Chereads / Kuro No Hikari: Ryo Kuro / Chapter 11 - Capitulo 11. "El Potencial de Ryo Kuro"

Chapter 11 - Capitulo 11. "El Potencial de Ryo Kuro"

Ryo salió de su espacio mental, el sudor empapando su frente y el cuerpo agotado después de la intensa batalla contra Zabuza Momochi. La realidad golpeó su mente como un tsunami. Sus sentidos estaban aturdidos y, antes de poder procesar lo que sucedía, las luces del entorno se desvanecieron y se desmayó en el suelo.

Cuando finalmente despertó, cinco horas habían pasado. La luz del sol se filtraba a través de las pequeñas rendijas de la casa subterránea, iluminando su habitación con un cálido resplandor. Ryo se incorporó lentamente, sintiendo el peso de su cuerpo como si hubiera luchado contra un monstruo, no solo contra un ninja. Recordó cada golpe, cada técnica utilizada en su enfrentamiento con Zabuza. La adrenalina todavía corría por sus venas, y el eco de la batalla resonaba en su mente.

"Sistema, ¿estás ahí?" preguntó, sintiendo que la conexión con el sistema era más fuerte que nunca.

"Sí, Ryo. Has estado en una intensa simulación de combate. Los datos han sido analizados y aquí están los resultados de tu pelea con Zabuza." La voz del sistema era calmada y metódica, como siempre. "Has logrado superar varios desafíos, pero también cometiste algunos errores que te costaron vitalidad. Debes aprender de ellos."

Ryo asintió, aún un poco desorientado. "Dime, ¿qué errores cometí?"

"Tu velocidad y agilidad fueron impresionantes, pero Zabuza mostró una experiencia superior en combate real. Te subestimaste en ciertos momentos, lo que te llevó a recibir daño innecesario. Necesitas desarrollar más tu sentido de combate y estar más consciente de tu entorno."

El corazón de Ryo latió con fuerza. "¿Y qué hay de mis técnicas? Pude copiar algunas de sus habilidades."

"Exactamente. Has demostrado una gran capacidad para aprender y adaptarte. Has copiado con éxito algunas técnicas de Zabuza, como el Mizu Bunshin no Jutsu y el Suiton: Suiryuu no Jutsu. Ahora puedes combinarlas con tus propias habilidades, aumentando tu arsenal."

Ryo sintió una oleada de emoción recorrerlo. "Entonces, puedo mejorar y perfeccionar esas técnicas."

"Así es. Además, en la simulación has logrado alcanzar un nuevo nivel de dominio de tu Sharingan. Has desbloqueado habilidades adicionales y tu tercer tomoe está completamente maduro."

"Eso es increíble," murmuró Ryo, emocionado. "¿Qué más puedo hacer con mi Sharingan?"

"El poder de tu Sharingan te permitirá predecir los movimientos de tus oponentes con mayor precisión. Además, podrás utilizar técnicas de genjutsu más avanzadas y técnicas de copia con menos esfuerzo."

Ryo se recostó en la cama, pensando en su próximo entrenamiento. "¿Qué debo hacer ahora? Siento que hay más que debo aprender."

"Hay varias direcciones que puedes tomar. Primero, puedes concentrarte en dominar las técnicas que copiaste de Zabuza. Luego, podrías explorar la mejora de tus jutsus elementales, así como trabajar en tu control de chakra."

"Quiero aprender a combinar jutsus y hacerlos más poderosos, algo que pueda sorprender a mis enemigos," dijo Ryo, sintiendo que su deseo de volverse más fuerte ardía en su interior.

"También puedes practicar el control de las cadenas de chakra. Esto te dará ventaja en combate y te permitirá controlar a tus oponentes con mayor facilidad." La voz del sistema continuó. "Además, recuerda que tienes acceso a la Kagura Shingan, que puede ayudarte a detectar chakra y anticipar movimientos."

Ryo se sentó en la cama, sintiéndose más determinado. "Quiero que me ayudes a crear un nuevo jutsu, algo que combine elementos que he aprendido."

"Eso será un desafío, pero estoy aquí para guiarte. Si concentras tu chakra y visualizas lo que quieres lograr, juntos podremos crear técnicas poderosas."

Con el ánimo renovado, Ryo se levantó de la cama, sintiendo cómo la energía comenzaba a fluir a través de su cuerpo. "Entonces, ¡vamos a entrenar!" exclamó, su voz resonando con confianza.

El sistema le proporcionó un plan de entrenamiento detallado, y Ryo se sumergió en sus ejercicios. Con cada movimiento, su determinación crecía, y la imagen de su futura grandeza lo impulsaba hacia adelante. No iba a detenerse hasta que se convirtiera en el ninja más poderoso, uno que no solo se destacara por su poder, sino que también comprendiera el verdadero significado de ser un guerrero.

Las horas pasaron mientras Ryo practicaba, absorbía el conocimiento del sistema y perfeccionaba su técnica. Su mente y su cuerpo trabajaban en perfecta sincronía, cada movimiento un paso más hacia su objetivo final. Sabía que el camino sería largo, pero estaba preparado para enfrentarlo, con su Sharingan brillando intensamente, listo para enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

Ryo, sintiendo la creciente necesidad de ampliar su arsenal de habilidades, decidió que era hora de sumergirse en el estudio del genjutsu. Su experiencia con Zabuza había demostrado que el combate no se ganaba solo con fuerza bruta; la mente también debía ser un campo de batalla. Sin dudarlo, se dirigió a la biblioteca, donde los tomos antiguos y los pergaminos polvorientos esperaban su curiosidad.

Al llegar, la luz del sol entraba por las ventanas, iluminando el ambiente con un suave resplandor. Ryo se sentó en una mesa, abrió un libro titulado "El Arte del Genjutsu: Técnicas para Controlar la Mente" y comenzó a leer.

"El genjutsu no solo engaña a los sentidos, sino que también puede afectar las emociones y la voluntad de un oponente," murmuró, absorbido en el contenido. A medida que avanzaba en su lectura, el sistema le susurró en su mente.

"Ryo, recuerda que para utilizar el genjutsu de manera efectiva, necesitas un control de chakra excepcional y un entendimiento profundo de la psique de tus oponentes. Practicar con tus clones puede ser beneficioso."

Tomando nota de las recomendaciones del sistema, Ryo convocó a veinte de sus clones para comenzar el entrenamiento. "¡Cada uno de ustedes, estudien estos conceptos y practiquen diferentes técnicas de genjutsu! Quiero que cada uno experimente hasta que logren hacer un genjutsu básico sin necesidad de sellos de mano."

Mientras sus clones se concentraban en el estudio del genjutsu, Ryo decidió también que era el momento adecuado para reforzar su técnica de taijutsu. Convocó a otros diez clones para que trabajaran en la combinación de sus estilos. "Vamos a fusionar lo que sabemos y crear un estilo de lucha único y difícil de predecir," les dijo. "Quiero que se centren en la fluidez de los movimientos y en adaptarse a cualquier situación."

Entre tanto, otro grupo de clones se dedicó a entrenar un estilo de combate más mortal que había copiado de su admirado asesino, Hit. "Recuerden," les instruyó, "la clave de este estilo está en el ataque certero y la rapidez. Cada golpe debe ser letal, así que debemos practicar la precisión y la técnica."

Ryo observaba atentamente mientras sus clones se movían en perfecta sincronía, combinando técnicas y creando un flujo de movimientos que lo impresionaba. La energía del entrenamiento llenaba la habitación y Ryo podía sentir cómo sus habilidades se perfeccionaban con cada intento.

Después de varias horas de intensa práctica, Ryo sintió que su mente necesitaba un descanso. Se sentó, cerró los ojos y se sumergió en la meditación. En este estado de calma, visualizó las técnicas de genjutsu que había aprendido, intentando fijar cada imagen en su memoria.

"Sistema," llamó Ryo en su mente. "¿Qué más puedo hacer para mejorar mi control del genjutsu?"

"Debes practicar la concentración y la manipulación del chakra. Puedes usar tu Kagura Shingan para detectar la presencia y el chakra de tus clones. Esto te ayudará a entender cómo afectan sus genjutsus a otros y a ti mismo."

Ryo asintió, agradecido por el consejo. La idea de aplicar su Kagura Shingan le parecía brillante. Se concentró en la energía de sus clones y comenzó a experimentar con pequeñas ilusiones, buscando la manera de proyectar sus pensamientos en la mente de los demás.

Después de unas horas de entrenamiento, se dio cuenta de que había logrado simular pequeñas ilusiones en sus clones. "Esto es un buen comienzo," pensó, satisfecho.

A medida que se acercaba el final del día, Ryo se tomó un momento para reflexionar sobre su situación. En dos semanas, planeaba salir de su casa subterránea y buscar a Karin Uzumaki. Sabía que la tarea de revivir al clan Uzumaki era monumental, pero estaba decidido.

"No solo reviviré a mi clan," se prometió a sí mismo. "Los convertiré en una fuerza a tener en cuenta en el mundo ninja."

Con un nuevo sentido de propósito, Ryo se levantó y comenzó a preparar su plan de acción. Tenía que asegurarse de estar listo para lo que vendría. La vida en el mundo ninja era impredecible y peligrosa, pero estaba decidido a convertirse en un pilar de poder, un líder que traería el renacer del clan Uzumaki y no dejaría que su legado se desvaneciera en la historia.

Con cada día que pasaba, su determinación se fortalecía, y la sombra del pasado comenzaba a iluminar su camino hacia un futuro lleno de posibilidades.

Las semanas avanzaron rápidamente en la casa subterránea de Ryo. Con cada día que pasaba, su determinación de convertirse en un guerrero formidable se intensificaba. Decidido a aumentar su poder y habilidades, Ryo comenzó a implementar un régimen de entrenamiento físico riguroso que lo llevaría al límite.

"Voy a subir los sellos en todo mi cuerpo," pensó Ryo, "deben estar en sincronía con mi chakra y mi crecimiento físico." Con la ayuda del sistema, comenzó a aplicar sellos de gravedad en diferentes partes de su cuerpo, sintiendo cómo la presión aumentaba la dificultad de cada movimiento. Los sellos no solo aumentaban su resistencia, sino que también potenciaban su fuerza y agilidad.

Mientras mantenía su entrenamiento físico, también convocó a 200 clones, cada uno dedicado a aprender el Rasengan, el famoso jutsu de Naruto. "Quiero que cada uno de ustedes entienda la técnica a la perfección," les instruyó. "No solo quiero el Rasengan estándar; quiero que se enfoquen en las variantes elementales. Cada clon deberá experimentar con el elemento de su elección."

Los clones comenzaron a practicar con fervor, concentrándose en la formación del chakra en sus manos, creando esferas que giraban con una energía vibrante. Algunos de ellos intentaron incorporar Katon en el Rasengan, creando un Rasengan de Fuego, mientras que otros experimentaron con Suiton y Raiton, buscando formas de combinar sus técnicas con el jutsu original. Ryo sabía que dominar esta técnica sería crucial para su éxito en el futuro.

Durante las primeras semanas, el sonido de explosiones y gritos de emoción llenaban la habitación, junto con el aroma del chakra liberado por sus intensas prácticas. Los clones se adaptaban y mejoraban rápidamente, y Ryo se aseguraba de supervisar cada paso, aprendiendo de ellos en el proceso.

Mientras tanto, él se dedicó a un intenso régimen físico. Con los sellos de gravedad activados, su entrenamiento incluyó una serie de ejercicios que desafiaban los límites de su resistencia. Realizaba desde carreras en el lugar hasta ejercicios de fuerza, como levantamiento de pesas improvisadas hechas de rocas. Cada gota de sudor que caía al suelo era un testimonio de su arduo trabajo y dedicación.

"Tengo que ser más fuerte que Maito Guy," se dijo a sí mismo, recordando las hazañas del legendario ninja y su impresionante fuerza física. "No solo quiero ser fuerte; quiero ser el más fuerte."

Ryo también dedicó tiempo a estudiar el estilo de pelea de Guy, aprendiendo sobre su enfoque en el taijutsu y cómo aprovechaba su energía al máximo. La combinación de su entrenamiento físico y el uso de los sellos le permitió mejorar su agilidad y velocidad, haciéndolo un oponente formidable incluso antes de completar su entrenamiento.

El tiempo pasó rápidamente, y Ryo sintió que su cuerpo comenzaba a responder a su esfuerzo. Sus músculos estaban más definidos, y su resistencia había aumentado significativamente. También había logrado perfeccionar la técnica del Rasengan, creando su propia versión que incorporaba elementos de los cuatro estilos que había estado estudiando.

A medida que se adentraban en el bosque cercano, Ryo se sintió emocionado por el futuro que le esperaba. Con sus habilidades en constante evolución, la lucha por el legado de su clan apenas comenzaba. "No hay nada que me detenga," pensó, sonriendo mientras se preparaba para enfrentar nuevos desafíos.

La búsqueda de poder había comenzado, y Ryo estaba listo para demostrar que el nombre de Uzumaki no solo era historia, sino una leyenda que renacería con más fuerza que nunca.

Antes de salir de su casa subterránea, Ryo decidió que necesitaba prepararse mejor para su travesía. Sabía que el mundo exterior estaba lleno de peligros, y no podía permitirse caer en una emboscada, especialmente con los shinobi de Hanzo la Salamandra merodeando por la región. Se acercó al sistema, que había sido su fiel compañero en este viaje de autodescubrimiento y entrenamiento.

"Sistema, necesito un mapa geográfico del mundo ninja," pidió Ryo, con la voz firme y decidida. "Quiero saber dónde se encuentran todas las aldeas y los territorios. Debo conocer cada rincón de este mundo si planeo revivir al clan Uzumaki."

El sistema, como siempre, respondió al instante. "Cargando información," dijo una voz neutra mientras una holografía del mapa aparecía ante él. Ryo observó cada aldea, desde la aldea oculta de Konoha, la aldea oculta de la arena, hasta las más remotas como Kusagakure. "Tendré que evitar ciertas áreas y buscar aliados en las aldeas que estén dispuestas a ayudarme," reflexionó mientras memorizaba la ubicación de las aldeas.

Tras estudiar el mapa, Ryo tenía una mejor idea de cómo moverse por el mundo ninja. "Esta información será vital," pensó, sintiéndose más seguro con su estrategia.

A continuación, se dirigió al sistema nuevamente, solicitando algo que lo ayudaría a moverse con más facilidad y sigilo. "Quiero ropa oscura que me permita camuflarme en la noche. Además, necesito una máscara negra con el kanji de oscuridad y luz."

De inmediato, el sistema cumplió con su pedido, haciendo que un conjunto de ropas oscuras apareciera frente a él. La tela era ligera, pero resistente, diseñada para permitirle moverse sin hacer ruido. La máscara, que llevaba el kanji que simbolizaba tanto la oscuridad como la luz, se ajustó perfectamente a su rostro, ocultando su identidad y añadiendo un aire de misterio a su figura.

"Perfecto," se dijo a sí mismo mientras se vestía. Mirándose en un pequeño espejo improvisado, Ryo sintió una oleada de confianza. "Con esto, puedo enfrentar cualquier cosa que se interponga en mi camino."

Ryo se encontraba de pie ante la entrada oculta de su casa subterránea, una pequeña abertura camuflada entre los árboles densos y el manto de lluvia que caía con fuerza. La lluvia repiqueteaba sobre las hojas, creando una melodía suave que contrarrestaba el murmullo de su mente. El olor a tierra húmeda llenaba el aire, mientras una brisa fresca acariciaba su rostro, llevándose consigo parte de la tensión acumulada.

"Es el momento," murmuró Ryo, sus ojos fijos en la oscuridad del bosque que se extendía ante él. Había pasado semanas entrenando, preparando cada técnica y fortaleciendo su cuerpo. Ahora, el momento de salir había llegado, y con ello, la incertidumbre que siempre acompañaba a los nuevos comienzos.

"Kusagakure…" pensó, recordando las historias que había leído sobre la aldea.

"Allí encontraré a Karin. Es fundamental para revivir el legado de mi clan." La idea de buscar a Karin le daba fuerzas, un propósito que iluminaba su camino. Sin embargo, una sombra de duda cruzó su mente: "¿Estaré preparado para lo que me espera?"

Con un profundo suspiro, Ryo dio el primer paso hacia el exterior. La lluvia caía con fuerza, empapando su ropa oscura, pero no importaba; era un velo que lo cubría, un manto que le otorgaba seguridad. Se detuvo un momento para sentir las gotas sobre su piel, el frío lo hizo sentir más vivo que nunca.

"No hay vuelta atrás," se dijo. "Si quiero ser más fuerte, debo enfrentar lo que venga. Esta es la vida que elegí." Las palabras resonaban en su mente mientras caminaba con cuidado por el sendero embarrado, esquivando las piedras y los charcos formados por la lluvia.

La vegetación era densa y los árboles se erguían como guardianes, observándolo mientras avanzaba. El sonido de su respiración se mezclaba con el crujir de las ramas y el murmullo de la lluvia, creando una sinfonía única. Su mente, sin embargo, estaba llena de pensamientos. "Con el poder de mis habilidades, no solo reviviré el clan Uzumaki, sino que lo haré más fuerte que antes."

Mientras avanzaba, sus recuerdos comenzaron a surgir: imágenes de su vida pasada, del anime que había visto, de la lucha, el sacrificio y la camaradería de los ninjas. Recordó a Naruto, a su búsqueda por convertirse en Hokage y el deseo de proteger a sus amigos. Ryo sentía una conexión con esos ideales, pero su perspectiva era diferente. Para él, el poder era esencial, y la oscuridad y la luz coexistían en un delicado equilibrio.

"El amor y el odio son fuerzas poderosas," reflexionó mientras cruzaba un arroyo que se había formado por la lluvia. "Ambas pueden ser utilizadas como herramientas para fortalecerme. No puedo dejar que la compasión me debilite, debo ser implacable."

Cada paso lo acercaba más a su destino. Sabía que Kusagakure no sería fácil de alcanzar. Los caminos eran traicioneros y había rumores sobre la presencia de shinobi peligrosos que rondaban la zona. Sin embargo, la idea de encontrar a Karin lo impulsaba, y estaba decidido a no dejar que el miedo lo detuviera.

"Cuando llegue a Kusagakure, tendré que ser astuto. No puedo confiar en nadie," pensó, el agua escurriendo por su cabello y la máscara cubriendo su rostro. "Seré una sombra en la noche, invisible y silencioso. Nadie podrá detenerme."

La lluvia comenzó a disminuir, dando paso a un silencio que lo envolvía. Ryo se detuvo un momento y cerró los ojos, sintiendo cómo el chakra fluía a través de él. "Debo mantenerme concentrado y listo para cualquier cosa," se recordó, abriendo los ojos nuevamente.

Finalmente, cuando la lluvia se detuvo por completo y las nubes comenzaron a dispersarse, Ryo se sintió renovado. "Este es solo el comienzo," murmuró, dejando atrás la entrada oculta y adentrándose en el bosque. Con cada paso, su determinación crecía, y la oscuridad que lo rodeaba se convertía en su aliada.

"Kusagakure, aquí voy," proclamó en voz baja, mientras se dirigía a la aldea que cambiaría su destino para siempre. La noche caía, y con ella, las posibilidades se abrían ante él como un libro en blanco, listo para ser escrito con su historia.