Época actual.
Año 2030
Punto de Vista de Arthur Miller.
Hace unas pocas horas atrás, mi vida y la de todos en Washington transcurría cómo normalmente lo hacía. Pero, eso cambió el día de hoy.
20 de Septiembre, el día y mes dónde un portal de tamaño colosal se abrió en el cielo y de el salieron más de 50 dragones, todos igual de grandes que un estadio de Fútbol.
Apenas 5 minutos después de su salida, la ciudad entera fue sometida ante el poder de dichos dragones. Su aliento de fuego es lo suficientemente poderoso como para destruir una ciudad entera. En pocas palabras, un solo dragón, podría destruir una ciudad por sí mismo.
50 dragones podrían terminar con el mundo que nosotros conocemos y mucho más.
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Me encontraba inspeccionando la estación de tren donde vine a resguardarme del ataque de los dragones, desde hace ya un rato que sigo escuchando gritos de dolor y agonía provenientes de la superficie. Aunque, por el momento me mantenía tranquilo, la demás gente simplemente gritaba y murmuraba que era el fin del mundo.
Bueno, posiblemente si lo sea, pero, en momentos como este es mejor no recurrir a éso. Somos seres adaptativos, no podemos quedarnos estancados para siempre y vivir bajo tierra, me niego. Además, hay alguien muy importante para mí a poco más de 40 minutos de aquí.
Recorriendo el lugar, me encontré con un señor intentando hacerse un torniquete en la pierna izquierda, su muslo fue atravesado por un pequeño tubo de metal de unos 30 centímetros y todavía seguía en su pierna.
–... –Me acerqué a el, me puse de cuclillas y le ayude a apretar el torniquete. –Perdón por tocar sin permiso amigo –Me disculpé con el señor de unos 30 años.
– Jaja... No hay problema amigo, de todos modos, a éste ritmo moriré desangrado, solo estoy alargando lo inevitable –Habló un poco fuera de sí.
–¿Está delirando? –Me pregunté mentalmente. –Amigo, ¿Estás bien? –Le pregunté mientras verificaba su ritmó cardíaco.
Su ritmo disminuía continuamente, y cuándo se movía o intentaba hablar, su ritmó se volvía más débil. –No está mejorando, tendrá alguna herida mucho más profunda –Pensé.
–Amigo... Sí encuentras a mi hija... Dile que papá lo espera arriba... –Habló demasiado bajo, apenas audible, y finalmente, después de sufrir, murió.
–No puedo prometer nada, pero si la veo, se lo haré saber –Dije mientras cerraba sus ojos por última vez, pero, en el acto de cerrar sus ojos, su cabeza se inclinó hacia adelanté.
–¿Eh? –Su cuerpo perdió fuerza y cayó hacía mí. Lo atrape por reflejo y logré ver su verdadera herida.
–... Vaya muerte más... Cruel –La piel de su espalda había sido completamente calcinada, prácticamente, derritiendo su carne y algunos huesos, sus órganos internos escurría de su espalda y su visible corazón todavía bombeaba débilmente.
Lo dejé en el suelo y me aparté, de pronto me dieron ganas de vomitar, hice un buen trabajo reprimiendo las ganas, no podía vomitar enfrente del cuerpo de éste chico.
Busque entre sus bolsillos alguna foto o referencia de aquella chica, y la encontré. En su cartera en su bolsillo trasero, había una sola foto a color de una hermosa niña de unos 13 o 15 años, pelo marrón, ojos verdes y piel blanca.
Me fui de ahí después de rezar por el y prometerle encontrar a su hija, en algún lado de Washington. No sin antes llevarme su credencial, de algo me servirá, estoy seguro.
Vi sus botas para trabajo pesado, eran ideales para este tipo de situaciones y estaban intactas, no parecía haberse dañado.
Quite las botas de su pie y me disculpé con él, después de eso me las puse y decidido, fui a la entrada de la estación. Todo estaba silencioso, misteriosamente silencioso. Trague saliva y me dispuse a salir un poco.
Para mi suerte, los dragones ya se habían ido, aunqué, quedaban algunos sobrevolando la zona. Pero, aunque el peligro es menor, todavia necesitó esconderme de los dragones mientras caminó alrededor de 5 kilómetros o un poco más.
Podría llevarme solo un día, tal vez dos, tres, o en el peor de los casos, algunas semanas. No puedo seguir perdiendo el tiempo aquí abajo, ahora mismo es mi mejor oportunidad.
–Necesitó algo para cubrirme y pasar por desapercibido, para el incendió, una chamarra con gorra estaría perfecto, después la robare en alguna tienda –Pensé mientras veía a un grupo de personas intentando tranquilizar a las máximas personas posibles.
...
Baje y fui hasta ellos. –Hey, ¿Quieren venir conmigo? Voy hacia la escuela de arte a una hora de aquí –Hablé ignorando a las personas que me veían con mala cara por la elección de palabras.
–¿Eh? ¿Nosotros? –Un señor de mi estatura hablo, refiriéndose a su familia, conformada por su esposa, el, y sus dos hijos, uno de mi edad y el otro con unos 3 años menos, aproximadamente.
De todas las personas aquí abajo, ellos son los únicos que se supieron desenvolver y no ser víctimas del pánico. Son la mejor opción para hacer un equipo y cuidarnos entre nosotros.
–Nosotros... No podemos dejar a toda esta gente aquí a su suerte –Dijo la señora, esposa del sujeto enfrente mío.
...
–Entonces, ¿Quieren quedarse y morir? –Hablé seriamente a la familia que se había reunido. Parecían ser feliz ayudando a está gente, pero la realidad es que si se quedan, morirán más pronto que tarde.
–Sí... Nosotros somos doctores, nuestro trabajo es ayudar a los heridos, no podemos romper esa regla de oro –Habló muy firmemente.
–... Ya veo, si. Prefieren desperdiciar su vida en unas vidas que están al borde de la muerte –Dije mientras lo miraba fijamente con frialdad, intentando que habrán los ojos.
Las personas que estaban cerca me miraban con irá, pero nadie se atrevía a corregirme, tal vez por que estaban bastante ocupados en sus asuntos.
–Lo sentimos. Pero, no iremos contigo, no podemos abandonar a nuestra gente –Dijo el señor, la mujer sólo asintió con la cabeza a favor de las palabras de su esposo.
–Tch, cómo quieran. Saldré en la madrugada, si cambian de opinión vayan a buscarme –Hable con molestia. Porqué molestarse en salvar unas pocas vidas en vez de salvarse ellos, no lo entiendo.
Caminé cerca de la entrada, ahora no era momento para enojarme por unas vidas perdidas, sólo debo centrarme en mi mismo. Debo cuidarme yo sólo.
Necesitó ropa nueva, un pantalón con muchos bolsillos y de color opacó estaría bien, también una chamarra o camisa larga con capucha estaría muy bien.
Sí mal no recuerdo, cerca debe de haber un pequeño centro comercial dónde venden ropa, accesorios de cocina, muebles, medicinas y demás.
Decidido a salir de éste cementerio viviente, lentamente me fui asomando por la entrada de la estación, inspeccioné que no hubiera ningún dragón a la vista, tanto en tierra cómo en el aire. Una vez que confirme que no había peligro, salí por completó, la vista de toda la calle era espeluznante, los cadáveres de cientos de personas yacían calcinadas hasta los huesos, los automóviles completamente destrozados y aún en llamas, pero es normal, sólo han pasado aproximadamente 30 minutos desde que los dragones llegaron.
Miré hacia adelante, si no recuerdo mal, estoy a 15 minutos a pie de dónde me deja el autobús. Necesitó caminar aproximadamente 5 antes de doblar y otros 10 para llegar a la universidad, lo más inteligente es primero llegar a la universidad y después salir con destinó a la escuela de arte.
Todavía no es momento de pensar en eso, pero no está de más tenerlo en cuenta.
Corrí entre medio de los autos, cuidando de no quemarme, dónde sea que mirara habían cadáveres. Lo que me parecía raro es no escuchar ruido, puede que mucha gente se esté escondiendo o simplemente están muertos.
Antes de darme cuenta, ya había llegado a la tienda. –Bien, necesitaré muchas cosas, pero... Pensándolo bien, una mochila grande será la mejor opción y la primera de todas – Hablé para mí mismo. Antes de entrar a la tienda me di la vuelta rápidamente.
...
–¿Por qué me sentía observado? Fue una sensación incomoda, cómo si un animal salvaje estuviera acechandome –Pensé un poco agitado.
¿Estaré imaginando cosas?
Ignoré aquella presencia, seguramente estoy imaginando cosas debido a los recientes acontecimientos. Observé mis alrededores una vez más, después de confirmar que estaba todo bien, entré a la tienda.
La tienda en si es grande, pero significativamente más pequeño que un centro comercial, la diferencia es que aquí encuentras reunido todo lo que un centro comercial tiene y a un precio muy bueno, solo que a una calidad menor, pero si buscas bien, puedes encontrar ropa y demás cosas de muy buena calidad.
–¡Oh! –Exclame al encontrar una playera de manga larga con capucha, además, con tela impermeable.
–Ésto definitivamente me será de mucha utilidad en el futuro –Sin esperar mucho tiempo, me quité mi camisa y me puse la nueva.
Nuevamente, sentí aquella mirada con intensión asesina, definitivamente no era humano, una persona no podría transmitir tal presencia en el aire.
Volteé, pero no había nada, solo una lata en el suelo que rodaba hasta mí.
¿?
Me puse de pie y la detuve con el pie. –¿Una lata de atún precocido? –Hablé con un tono bajo. Me terminé de poner la camisa y arranqué la etiqueta. Caminé lentamente hasta donde vi la lata rodar, pero, no había nada. Lo único que había era una pequeña torre de latas de atún.
...
–Ya veo –Pensé. Alguien puede estarme siguiendo, un animal salvaje me quedo descartado, si fuera así, me hubiera atacado tan pronto le di la espalda. Debe ser un humano, pero el problema es saber dónde está.
Me di la vuelta y caminé hasta dónde estaba la lata, detrás mío escuché levemente unas pequeñas pisadas, apenas audibles, seguramente está descalzo.
Acelere el pasó y doble en una esquina, escuché los pequeños pasos aumentar su ritmó.
Rápidamente, me escondí en un pequeño espacio entre la ropa y un pilar. Solo quedaba esperar el momento perfecto.
En cuánto una pequeña silueta entró en mi campo de visión me lancé sobre el. Su cuerpo era pequeño y delgado, fácilmente pude derribarlo, puse mis dos pulgares en su cuello haciendo una pequeña presión en ellos, listo para dejarlo sin respirar.
Pero, para mí sorpresa, no era " el ", si no más bien " ella ".
–¿Una niña? –Pregunté para mi mismo. Estaba en shock, hace unos pocos minutos casi juraba que era una persona mayor a mí o un animal salvaje, pero, ¿Resultó ser una niña de no más de 13 años? Esto es una puta broma.
Me aparté de ella rápidamente, al momento que estaba por disculparme note algo sumamente raro en ella. Sus ojos eran de color rojo y sus pupilas eran verticales cómo la de un gato.
–¿Pero qué? –Pregunté nuevamente al aire. La pequeña no parecía asustada ni aturdida, en cambió, alzó su palma, hasta la altura de mi rostro y empezó a brillar de un tono morado.
–... –No dijo nada, ni emitió ningún ruido. Inmediatamente después, su brazo derecho mutó, crecieron escamas y 5 pares de largas uñas, cada una del tamaño de mi cara.
Rápidamente se puso de pie y lanzó un zarpazo. Por puro instinto, esquivé sus garras haciéndome hacía atrás, pude ver cómo lentamente sus garras pasaban cerca mío sin peligro, pero su garra más cercana a mí cara se torció y sentí cómo su garra atravesaba mi piel.
Choque contra la ropa detrás mío, caí al suelo e inmediatamente me llevé la mano al ojo. No tenía visión del lado izquierdo, y mi mano se baño en sangre.
–¡Joder! ¡Duele! Me arrancó el maldito ojo–Exclame con dolor, del lado izquierdo no tenía visión, la maldita me dejó ciego de un ojo.
Mientras maldecía en voz baja, una sombra me regresó a la realidad, ella quería cortarme la cabeza y matarme. Olvidándome momentáneamente del dolor intenso en mi ojo izquierdo, me impulsé hacía atrás, nuevamente, pude esquivarlo por muy poco, una de sus garras me alcanzó parte de la boca y nuevamente se desvío desde mi barbilla hasta dónde terminaba la herida del ojo.
–No puedo ganar en 1vs1 contra ella, entonces... –Murmuré antes de correr hacía atrás. Poco después escuché un estruendo y cosas romperse.
La pequeña niña se había convertido en un dragón de poco más de 5 metros de alto, sus brillantes ojos rojos me tenían en la mira. Rápidamente, empezó a avanzar mientras abría su boca y rugia.
El rugido casi me deja sordo, aunque, por solo un segundo me aturdio. Mi pie se resbaló y choque contra un mueble lleno de artículos de cocina (platos, espongas, sartenes y fibras).
–¿No podía ser un mueble de cuchillos? –Pregunté al cielo antes de apartarme y segundos después aquel dragón chocar con el mueble.
Corrí por dónde vine y apenas unos pasos después, la luz parecía ser absorbida por algo. Volteé y la dragona estaba concentrando en su boca un aliento de fuego morado, muy distinto a los dragones que destruyeron la ciudad.
–Estoy jodido –Pensé antes de lanzarme al suelo. Pude sentir aquel aliento de fuego morado rozando mi pelo.
–Ugh, la intensidad de éste fuego es mayor al usual –Murmuré, levanté la cabeza y dónde antes había un gran centro comercial... Ahora podía ver el exterior por completó.
–Ésto es una maldita locura... –Murmuré al darme cuenta que sobreviví a una muerte más que segura.
Delante mío se había creado un agujero que llevaba al sótano, debido a los escombros, el suelo se rompió.
Escuché las pisadas de la dragona acercarse, no dude y me tiré al piso de abajo, al sótano del centro comercial.
Él agujero era menor a 5 metros de radio, si o si, deberá volver a su forma humana, no tiene opción. La habitación del sótano estaba inmersa en la oscuridad, alumbrada débilmente por la claridad del agujero en el techo.
Me escondí detrás de un montón de cajas apiladas en la pared del fondo. Mediante un pequeño espacio dejado entre las cajas, observé y espere.
La dragona cómo lo predije, volvió a su forma humana dejando sólo dos pequeñas alas en su espalda.
"Piensa salir volando si ve peligro"
–Sal humano, no tienes dónde correr –Mi piel se enchino al escucharla hablar. ¿Ellos entienden nuestro idioma?
–Posiblemente, te estés preguntando cómo es que habló tu mismo lenguaje, eso es fácil, somos una raza divina, con solo devorar a un humano su conocimiento se comparte con nosotros, permitiendo aprender su lenguaje en minutos –Habló mientras escaneaba el lugar.
¿Puede ver en la oscuridad?
Moví intencionalmente una caja haciendo que se cayera hacia un lado. Noté que la dragona se volteó de repente y miró hacía dónde se había caído la caja.
–Sabes, nosotros venimos a su mundo para conquistarlo, somos tanto una raza guerrera como divina y, por lo mismo, invasora. Invadimos y aniquilamos a todo ser vivo que habite en dicho planeta que nos llame la atención y cuando dicho mundo muere... Sólo buscamos otro y lo tomamos, así somos nosotros los dragones divinos –Habló con orgullo mientras se acercaba lentamente, mientras tanto, yo ya estaba listo, estaba esperando el momento perfecto. Mi corazón latía con miedo y desesperación, aunque mi mente me rogaba que corriera, me force a no hacerlo, hacerlo significaría morir idiotamente.
"Acércate más"
–No es nada personal, humano. Simplemente necesitamos su mundo para que podamos prosperar, ustedes nos entienden ¿no? Son iguales a nosotros en ese aspecto –Habló, razón le sobraba, la raza humana es codiciosa, nunca estamos satisfechos, siempre buscamos más y más. Pero, siempre pelearemos lo que nos pertenece, aunque eso sea egoísta.
La dragona se asomó con su boca abierta, lista para soltar aquel aliento de fuego morado, sin embargo, ya lo tenía previsto esto. Patee con toda la fuerza que pude su barbilla, su cabeza se elevó y el aliento de fuego salió disparado hacia arriba de nosotros. Todo lo que se encontró en su caminó fue reducido a nada.
–Puede que sea cierto, somos idénticos para gobernar, tomar mundos y destruirlos. Pero, ¿Sabes en que también somos similares? También somos una raza guerrera –Hablé mientras le sonreía.
Salté encima de las cajas y, pateando la cara de la dragona, me impulsé lo suficientemente alto para agarrarme a un tubo de metal que sobresalía de lo que alguna vez fue techo.
Subí y baje la mirada hacia la dragona que me miraba con una expresión sorprendida.
–¿Ésto es todo lo que puede hacer una raza divina y guerrera? Tanto poder y narcisismo, pero no puedes matar a un simple mortal. Patético –Dije con una sonrisa egoísta mientras un punzante dolor en la parte izquierda de mi rostro me recordaba el daño que me hizo sin ningún esfuerzo, pero apreté los dientes.
Mi cuerpo estaba en su límite, todo mi cuerpo temblaba descontroladamente y estaba sintiéndome más débil cada que los segundos pasaban.
–Jaja... Ahora que lo pienso bien... Sin su forma de dragón, todos ustedes, no son más que simples personas con algunos poderes sobrenaturales, no son... Nada del otro mundo, no son nada que no podamos matar –Hablé mientras la miraba hacía abajo y levantaba mi barbilla, todo formaba parte de mi plan para matarla. Se perfectamente que en su forma dragón es imposible para mí matarla, menos sin un arma, pero, si está en su forma humana... Es posible que tenga una pequeña posibilidad.
–Ustedes los humanos... ¡¡SON DEMASIADO ARROGANTES!! –Gritó demasiado fuerte, casi creía que me rompería los tímpanos. Empecé a correr en cuánto note que estaba preparándose para saltar.
"Necesitó algo más, un catalizador para hacerla enfurecer todavía más"
¡!
Sonreí al pensar en algo, posiblemente salga mal, pero, si son una raza guerrera y considerando su poca experiencia en combate, podría funcionar.
–Mocosa, tú... ¿Quieres impresionar a tú papi? Quieres que el te miré con orgullo por ser capaz de hacer lo que cualquier dragón puede, quieres un poco de su reconocimiento – Hablé con un tono burlón mientras seguía corriendo.
Volteé y su expresión se había oscurecido mientras se mantenía en el aire. –... ¡Definitivamente...! ¡¡TE VOY A MATAR CABRÓN HIJO DE PERRA!! –Gritó con furia, sus ojos brillaron intensamente mientras su cuerpo liberaba algo que distorsionaba el espacio a su alrededor.
Levantó su mano y está se cubrió del fuego morado. Alzó hasta arriba su mano y murmuró. –Desaparece y reencarna en otra miserable vida –Habló con sus dientes bien apretados de la rabia mientras parecía rasgar el espacio.
El fuego de su mano se expandió por todo el lugar, envolviendolo por completó, no tenía idea hasta que rango alcanzaba, pero, teniendo en cuenta que sus poderes o lo que sea no están muy desarrollados, no debería poder extenderse por muchos metros.
Así que, corrí a dirección contraria. Lo más rápido posible, intentando salvar mi propio pellejo.
Salí del supermercado, hasta en la calle y todavía podía escuchar cómo poco a poco, el fuego iba consumiendo todo a su alrededor. Sin pensarlo demasiado, corrí hacía donde habían docenas de cuerpos carbonizados y me escondí debajo de ellos.
El fuego llegó a unos centímetros de mi, un carro cercano desapareció en cuestión de segundos sin dejar rastro. Escuche cómo unas alas se agitaban y algo aterrizaba cerca de mí.
–Ja, al final solo era otro delicado humano. No era distinto a esta pila de muertos, lástima que nadie podrá encontrar su cuerpo reducido a nada –Habló con apatía mientras pateaba la torre de cuerpos encima mío.
–Tengo que regresar y reunirme con mi padre, podré informarle que su pequeña hizo un gran trabajó –Dijo con alegría.
Sus alas se extendieron, aprovechando su guardia baja, salí de la pila de cuerpos y agarré su cabeza, con mi mano derecha agarré su barbilla y, con mi mano izquierda, su cien y giré su cuello hasta que escuche un *Crack*.
–Supongo que... Tenía razón sobre tú familia –Hablé mientras el cuerpo de la niña caía al suelo. –Maldito... Te escondiste... Solo espera a que me regenere y te mataré personalmente –Habló con un poco de temor al verme parado enfrente de su rostro.
Me subí encima de ella. –¿Esperar? Supongo que la estúpida eres tú. Me preguntó, ¿Cuántos golpes aguantas antes de morir? –Pregunté mientras la miraba.
Sin respuesta por parte de ella, comencé a golpearla. Un golpe, después dos, luego tres, cuatro, cinco, seis, diez, doce, veinte, treinta.
Después de treinta y cinco golpes, dejé de sentir su respiración, finalmente, había muerto. Y menos mal, mi cuerpo estaba en su límite, siento que me voy a desmayar si me relajó.
Mis puños estaban cubiertos de sangre azul, la sangre de los malditos dragones en mi palma.
–Soy el primer humano que mata a un dragón. Tuve suerte que fuera inexperta, si hubiera sido algún otro, hubiera muerto al segundo –Hablé y miré la sangre en mi mano. Lami un poco de la sangre de ellos, era muy diferente al de nosotros, es un poco dulce y no se siente el hierro en mi boca, es un sabor raro.
Dejando de lado este momento muy fuera de contexto, me puse de pie, dispuesto a seguir buscando entre los escombros algo que me fuera de utilidad. Pero, en cuánto di un paso, sentí que mi cuerpo enteró se puso rígido.
– ¿Qué...? –Escupí sangre a montón, no podía mover mi cuerpo, parecía no obedecerme. –Mierda... –Pensé, caí de rodillas y en el mismo instante perdí el conocimiento.
Fin.