la zona, y es de esos funerales en los que se hace un rito por el difunto. Para ser sincero, no se como es un funeral. Como no fui al de mi abuela, no se en que consiste, o que se hace y que no se hace.

Todo el camino al lugar fue incomodo y ligeramente tenso. Mi padre y yo casi ni hablamos en los 20 minutos que estuvimos andando. No lo veo como algo malo, creo que es mejor si no nos decimos nada, ya que puedo dar por hecho que no hay nada importante por aclarar, al menos por su parte, ya que aún sigo sin decirle a nadie lo del ordenador.

Debería aprovechar el momento y decirlo?

No me veo capaz de hacerlo. De verdad voy a ser yo el portavoz obligado a decir que esas notas existen?

Si no puedo ni pedir perdón por lo sucedido, como voy a poder decir eso sin dudar?

Al llegar, ya había gente en el lugar, esperando a que nosotros llegáramos, no mucha, claro, todavía era muy pronto.

Aparte de mis abuelos y padres, no conozco a casi nadie de la familia, solo a un primo menor que yo. No sé si vendrá. Y aunque diga que le conozco, ni me acuerdo de su nombre.

La gente que estaba esperando no tardó en venir a hablar con mi padre y a lamentarse por lo ocurrido.

Intenté alejarme de ese grupo que de la nada se había formado, pero era inútil, siempre había alguien que tenía que decir "Seguro que lo tiene que estar pasando mal" o "Y tiene que pasar por esto siendo tan pequeño" como si fuera un puto crio.

No había ni llegado el alma de la fiesta y ya estaba planteando si de verdad había sido buena idea ir.

Mientras más tiempo pasaba, más gente llegaba, gente que no conocía en absoluto, todos eran gente mayor, y casi todos parecían ser familia directa, ya sea de parte de mi padre o de mi madre. Que, hablando de ella, se dignó en aparecer más pronto de lo que pensaba.

Mi padre se veía nervioso, pero igualmente decidió hablar. No escuché nada de lo que dijeron, estaba sentado en el escalón del templo, y ellos estaban cerca de la escalera, cerca del Tori de la entrada. Mi madre se veía igual de incómoda que mi padre, pero ambos estaban igual de preocupados y, en cierto modo, disgustados. Espero que sea por el funeral y no por verse las caras otra vez.

Cuando acabaron de hablar, mi padre señaló a donde estaba, y mi madre me miró. Ahí pude verla de frente al completo. No había cambiado nada. Quizá hasta se veía un poco mejor que antes. Es que es más feliz ahora que se ha deshecho de esta familia maldita?

Lo que me extrañaba era que estaba sola. Me esperaba que viniera con un hombre, especialmente su nuevo marido, pero no fue el caso. Puede que haya decidido venir sola por su cuenta.

A pesar de verme a la distancia, y hacer contacto visual por unos segundos antes de que yo apartara mi mirada, ella no vino a decirme nada. Ella fue a hablar con otras personas del lugar.

No hubo ningún otro familiar importante que viniera, y me dio rabia que solo vinieran familiares. Sigo sin entender como alguien como ella se mereció estar sola.

Aunque, mientras pensaba eso, alguien más vino.

Llevaba el traje negro que se esperaría en un funeral, era una chica, medianamente alta, con una mirada apática pero a la vez cansada atravesando sus gafas, pero lo raro era su edad. Se veía joven.

Será una prima perdida o algo? Pensé.

Ella venía sola, por lo que sería raro. Aunque quizás viene tarde y ahora se va a reunir con sus padres, o con quien sea que venga. No me quedé a gusto con esa suposición, por lo que decidí verla un poco más.

Si parecía que buscara alguien dentro de la multitud, cada vez acercándose más al templo, y al parecer, eventualmente encontró a la persona con la que se tenía que reunir.

"Disculpa, pero, tú eres el hermano de ^[Ç+?, no?" Me preguntó la chica que tanto estaba observando de frente, con un tono monótono que intenta esconder su duda.

Que directa… Y un momento, porqué me está hablando a mi?!

"… Y tú eres?" Le respondí con un tono más pesado que de costumbre.

"Si," Al escuchar mi pregunta, ella dio un paso hacia atrás, para después inclinarse levemente ante mi, "Soy Suzune Aitsuki, una…" después de dudar un momento, terminó su presentación, "una compañera de clase de tu hermana"

Una compañera de clase? Pero quien-? Después de pensarlo un rato, me hice una idea de quien podía ser.

"Ah, si, la librera"

"Librera?"

Mierda…

"No no, no es nada…" Se me escapó por un momento el nombre en el que estaba pensando. Por lógica, ella era la única que podía venir aquí, aunque sigue sorprendiéndome que de verdad haya venido. "Yo me llamo

Riku :2!";_¨`* "

Hubo un breve pero pesado silencio después de la presentación, hasta que ella decidió hablar.

"Yo, había venido para disculparme con todos, y sobre todo contigo"

"Y por qué?"

"Me sabe mal que se haya ido con ese sabor de boca por parte de mi clase" Por muy calmada o robótica que suene, puede notarse un leve tono de preocupación y arrepentimiento en la boca.

Ahora que me doy cuenta, si ella a venido aquí, no significa eso que todo el distrito sabe de la noticia? Espero que no haya llegado a la ciudad también...

Antes de contestar, apreté mi puño derecho para calmarme.

"No es del todo tu culpa, ellos se metieron con ella, y…" joder… tan fácil se me va la lengua?

"Te lo ha contado?" Respondió Suzune, mostrando ese tono preocupado que tanto a intentado esconder con un toque de arrepentimiento.

"S-si…" Obviamente tenía que mentir acerca de eso. Después de la afirmación, ella se sentó al lado mía sin previo aviso.

"No se te hace raro que haya venido?"

"…No tengo razón por la que pensar que eso sea raro"

"Mh…" Ella apoyó su mejilla en su mano, y ambos miramos al frente. Había mucha más gente de la que me podría haber imaginado, aunque no conociera a casi nadie, me calmaba un poco el saber que tanta gente ha venido a esto, aunque no sepa quienes van por pesar y quienes por obligación. Incluso ha venido alguien de su clase…

"Eh… Esto, Suzune…"

"...Si?"

Antes de poder responder, la puerta del templo se abrió sin previo aviso. Cuando pasó, toda la gente del lugar dirigió su mirada al templo, y empezaron a entrar. Mucho antes de que esto pasara, Suzune y yo ya nos habíamos levantado y apartado, por mi parte, esperando a mi padre.

La ceremonia en sí no duró mucho, lo que me puso mal cuerpo de todo el evento fue tener el ataúd suyo a pocos metros de mí. Saber que si quitaba la tapa podía ver su cara otra vez me aterraba mucho más de lo que me esperaría.

Pude controlarme lo suficiente como para no llorar, a pesar de que algunos en la sala ya lo estaban haciendo. No lo digo a modo de burla, tienen el derecho de hacerlo, después de todo. Algo que me cogió desprevenido es que de ese grupo estuviera mi madre.

No estaba llorando a cántaros, intentaba aguantarse mientras alguna que otra lágrima se le escapaba. Por alguna razón, me sentó mal verla así.

Después de la ceremonia, y antes de llevar el cuerpo al cementerio, estuvimos en el templo un tiempo. Otra vez, los adultos solo aprovechaban para hablar de la desdicha que había ocurrido, o de lo trágico que era que algo así haya ocurrido.

Y quiero poner énfasis en lo trágico.

Nadie en la sala sabía que ella se había suicidado. Todos pensaron que algún criminal estaba detrás de todo eso. Que si ella estaba por la calle y la atacaron. Que si alguien se coló en casa y ella trató de defenderse en vano. Al parecer, mi padre omitió la causa al contar lo sucedido.

No soy quien para juzgar si eso está bien o mal, siendo yo el que todavía tiene algo que entregarle a la gente. Sobre todo a mi padre.

Durante el rato en el templo, no hice más que apoyarme en la pared y mirar a la foto que había puesta en el altar de ^[Ç+?. Era de este año, creo que es la que usó para entrar a la preparatoria. Estaba sonriendo.

La decoración del altar era algo digno de tener. Aunque no pueda dejar de pensar en lo que le tiene que haber costado a mi padre preparar todo esto, sigue pareciéndome algo que ha merecido la pena. Tanto hacerlo como venir.

Otra cosa a destacar es que mi madre vino a hablarme junto a mi padre. Afortunadamente no me ha dado ninguna mala noticia, como que van a volver a estar juntos. Se acercó a saludarme, y a decirme que, solo por hoy, iba a quedarse en casa. No dije nada al respecto.

No tenía nada que hablar con ella igualmente. Nunca fue una persona por la que he tenido interés, y ahora simplemente la odio a secas, aunque hubiera sido peor que se quedara con nosotros.

El simple hecho de tener razones por las que separarte hace saber el error que has cometido al juntarte con papá. Si todo esto iba a acabar así, mejor no haberte liado con él en primer lugar.

Por lo menos, agradezco que se haya disculpado por mi hermana, aunque no sea su culpa. Se está comportando mucho más adulta de lo que pensé.

Me imaginaba que ella vendría apática y enfadada, como si esto fuera una buena tocada de cojones, pero siento que de verdad le duele que haya perdido a su hija, aunque sea una a la que abandonó.

Es algo que no se lo voy a perdonar nunca. La única razón por la que hubo un mal ambiente en casa por un tiempo fue por ella y por sus santos cojones.

Después de lo que hice con la abuela, ella discutía con papá a la mínima que tenía una oportunidad de quejarse con algo, y aunque intentaras defenderla se iba a lanzar contra ti.

Era como si no confiara en nadie salvo en ella. Odio que mi padre haya tenido que pasar por tantos dolores de cabeza debido a ella, y que cuando esa por fin se va, tenga que pasar esto.

Acaso no puede nadie tener una vida normal y punto?

Antes de irnos, Suzune se juntó conmigo otra vez. Al parecer, había salido a fuera un momento antes de venir conmigo. Habrá llorado? Lo dudo.

No me confrontó directamente como antes, ella se apoyó en la pared, igual que yo, al lado mía

"…"

"… Lo siento" dijo ella, repentinamente.

"… No es tu culpa" Parece que no se lo haya dicho antes, pero tampoco estaba con el ánimo de recriminarle nada.

Nadie dijo nada. A pesar del ruido que había en el lugar, sentí como si esa capa densa de niebla negra estuviera acariciando mi espalda poco a poco, mientras miraba de reojo la foto de ^[Ç+?.

Pero, antes de salir del templo por mi cuenta, continué con lo que no pude decirle antes.

"Suzune, gracias por hablar con mi hermana"

"…?"

"Por lo que sé, no estuviste mucho tiempo con ella, y al inicio no se si os llevabais bien, pero, aun así, gracias por intentar acercarte a ella"

"No… yo…"

"Sé que querías estar más tiempo con ella" Al decir eso, ella se me quedó mirando por un tiempo, como si estuviera preguntándose como un niño menor que ella puede decir esas cosas.

"...Podemos ir afuera un momento?" Mientras apartaba su mirada de mi, hizo esa pregunta. Obviamente le dije que sí, y fuimos detrás del templo, donde no había nadie.

"Bueno… Que querías decirme aquí?" En cualquier circunstancia, habría añadido a esa pregunta alguna frase tipo 'No querrás hacerme cosas, verdad?', pero no soy tan imbécil como para no entender la situación de ahora.

Ella tomó un breve momento para suspirar.

"Primero de todo… Que haces para darte cuenta de ese tipo de cosas? Acaso piensas que soy 'tímida'?"

"Eres igualita a un amigo mío" Le respondí sin dudar.

"No sé como será ese amigo que dices, pero no me considero alguien tímida en lo absoluto. La mayoría me dice que soy muy fría, y que paso mucho de la gente, y…"

"Por eso, tu eres anti-social. El amigo que digo lo es a medias, pero sigue contando"

Al parecer, esa suposición mía hizo que Suzune rompiera ese comportamiento medianamente formal y un tanto robótico, al sonrojarse un poco.

"C-como puedes decirme eso a la cara?!"

"Estoy equivocado?"

"Bueno… no tanto…" Ella se recolocó las gafas antes de dar su punto de vista. "No me disgusta pasar tiempo sola, pero, al contrario de lo que estarás pensando, tengo amigas en clase… por lo que quizá si me parezco más a ese amigo que dices de lo que pienso…" Parece que hasta le moleste que haya acertado tanto. Estoy haciendo trampas, eso si, así que no me siento orgulloso.

"Ejem, pues, después de haber descubierto eso… Que era lo segundo que me ibas a decir?"

"Ah, si" Al oír mi pregunta, ella se llevó las manos detrás de su espalda y las juntó. "Esto…"

Ella se tomó su tiempo para expresar lo que quería decir. Hasta notaba en tiempo real como cada vez se ablandaba más y más, y hasta parecía estar triste. Después de un suspiro, ella empezó a hablar.

"Yo… no quise hablar con ella en primer lugar, no parecía ser mala persona, pero con tanta gente en clase hablando mal de ella… tenía miedo de que también se metieran conmigo. Unos días después, pude hablar con ella, y, me disculpé por haberle dicho todo eso en primer lugar. Me acabé interesando por ella. Casi ni la conocía, y puede que al inicio lo hiciera por lástima, pero, incluso con el poco tiempo que he pasado con ella, siento que de verdad era una amiga… y…" Suzune paró de hablar un momento, se dio la vuelta sin decir una palabra, y otra vez se hizo el silencio.

A pesar de ser algo familiar para mi, odio cuando hay mucho silencio estando con alguien. Es incómodo.

Estaba clara la razón por la que ella se había dado la vuelta. No la conozco de nada, ella casi ni conoce a mi hermana, pero, incluso si es así, ella estaba llorando por ella. Tan rápido puedes formar una relación con una persona por la que llorarías su muerte?

Y, por mi parte, incluso si la acababa de conocer, no quería que llorara enfrente mía por ella. Si esto sigue así, voy a acabar llorando yo también.

"Suzune…"

"…"

"… La verdad es que, no sé que decir ahora mismo. Tanto a tu respuesta, como para consolarte. Me da rabia tener que admitirlo. Pero, solo quiero que sepas que no has llegado tarde."

"Eh?…" Suspiró ella, mientras se limpiaba las lágrimas.

"Aunque te parezca poco tiempo, seguro que a ella le ha servido suficiente, hasta si no ha sido capaz de verlo en primer lugar. Por eso estoy agradecido. Y, si además te culpas de ello, a pesar de haberla conocido hace poco, eso me hace en parte feliz. De verdad que no sé como puede hacer alguien para preocuparse tanto por alguien que no conoce"

Es irónico.

"Pero…"

"La otra parte de que te culpes me preocupa, y para eso, solo tengo que decir una cosa…" Soy un payaso. "Si yo, que soy su hermano, no he podido evitarlo, no es tu culpa que no hayas podido hacer nada…"

"… Me sienta peor que me lo digas con esa cara..."

No dijimos más acerca del tema, supongo que ninguno de los dos teníamos que decir nada más en ese momento. Ella se calmó, yo evité romperme, y cerramos la conversación dejando el lugar. No la consolé abrazándola. Ella no se abrió enfrente mía, luchó para evitar que pasara, y cuando pasó, intentó que no la viera así. Ya sea por timidez o por no hacerme preocupar, se dio la vuelta.

Esas palabras dulces y mágicas que calman a las personas en ese tipo de situaciones solo existen en la ficción.

Tan solo, apartamos el tema, ella se limpió las lágrimas, yo suspiré, y fuimos de vuelta a la entrada del templo.

Iban a llevarla al cementerio.

Antes de ir, mi padre habló un momento conmigo.

"… Riku, sabes que no tienes por qué venir, no?"

"Papá, ya te dije antes que-"

"Aunque me lo hayas dicho, has tenido muy mala cara toda la ceremonia. No digo que sea un momento de estar feliz o relajado, pero te veo peor de lo que me esperaba. No digo que no puedas venir al entierro, pero no te sientas obligado a venir si no quieres"

Sé que no lo dice a malas. Sé que lo dice con buena intención. Pero eso no es lo que me da rabia. Lo que de verdad me da rabia es…

"… E-entonces, de verdad puedo ir a casa?"

"Si, no te voy a culpar por eso. No me sentiría bien conmigo mismo si solo te hace mal ir. Ya te dije que no tienes que forzarte a hacer más de lo que puedes"

"...Gracias…" Huí. Me escondí de lo que tenía que hacer.

A pesar de todo, no me arrepiento de este momento del todo, ya que, antes de que mi padre se fuera, le dije una última cosa.

"Pues, cuando vuelvas a casa, quiero decirte algo."

"Te has echado novia?"

"Como se te ocurre decir eso ahora?!" Por mucho que haya dicho eso, su tono de voz todavía sonaba pesado y cansado. Solo querría motivarme un poco.

"Entonces, te vas a casa, Riku?" Dijo una voz femenina detrás mía.

"…!?" Me dio un pequeño susto que Suzune apareciera de la nada detrás mía.

"Olvida la broma… Ten cuidado a la vuelta"

Mi padre volvió a su forma normal de ser. Creo que mi lado de comediante lo he sacado de él. Probablemente.

"Ah, si, procuraré tener cuidado" Al decir eso, mi padre me sonrió levemente y se dio la vuelta para seguir a la multitud. Al final, me quedé allí solo con la librera. Solo podía suspirar después del susto que me ha dado.

"...Ya has escuchado, me voy a ir a casa, puedes adelantarte si quieres, yo voy a quedarme un momento aquí"

"Y que vas a hacer aquí?"

"Nada"

"Mh, nada" Ella se quedó callada un momento, antes de contestar. "Pues entonces haré nada contigo"

"Y en que momento he dicho que vaya a hacer nada con alguien?"

"En ninguno, pero, al ser mayor, no debería de quedarme contigo?"

"No soy un crio, puedo estar solo…"

Después de más habla sin sentido, pude convencerla de que me dejara solo, y después de esperar a que todos se fueran del lugar, empecé a caminar a casa.

Me sentía mucho más cansado que de costumbre, lo cual era normal después de la noche que había tenido. En si, no quería andar en ese momento, no podía dejar de pensar en el entierro, y me sentía culpable por no ir.

Irónicamente, no tardé mucho en ignorar la situación por completo, y en el tiempo que tardé en volver a casa, ese peso que sentía por huir cesó. Ya había aceptado mi pecado, y, como nunca voy a estar lo suficientemente arrepentido como para dar media vuelta, dejé de lado todo.

Dentro de nada iba a ser la hora de comer, por lo que, al llegar a casa, me calenté fideos instantáneos en el microondas.

Por primera vez, me sentó mal comer solo.

Ojalá esto fuese un romance o un "Slice of Life", así pasaría cualquier evento aleatorio que haría de mi vida algo más interesante, ya que yo solo no puedo hacer nada en ella.

Digo esto, ya que, como de costumbre, después de comer pensé en que hacer. Dar una vuelta? No tengo energía como para salir a la calle. Leer algo? Me voy a distraer mucho. Jugar a algo? No tengo ganas.

Cada vez las excusas se vuelven más genéricas. No quiero porque no quiero. Quizá es que no me apetece hacer nada, debería de echarme una siesta, pero mi cabeza quemada por el móvil de mierda solo quiere "hacer algo". Eso sí, algo que sea divertido, porque dormir es aburrido.

Después de dar vueltas por casa como un niño en navidad, decidí cambiarme de ropa. Supongo que en algún momento me he acomodado a llevar traje, aunque con lo que debe de haber costado mejor lo guardo.

No podía faltar el rebuscar en el armario de ^[Ç+?, como si fuera costumbre, y robarle algún pijama.

De verdad que su armario es una reliquia sagrada. Aunque cada vez que lo abro, por un momento todo parece ser de color rojo.

Con el pijama ya puesto, terminé de irrumpir en su armario, para robarle la cama.

Esperaba estar tumbado inútilmente horas y horas hasta dormirme sin darme cuenta, o levantarme frustrado, pero tardé poco en dormirme.

Esta vez, sí soñé.

La parte mala de esto es lo ambiguo que todo se sentía, no había nada definido, era todo figuras y colores abstractos, los cuales no significaban nada para mi.

No tenían valor alguno, a pesar de que me resultaran familiares. Más todavía si, al moverme en lo más mínimo, estos cambiaban junto a mi movimiento. No se mezclaban, estos bailaban entre sí, sin perpetrar en el espacio del otro, era un baile indefinido, un baile inexistente.

Las únicas cosas consistentes dentro de ese mar de colores era una luz blanca, excesivamente alejada de donde estaba, y también, ojos.

Eran pocos, casi escasos, pero los que había me miraban a mí. No me sentía incómodo, me sentía asqueado, era como ver un cadáver putrefacto con ratas comiendo de la carne.

Cada vez que veía uno, intentaba deshacerme de él, de cualquier manera. Al hacerlo, estos explotarían, dejando atrás una débil risa, igual de asquerosa que sus miradas.

Pegando y aplastando cualquier ojo que me mirara fijamente, decidí enfocarme en la mancha blanca del final, e ir por ella.

Cuanto más andaba, más pálidos se veían los colores, y más ojos aparecían en mi camino. Llegó a tal punto que merecía más la pena ignorarlos y seguir adelante que en cargármelos uno a uno.

Cuanto más andaba, más creía que, al final del todo, en la luz blanca, había alguien esperándome. Pero no podía ver a nadie. Ni una silueta, ni una sombra. Nada.

Los colores se habían convertido en la misma luz que antes perseguía, aunque casi ni se notara el cambio, debido a la cantidad de ojos a mi alrededor. Todos mirándome.

No podía soportarlos, pero no podía pararlos, así que fui yo el que cerró sus ojos primero, los cerré, pero decidí seguir adelante.

Pero, no tuve ni la más mínima oportunidad de dar el primer paso al cerrar los ojos, ya que en cuanto lo hice, el sueño acabó.

No me despertó nadie, seguía dormido, en un estado de trance, pero el sueño había acabado.

Quien más tarde acabó despertándome fue mi Padre.

"-ku, estás ya despierto?" Fue lo primero que escuché de su parte.

Antes de decir nada, me levanté de la cama, para quedarme sentado en ella. "Si… Que hora es?" dije mientras me frotaba los ojos.

"Pues, te estaba llamando para cenar. También…"

"Pasa algo?"

"Bueno, olvidé decirte que Mamá iba a cenar con nosotros hoy"

"…" Por muy preocupado que estuviera mi padre de mi respuesta, y de un posible lío en la cena, no me tomé tan mal. La idea seguía sin hacerme gracia, de todas formas.

"Ah, y, si quieres, puedes contarme eso que querías decirme más tarde. Habíamos llegado a casa hace un rato, pero no he querido despertarte hasta ahora"

"Si...eso…" Tampoco me hacía gracia tener que ser el que le diga a él sobre las cartas. Aunque, viéndolo desde otra perspectiva, realmente no tengo una razón por la que esconderle eso a la gente. "Hace falta que me cambie?"

"Para nada, no va a ser algo serio. Es tu madre, por mucho que no haya estado con nosotros" Y solo porque 'sea mi madre' debo hacer como que no a hecho nada?

No pienso perdonarla, y mucho menos tratarla como alguien cercana.

"Me da vergüenza que me vea vestido así, de todas formas. Me cambio y bajo"

"Si, empezaremos a cenar cuando bajes". Mi padre, con un tono más calmado en su voz, se fue de mi habitación. Yo, tal y como dije, empecé a cambiarme de ropa. Como las sudaderas y pantalones del armario también me valen, cogí cualquier pieza de ropa que viera y me la puse. Acabé con una combinación la cual solo ella podría aprobar. No era horrible, solo que era su estilo.

Después de vestirme, salí de la habitación y baje las escaleras.

Ella estaba sentada en una de las sillas enfrente de la mesa del salón. Como si nunca se hubiera ido, en cuanto me vio, me saludó.

Doy gracias a que mi padre no me obligó a hablar en ningún momento,

no tenía que decir nada, y la situación ya era lo suficientemente incómoda como para tener que empeorarla. Todo esto para mí.

Mis padres, por otra parte, estaban mucho más cómodos de lo normal. Yo solo espero que se queden separados. No quiero tener que volver a vivir con mi madre, menos ahora que estoy solo.

Papá no es el tipo de persona que se derrumbaría al completo por esto. Es normal que haya estado decaído desde que pasó, más todavía hoy con el funeral. Si es normal que él esté así, no entiendo porqué estoy tan calmado.

A este punto me habría vuelto loco, en vez de comerme poco a poco el filete en el plato, ya habría alzado la voz hacia mi madre, probablemente le habría dicho mil y un barbaridades, haciendo que se fuera de casa rápidamente, para luego tener que encarar a mi padre, con una cara de disgusto que pocas veces tiene.

Acaso soy un desalmado? Tan poco me ha afectado que ya lo tacho de "normal"? Qué es lo que debería de estar haciendo ahora? Qué se supone que haga? Acaso quieres que me olvide de todo, como si no hubiera pasado, y que viva mi vida como si fuese hijo único?

Por mucho que siga siendo "hermano de…", todo se ha ido a la mierda. Y no es como si la gente fuera a entender esto. Ahora soy ese chico que ha pasado por algo horrible. Cada vez que oigan mi nombre, pensarán primero en esto, luego en los problemas que pueda tener, y por último, en mí.

Me niego a aceptar que ese sea mi destino. No quiero acabar derrochando dinero en un psicólogo de mierda que lo único que va a hacer es echarle sal a la herida. Va a humedecer la sangre seca pegada en mis manos.

Cuanto más pienso, no en lo que ya fue, si no en lo que va a ser, más se me quita la motivación de seguir. Pero no tengo otra opción. Por muchas noches que haya pensado en esa tontería, tengo que aceptar que siempre ha sido un disparate, que nunca será algo serio. Solo tengo que aceptarlo y seguir con ello.

E, incluso si tengo mi cabeza llena de voces, las que más se escuchan son las de ellos dos.

"();!…" De la nada, esa conversación tan natural, y por partes nostálgica, que estaban teniendo mis padres, se interrumpió por un leve llanto de mi madre, seguido por un tono preocupado de mi padre, lanzando al aire el nombre de quien causó ese tono.

No estaba prestando atención a la conversación en absoluto, pero supongo que estará llorando por lo de mi hermana. Como si tuviera derecho de hacerlo. Si vas a llorar, llora por no haber estado aquí.

Entre sollozos, ella no paraba de decir que no debería de haber pasado, que ella no debería de estar en esta casa, al final, había venido solo por el funeral. No quería creer que su preciada hija había hecho tal cosa. Quería saber el porqué. Quería saber porqué Dios, porque nadie quiso ayudarla. Era un grito desesperado hacia la sociedad, por haber dejado que muriera tal ángel. Pero tú eres la última que puede decir eso.

Siendo la primera que la ha dejado de lado, no tienes derecho a saber nada sobre ella, ni a echarle en cara a otros haberla abandonado. No eres quien para juzgar los hechos, cuando te preocupa más tu reputación que tu propia hija. No me vas a engañar con unas putas gotas de agua saliendo de tus ojos.

De por sí, cuando murió la abuela, te importó más el hecho de haberte humillado yo enfrente de ella, que de su muerte en sí. Solo te importa como te ve la gente, actora de mierda. Solo espero que encuentres a otro novio con el que echar un polvo para así alejarte de esta familia de una vez.

Por eso no quiero que me vengas llorando porque ella se ha ido. Seguro que incluso tú eres una de las razones por las que-

"Riku, pasa algo?" Era mi padre, otra vez. El panorama era completamente distinto al de antes, mi madre ya estaba calmada, aunque tenía los ojos un poco rojos de tanto llorar, y mi padre volvía a tener ese tono amable, con un toque decaído. Mi madre me dijo que parecía estar muy tenso, luego de eso, se disculpó por ponerse así en la mesa.

Al parecer, ellos ya habían terminado de cenar, yo era el único con el filete en el plato, no llevaba de la mitad.

"Si no tienes apetito, puedes dejar la comida. Prefiero eso a que luego te siente mal" Ahora era yo el que ' estaba haciendo una escena' por casi no comer.

"Ah, no, no, si quiero comer" Respondí en un tono ligeramente bajo.

No hice mucho más. Mientras comía, ellos hablaban. Lo único que no se me va de la cabeza es que mañana me digan que van a volver a estar juntos. No creo que mi madre quiera hacerlo, pero puede que papá la convenza de alguna manera.

Cuando ya no había mucho más de lo que hablar entre ellos, mi madre decidió hablarme a mí. Me preguntó por mis estudios, también si había hecho amigos, o si tenía novia. El ambiente era como el de cualquier cena familiar. No entiendo como es esto remotamente posible. Me da rabia.

Contesté de la manera más breve posible, pero sin sonar seco, a la mínima que use cualquier tono que no sea bueno con ella, se va a poner como una fiera. Prefiero no tener que tragarme eso.

En medio de esa "conversación" que estábamos teniendo, mi padre aprovechó a recoger la mesa, ya que yo también había acabado. Cogió los platos con los cubiertos encima, y los vasos, para ir a la cocina a dejarlos.

Por parte de mi madre, ella seguía sacando cosas de las que hablar. Me da igual que me cuentes sobre lo que hacías con tus amigas, me dan igual los momentos graciosos que hayas tenido con ellas, me da igual lo que me digas. No te voy a es-

"Pero, hay algo que me da más risa todavía…" Dijo ella, repentinamente. El ambiente del salón se ha mantenido igual desde que ella estaba sentada aquí, era incómodo. Al contrario de ahora, ya que notaba como si todo fuese muy tenso.

"Como eres capaz de decirme esas cosas después de todo lo que has hecho, lamebotas?" Eh??

En la cara de mi madre se pintó una cara apática, la cual siempre he imaginado que tendría debajo de esa máscara.

"En serio crees que lloro solo por mi imagen? No crees que eso es un poco surrealista? No eres tú el que dramatiza un poco las cosas?" Que está diciendo? Me estás culpando? De qué?

Ella me estaba encarando. No estaba hablando mientras se miraba las uñas, o mientras miraba la mesa, sus ojos estaban fijados en mí. En mi cuerpo, en mi cara, en mis ojos, en mi ser.

"Pues, de muchas cosas la verdad. Eres un caso perdido. Crees que tragándolo todo vas a llegar a algún lado. No eres más que un imbécil si crees que vas a llegar a algo con todo eso dentro de ti" …?!

El tono con el que me hablaba era igual que el que ponía cuando se enfadaba conmigo en casa. Un tono amargado y completamente hostil, y en ciertos casos, hasta sarcástico.

"Te ves como alguien mejor solo por haberte dejado? Cuantas cosas crees que he hecho mejor yo que tú!?" … muchas, cientos, miles! De verdad te piensas que 'hacer algo' es ladrar todos los días que estás harta de ser una sirvienta!? Si no estás dispuesta a hacer lo que debes hacer, entonces trae devuelta a ^[Ç+? y pégate un tiro en su honor!

"Hijo, lo que dices pierde peso cuando eres tú el que no hace nada. De por sí, antes de irme no hacías las pocas tareas que te mandaba, siempre le tirabas el muerto a tu hermana, y ella lo aceptaba por lástima" Ella lo hacía porque quería. Hubo más de una vez que no hice las cosas que tenía que hacer porque ella me decía que lo iba a hacer ella.

Sonaba irritada e indignada mientras estaba sentada en su silla, manteniendo esa mirada afilada mientras me tiraba todo lo que tenía que decir.

"Y las veces que ella no quería hacerlo, y las veces que ella no te dijo que iba a hacerlo? No tienes excusa alguna para eso, admítelo. Nosotros te lo mandábamos a ti, no a ella." … Aún así, yo hacía mis obligaciones. Estudiaba cuando tenía exámenes, hacia los deberes cuando los mandaban, y siempre he sacado buenas notas.

Eran ideas tontas. Todo lo que decía eran perrerías. Qué me importa todo eso ahora? Tú crees que eso es lo importante ahora?

"Pero siempre lo dejabas todo para el último día. No dijimos nada por las notas que sacabas, pero no estudiabas casi nada. Decías que te daba pereza estudiar, o que tenías tiempo de sobra. Ni siquiera tú sabes como sacabas las notas que sacabas. Te irá mal en el futuro con esa mentalidad, cariño"

Pero yo hacía lo que tenía que hacer! Mi responsabilidad era ir a clase y sacar buenas notas, y eso es lo que siempre he hecho!

"Ya te lo he dicho antes. Tú no hacías lo que te mandábamos en casa. Eso era una responsabilidad tuya, una que evadiste al completo. Por mucho que hayas hecho la mitad del trabajo, no significa que este completo!"

Eso fue a lo único que no pude contestar.

"Pero bueno, eso no es lo que me molesta. Aunque también es otra responsabilidad que tenías, que siempre has tenido, no la has hecho" Ahora que me vas a decir, que no la he apoyado, que la he abandonado? Ya he oído eso, no hace falta que salga de la boca de una zorra para que lo entienda.

Dirigí mi mirada al suelo, ya no era capaz de mirar a la dirección en la que ella estaba. En ningún momento de la conversación he hablado, pero puedo saber perfectamente lo enfadado que estaba al escuchar y responder casa cosa que ella me tiraba.

"No. Lo que no has hecho es diferente…"

La apatía en su cara poco a poco se cambió por pura repulsión. Su tono pasó de ser hostil a ser frío. En breve, pasó a ser la mujer que conocía a alguien completamente distinto.

"No has sido su hermano menor" … Qué?

"Parecía más una relación tóxica que una hermandad. Ella era siempre la que te apoyaba, la que estaba a tu lado, pero que le has dado a ella aparte de problemas. Además de peso, qué más has aportado?" ...Yo...

"Qué? Ahora no sabes como defenderte? Entonces sabes que tú has sido el primero en acudir a ella, pero el último en ofrecete a ella. Cuando piensas en ^[Ç+?, tan solo piensas en ^[Ç+?, no en tu hermana. La ves como una persona más en tu vida, una que ha hecho mucho por ti. Pero tú le has escupido en la cara."

En cuanto intenté hablar, ella se levantó de la silla. Decidió hablarme estando levantada, sin dejar atrás ese tono cruel, juzgando cuanto podía a la persona enfrente suya, a la cual siguió mirando con un aura de desprecio.

"No contento con dejarla sola, le has pasado todo tu peso a ella. Siquiera has pensado en mi hija como alguien importante por quien es, y no por lo que hace?"

"No te da vergüenza ser el primero en echarme a la cara todo eso, cuando eres el primero que no tiene derecho a hablar con esa boca? Lo único que sabes hacer con esa lengua es hablar, no ayudar. Solo sabes coger, no dar. Eres un egoísta. Un parásito. Hablarte sobre cualquier cosa es como hablar con una pared, ya que no vas a hacer nada"

Cuanto más hablaba, más parecía que se fuera a lanzar encima mía. Junto a este sentimiento, mi madre empezó a acercarse a mí, por muy lento que fuera.

"No sientes pena por ella, no te da pena haberla hundido con el peso que tú has puesto sobre ella, yendo por su consuelo de vez en cuando, contando tus problemas como si se tratara de una novela? Lo único que consigues con esas penurias tan exageradas y frágiles es que ella te vea como alguien fuerte, cuando eres un trozo de cristal más fino que el papel" …

Al final, estaba prácticamente a mi lado, podía escuchar su voz claramente desde mi oído derecho, y sentía su presencia a su vez, no hacía falta que levantara mi mirada para saber que estaba ahí. Tenía miedo.

"Haces que se piense que tienes una peor vida que ella, que su vida parezca gloria pura, y la tuya un abismo sin luz alguna. Como va a poder alguien con ese sentimiento abrirse con los demás? 'Hay mucha más gente pasándolo peor que yo', 'Solo es una tontería, ya se me pasará'. Por mucho que le duela, lo ignora como una deficiencia de su consciencia, una payasada de la que no merece saber ni un psicólogo. No sabes el daño que pueden hacer un par de palabras doloridas?" … Perdón…

En cuanto solté esas palabras débiles, mi madre me agarró del cuello de la camiseta con una fuerza considerable. Estaba forzándome a mirarla a los ojos. Estaban irritados. Se notaba que estaba exhausta de ladrar. Solo podía responder con una mirada agobiada y aterrada, notando como la habitación se palidecía poco a poco, cada vibrante color perdiendo su calidez.

"Te crees que con pedir perdón vas a hacer algo? Palabras tan vacías que tan solo muestran lo poco que te importan las cosas deberían de estar lejos de la boca de cualquier desgraciado que quiera usarla! No puedes enmendar lo que ya has hecho. De ninguna manera. Da igual lo mucho que trabajes para 'compensarlo', nunca lo vas a arreglar. Solo estás evadiendo el problema. No ayudas en nada a nadie. Ni siquiera a ti mismo. La gente que se queda tranquila solo con eso debería de tener otro agujero, igual al que han intentado tapar"

Su voz retumbaba en mi cabeza. Podía sentir como cada pausa le robaba más y más viveza a los ya secos muebles del alrededor, cada vez rondando más a una paleta de colores blanca y negra. Da igual cuanto lo intentara, no podía quitarme las manos de mi madre de encima, por mucho que las golpeara o apretara. Peor aún. Cada vez que intentaba eso, más manos aparecían. Eran negras, y eran finas, muy finas. Parecían desnutridas. Hasta emitían una tenue niebla negra, la cual irradiaba un tenue frio. Estas manos agarraban débilmente cualquier parte de mi pecho. Lo que me impedía quitarlas del medio, era el miedo a tocarlas.

"Y tampoco te creas que vas a arreglar todo suicidándote! Solo te quitarás la culpa de encima, huyendo con la cola entre las patas. Te debería dar vergüenza el simple hecho de pensar en eso! Aunque nadie te quiera vivo, incluido tú mismo, tienes que seguir viviendo por el bien de la justicia. Dios no va a juzgar tus pecados porque no existe. No se puede castigar a un cuerpo podrido e inerte, por eso es que tienes que vivir"

Cada parte de mi gritaba del miedo excepto mi boca, con la cual apretaba mis dientes fuertemente, mientras lágrimas se empezaron a formar en mis ojos, pero sin dejar caer una gota. Las frágiles manos no paraban de aparecer, incluso si ya había dejado de resistirme. Estas me forzaban a mirar fijamente a mi madre, sosteniendo mi cabeza y párpados, para no moverme en absoluto. La cara de mi madre empezó a deformarse en cuanto el cuarto perdió todo su color, mientras, ahora, perdía los tonos negros que tenía, poco a poco. Su rostro no se rompía, solo se estiraba, y desquebrajaba poco a poco, a la vez que su voz sonaba menos y menos natural. Cada vez se parecía más a la de un monstruo.

"Vive para que todos los afectados puedan castigarte. Y si tú eres el único afectado: Sufre. Recibe el castigo de tu propia mano y mente día a día hasta que tu cólera se sienta aliviada. Aguanta esas miradas cada mañana, tarde, y noche para saciar a tu paranoia. Vive con esa carga hasta el resto de tus días, para que descanse junto a ti en la tumba. No vas a sufrir para vivir, ni vivir para sufrir…"

Un lugar blanco.

"Vive para calmar a todos aquellos que has defraudado. Incluyéndome a mi también"

Estaba de pie. Ya nadie me retenía. Nada me iba a parar. No estaba mirando a quien tenía de frente. Me temblaba la vista. Había escuchado y procesado cada palabra que me habían dicho. Y aún así, me sentía confundido. Me llevé las manos a la cara para frotarme los ojos. Para aclarar mi vista. Quizá así puedo saber a quien tengo enfrente. Quizá así…

Varios colores chocaron en mis ojos al abrirlos, todos típicos del salón que tantas veces he visto. Estaba sentado en la mesa del salón. Mi madre estaba prácticamente consigo misma, sobre como era una tonta de pequeña, de una manera un tanto alegre. La jarra de agua y vasos que había antes en la mesa ya no estaban. Supongo que se los habrá llevado mi padre.

Tenía miedo de aceptar todo lo que había escuchado.

No son más que un puñado de palabras sin sentido… Quería convencerme de que era así. Pero sentía que tenían razón. No quería vivir así. Y no iba a hacerlo. Pero que más puedo hacer para… No. Ya me puedo ir olvidando de arreglar esto. Es imposible. No puedo hacer nada. Ni yo, ni nadie.

Después de la cena, mi padre le dejó a mi madre la cama de su habitación para dormir esta noche, al parecer, mamá se irá por la mañana. Supongo que le tocará dormir en el sofá a mi padre. Empezará a trabajar en 2 días, al menos no le sentará mal dormir así por un día, si es que puede. Aunque, antes de que él se fuera a dormir, con mi madre ya en la cama…

Después de llamar a la puerta, mi padre entró a la habitación de mi hermana. "Riku".

"Dime" Estaba mirando mi móvil, tumbado en su cama. Estaba mirando vagamente videos en internet.

"Qué era lo que querías decirme esta mañana?" Me lo preguntó de una manera calmada. No sentía que tuviera curiosidad, pero, de todas formas, quería saberlo.

"Ah… Eso…" Titubeé por un momento, pero acepté que, tarde o temprano, lo acabaría descubriendo por su cuenta.

Dejé el móvil encima de la cama, apagado, y me levanté. Encendí el ordenador, y el monitor, para luego sentarme en la silla. "Ven, tengo que enseñarte esto".

Al encenderse la pantalla, puse la contraseña, y entré en el ordenador. Podía verse el escritorio. No lo había cambiado en absoluto. El fondo era un color negro puro, como antes, y solo había una carpeta en el centro de la pantalla con el nombre "ÁBREME".

Dentro estaban casi todos los documentos que había visto la última vez. Lo único que me llamó la atención es que, dentro de los documentos para personas en específico hubiese uno con el nombre de 'Suzune' escrito en él. Me sentía hasta feliz de verlo, incluso si no era para mí.

"…" Al principio, mi padre no dijo nada. Tampoco le estaba viendo, así que no sé que cara puso. Al poco tiempo, decidió hablar.

"Y pensar que haría algo así…" Su tono era claramente triste y apenado, se podría decir que tenía un tono frágil y débil. No hace falta destacar el leve estado de shock en el que se encontraba al ver la carpeta.

Era la misma carpeta, pero en ella faltaba un solo documento, el cual era el único de todos que yo había leído. No lo he borrado, lo he guardado en otra carpeta aparte que no se ve en escritorio. No sé si eso debería de salir a la luz o no. Por ahora lo dejaré enterrado aquí.

"Quieres que te deje leerlo?" Estaba preguntándole sobre leer su nota personal, tenía pensado salir de la habitación. Haría como si no supiera nada, pero sabré si ha llorado o no de por si con sus ojos. Aunque a veces es mejor aparentar no saber.

"Me gustaría que me dejaras, si" No lo dijo de una forma arrogante, en absoluto. Parecía como si me lo implorara. No dudé en levantarme de la silla, dejar que él se sentara en ella, y salir de la habitación, cerrando la puerta al salir.

Esperé a que acabara en el salón.

Todo el tiempo que estuve allí, aproveché para hablar con Izumi, no la he hablado desde entonces. Tampoco es que ella me haya escrito, pero bueno. Más que hablar, lo que hice fue intentar sacar un tema de conversación con ella, esperaba que al compartir por lo menos un solo gusto, más todavía siendo mi serie favorita, saldría un tema de conversación fácilmente, pero al final no hablamos de nada.

Según lo que me ha dicho, hay muchas cosas que nos gustan a ambos, tanto en anime y videojuegos. Simplemente seré incapaz de tener una conversación con alguien. Siempre soy el que contesta, nunca el que habla. Es molesto ser así de inútil.

Después de un tiempo, mi padre bajó al salón para avisarme de que tenía la habitación libre. Estuve mirando hacia abajo todo el tiempo, por lo que no sé que cara tenía en ese momento. Es una costumbre que tengo, bueno, que técnicamente tenía, ya que dejé de hacerlo a principios de este año, fue ^[Ç+? quien me estuvo dando la lata con eso.

Estuvo una semana intentando convencerme de la nada de dejar de hacerlo. Que yo sepa, lo he estado haciendo desde que tengo memoria, pero según ella, lo había estado haciendo por un año, y pensaba que siempre que estaba así, me sentía triste, o solo. No tengo ni idea de lo que pasaría en su cabeza en ese momento.

Bueno, ni en ese momento, ni en ningún otro.

Supongo que mi Padre no miró otro documento que no fuera suyo, ya que no estuvo mucho tiempo en su habitación. Todo lo que recuerdo cuando bajó al salón es que él estaba sorprendido de que estuviera allí abajo. Él creía que estaría en mi habitación durmiendo.

Gracias a eso, me acordé de que tenía habitación propia en primer lugar. Desde hace 4 días he estado en la habitación de mi hermana, hasta usando su ropa. No, llevo su ropa ahora mismo…

Estoy enfermo…

Sea remordimiento o rabia lo que hizo que me comportara así, iba a dejar de hacerlo. No es mi ropa. Solo me la quedaré si mi padre quiere limpiar la habitación. Sinceramente no tengo idea de que haremos con ella. Por lo menos, podríamos vender las cosas que no queramos usar, o que no nos valgan como recuerdo.

Probablemente hagamos el altar en su habitación. Creo yo que es lo mejor. Quizá mi padre quiere hacerlo en el salón. No lo voy a tratar como un hereje, al final, es solo un mueble con flores, incienso, y una foto suya. Y, pensando en fotos, me acordé de que tenía que pasar todas las fotos de mi móvil y del suyo a mi ordenador. Si no cambió la contraseña de su móvil, debería de ser capaz de recuperar lo que sea que tenga ahí dentro.

No hice más por la noche. No hablé más con Izumi, por que no sabía de que hablar, siempre que dejaba de escribir yo, la conversación se acababa. No la culpo. Si es igual que yo, no tendría sentido que lo hiciera.

Tampoco es que tuviera algo que hacer, ya que no estoy yendo al instituto, no sé si hay trabajos, o exámenes…

Debería de ir…

Supongo que todos sabrán lo que ha pasado. Desde que Suzune fue al funeral, asumí que todos en la ciudad se habrían enterado, y de la ciudad habrá pasado aquí. Hay mucha gente que tiene hermanos mayores en esa preparatoria, por lo que no me sorprendería que se supiera.

Mañana le diré a mi padre que quiero ir. No creo estar preparado, pero no puedo estar seguro si no voy. Ojalá nadie sepa nada. No quiero que se me acerque nadie. No quiero que me consuelen. Un "lo siento" de alguien que ni me conoce parece más una burla.

No, sé que va a ir bien. Si he pasado por esto, el resto no es nada.

Estaba subestimando a la realidad, y me sobrestimaba a mi.