Chereads / Kuro No Hikari: Ryo Kuro / Chapter 12 - Capitulo 12. "El Eco del Poder".

Chapter 12 - Capitulo 12. "El Eco del Poder".

Ryo salió de la oscuridad húmeda de su casa subterránea en Amegakure, sintiendo la fría lluvia sobre su piel mientras el aire cargado de humedad le recordaba lo sombrío de ese lugar. La lluvia caía constantemente, como si el cielo mismo llorara, pero él estaba concentrado, cada gota que le impactaba se deslizaba sin que su paso titubeara. Se ajustó la máscara negra que el sistema le había proporcionado, en la cual estaba grabado el kanji de "oscuridad" y "luz". El contraste representaba su dualidad interna: el poder, el odio, y la certeza de que el amor y la muerte se entrelazaban. Era una imagen aterradora, envuelta en la oscuridad de la noche.

Comenzó su viaje hacia Kusagakure, corriendo sin detenerse ni un momento. El chakra fluía por todo su cuerpo, dándole un impulso silencioso mientras ocultaba su presencia con técnicas sensoriales avanzadas que le enseñaba el sistema. Era invisible, un fantasma en la noche. En su mente, las instrucciones del sistema resonaban como un mantra: ocultarse, permanecer desapercibido. Y lo logró. En dos días cruzó el denso follaje y los valles, moviéndose como un espectro que nadie detectaría.

Al llegar a Kusagakure, la aldea oculta en la hierba, se detuvo en una colina baja, observando desde lejos. El aire era fresco, y la quietud del lugar se le hizo extraña. Recordaba que Kusagakure era una aldea menor, apenas significativa en el panorama del mundo ninja, pero ese detalle no le importaba. Para él, esto era solo un obstáculo que debía eliminar. Sabía lo que debía hacer: buscar a Karin Uzumaki.

Ryo cerró los ojos, activando su ojo de la mente de Kagura. Inmediatamente, su visión mental abarcó toda la aldea. Cada flujo de chakra se hacía visible, como una red de energía conectando a todos los habitantes. Pero entre ellos, sintió uno distinto, una energía que brillaba más que las otras, un chakra denso y familiar. Uzumaki, pensó. Era Karin. A través de la resonancia de sus chakras, pudo localizarla rápidamente. Se movió con sigilo, oculto en las sombras, y entró en la aldea sin alertar a nadie.

Karin estaba dormida, su respiración tranquila, pero su cuerpo cubierto de mordeduras. Utilizan su chakra como medicina... pensó Ryo, observando las marcas. Una mezcla de disgusto y furia le invadió por dentro. No merecía eso. Lentamente, Ryo alzó su mano y con un simple movimiento de su Sharingan maduro de tres tomoes, la sumergió en un genjutsu profundo, asegurándose de que no despertara. Un clon de sombra apareció junto a él, una réplica perfecta de su propio ser.

—Llévala lejos —susurró Ryo—. Cuida de ella y asegúrate de que nadie la siga.

El clon asintió en silencio y cargó a Karin en sus brazos, desapareciendo en un destello para alejarse de la aldea. Mientras tanto, Ryo permaneció un momento más, mirando a su alrededor. Es hora de acabar con esto, pensó, sintiendo cómo el poder dentro de él fluía como un río caudaloso. El Sharingan, esa poderosa herramienta, no solo le permitía copiar ninjutsu y taijutsu, sino también genjutsu. En ese momento, recordó a su villano favorito, Goku Black, y una sonrisa fría se dibujó en su rostro bajo la máscara.

Con un susurro, imitó la voz de Goku Black a la perfección, un reflejo de la crueldad y superioridad que caracterizaba al personaje. —"Los pecadores deben ser purgados", dijo en ese tono oscuro que resonó en su mente. El poder absoluto demanda destrucción.

Ryo se inclinó hacia el suelo, canalizando el chakra en su cuerpo y combinándolo con el elemento viento. Utilizó el jutsu de viento para impulsarse a la superficie de Kusagakure, emergiendo desde el suelo como una tormenta. La aldea dormía en paz, sin darse cuenta de que estaba a punto de ser erradicada. No habría aviso ni compasión.

Concentró chakra en sus manos, creando dos enormes Rasengan de fuego. Las esferas giraban violentamente, emitiendo un calor abrasador mientras sus ojos carmesíes observaban la aldea sin emoción alguna. Ryo respiró profundamente, dejando que la furia interna se canalizara en su técnica.

—Adiós, estúpidos aldeanos y Shinobi insignificantes—susurró, lanzando los dos enormes Rasengan hacia Kusagakure.

Las esferas impactaron el suelo con una fuerza devastadora, y una explosión de fuego se desató, consumiendo la aldea en un torbellino de llamas. Edificios fueron reducidos a cenizas, el suelo tembló, y los gritos desesperados de los aldeanos resonaron en la distancia, pero nada podía detener la destrucción. Kusagakure dejó de existir en cuestión de minutos, reducida a cenizas bajo la furia del poder de Ryo.

Mientras el fuego crepitaba a lo lejos, Ryo se quedó en pie, contemplando la destrucción que había causado. No sintió remordimiento, solo la certeza de que este era el camino que debía seguir.

—"El poder absoluto demanda sacrificios", repitió en la voz de Goku Black, mientras la lluvia empezaba a caer una vez más sobre él, apagando las últimas llamas.

Ryo, aún de pie en medio de las cenizas de Kusagakure, dejó que la lluvia cayera sobre su cuerpo, refrescando el calor residual de la devastación que había causado. Cada gota parecía limpiar lo poco que quedaba de la aldea. Los pocos edificios que no habían sido destruidos estaban en ruinas, y el olor a ceniza se mezclaba con el aire húmedo. Pero a Ryo no le importaba, sus pensamientos estaban enfocados en lo que había aprendido y lo que aún le faltaba por conquistar.

A partir de ese momento, decidió que su voz habitual no sería la misma. La transformación de su ser, tanto física como mental, necesitaba reflejarse en algo más. El poder necesita ser proyectado, y la voz es la primera arma en ese sentido, pensó. Usaría la voz de Goku Black, esa tonalidad que encarnaba su ideología oscura: una mezcla de superioridad, poder absoluto y desprecio por lo débil.

Inhaló profundamente y dejó que su chakra fluyera hacia su garganta. Activó su Sharingan, imbuyendo su voz con la misma técnica que le permitía imitar con precisión cualquier sonido. La voz de Goku Black resonó en su mente mientras la ajustaba, imitando cada inflexión, cada matiz, con perfección absoluta. Luego, habló, permitiendo que la voz resonara en su entorno.

—"Los débiles deben ser purgados. El poder es la única verdad", susurró, pero su tono era profundo y resonante, una amenaza tangible en el aire. Perfecto, pensó, satisfecho con la nueva herramienta que había añadido a su arsenal.

Desde ese momento en adelante, su voz sería una manifestación de su evolución. Con el poder del Sharingan no solo había copiado técnicas, sino que ahora proyectaba su ideología a través de cada palabra que pronunciaba.

Ryo, oculto bajo su máscara negra, avanzaba a toda velocidad entre los árboles, moviéndose como una sombra invisible en la noche. El aire frío se deslizaba por su rostro, pero no le molestaba; su mente estaba completamente enfocada en la misión. Tras la destrucción total de Kusagakure, su objetivo principal ya estaba asegurado: había encontrado a Karin Uzumaki.

Tras cubrir una gran distancia, finalmente localizó a su clon que llevaba a Karin, aún bajo el Genjutsu, hacia un lugar seguro. Ryo observó en silencio, viendo cómo el clon la transportaba de manera eficiente, manteniendo el nivel de discreción necesario. Decidió unirse al clon para completar la tarea de llevar a Karin a su casa subterránea en Amegakure.

Mientras se acercaban a las fronteras de Amegakure, el clon informó a Ryo del estado de Karin. Aunque seguía inconsciente, su chakra fluía de manera estable. Ryo, siempre pragmático, analizó la situación. Había destruido una aldea entera y recuperado a la última miembro de su clan en Kusagakure sin apenas esfuerzo. Pero sabía que esto era solo el comienzo.

Tras dos días de viaje corriendo sin descanso, el dúo finalmente llegó a los límites de Amegakure. Las gotas de lluvia caían intensamente sobre ellos, creando una cortina de agua que aumentaba el aire de misterio. Ryo no podía evitar sentirse en sintonía con el clima lluvioso, como si la melancolía de la lluvia reflejara su propio viaje de oscuridad y poder.

Ryo: "Pronto, Karin... pronto serás parte de algo más grande", murmuró mientras sentía las gotas de lluvia golpeando su máscara. Sus pensamientos eran claros: con Karin bajo su protección, tendría un primer paso sólido hacia el renacimiento del clan Uzumaki.

La entrada oculta a su casa subterránea apareció ante ellos, y rápidamente se adentraron en su refugio seguro. Una vez dentro, Ryo deshizo el Genjutsu sobre Karin con cuidado. La joven Uzumaki estaba profundamente dormida, sin recordar nada de lo que había sucedido. Ryo la colocó en una de las cámaras seguras dentro de su hogar, protegiéndola con sellos adicionales que impedirían que cualquier peligro se acercara a ella.

Ahora, su mente volvía a centrarse en los próximos pasos. Había conseguido a Karin, pero aún faltaba mucho por hacer para asegurar su futuro. Sabía que debía seguir entrenando, perfeccionando sus técnicas y fortaleciendo su cuerpo. Ahora que tenía a otro Uzumaki bajo su protección, debía actuar con más cautela y eficiencia.

Ryo: "El sistema", llamó en voz baja mientras se dirigía a la sala de entrenamiento principal. Sistema, pensó, dame una proyección completa del chakra de Karin. Analiza sus habilidades naturales y encuentra el mejor método para desarrollarlas.

El sistema respondió con rapidez, dándole un análisis completo de Karin. Sus habilidades curativas y su inmenso chakra Uzumaki serían esenciales en la creación de un nuevo futuro para ambos.

Ryo respiró profundamente. Sus pensamientos se llenaron de determinación. "El clan Uzumaki renacerá, más fuerte que nunca", se dijo.