La humanidad fue sometida a una amenaza nunca antes vista, seres divinos, dragones. Seres guerreros que destruyen cada mundo en el que viven, después de que dicho mundo muere, viajan entre el espacio y tiempo en busca de un mundo estable y saludable, pero, después de incontables milenios de búsqueda, ni un planeta era apto para la vida de dichos dragones.
Un día, cómo era habitual, un dragón superior viajaba por el espacio-tiempo en busca de un planeta y en su búsqueda encontró un pequeño planeta azul y verde en una galaxia llamada Vía Láctea.
Por fuera no parecía la gran cosa, solo un planeta normal, pero, algo emanaba ese planeta que llamaba la atención del dragón. Curioso, aterrizó en dicho planeta, la atmósfera, el oxígeno, la gravedad, todo era perfecto para el, había vegetación por todos lados.
Miró hacia abajo, un pequeño ser parecía rugirle e intentar atacarlo, miro debajo de su pata, había aplastado lo que parecía ser un nido con algunos huevos, seguramente era la madre de dichos huevos.
Él animal que parecía un lagarto con dientes muy afilados intentó morderlo, pero su piel dura y escamosa no le permitía siquiera perforar su carne, los dientes del animal se rompieron inofensivamente.
El dragón alzó su pata delantera y piso con fuerza al lagarto apenas el largo de su pata, matándolo al instante.
– Éste lugar es perfecto para nuestra comunidad, ¿Cómo debería llamar a éste mundo...? –Mientras él dragón observaba los alrededores, la montañas y la vegetación se le ocurrió un buen nombre.
–Tierra. Sí, es un buen nombre para nuestro... Próximo hogar –
****
Punto de Vista de Arthur Miller.
Dioses...
Humanos...
Universo...
La vida...
La muerte...
Lo que creíamos, destruido en pedazos, la verdad de todo, el origen de todo.
¿Qué somos...?
Abrí los ojos, mi respiración estaba agitada, mi mente estaba hecha un caos y me dolía peor que cuando tienes migraña, mi visión estaba borrosa.
Alcé la vista y miré mi alrededor, aunque estaba muy oscuro, podía ver con débil claridad, los coches que anteriormente estaban incendiados ahora estaban apagados. Pero estaba confuso, estoy seguro que soñé con algo, pero no lograba recordar nisiquiera que era o cómo.
Giré la cabeza a la izquierda y me golpeé con algo duro. –¿Auch? –Me quejé, dolió de verdad, pero no veía nada ahí, no... veía absolutamente nada.
Giré por completó mi cuello y por fin pude ver que había un coche ahí.
Cómo un dolor de cabeza intenso, similar a que te golpees la cabeza en repetidas ocasiones, algunos fragmentos de recuerdos fueron llegando muy rápidamente, invadiendo mi mente.
Los dragones llegando a la tierra mediante un portal, la destrucción de la ciudad, la muerte de cientos de personas, el refugio del metro, la familia, el señor y su hija, el combate contra la dragona y mí... ¿Muerte?
En ese momento abrí los ojos, pero, nuevamente estaba en el piso. Debajo mío había un gran charco de sangre, de mi sangre. Inmediatamente recordé todo lo que pasó.
–Yo... Estaba hace un momento... No. ¿Yo morí? –Me pregunté, estaba confundido, mi mente sin duda alguna estaba hecha un caos.
Intenté girar mí cabeza pero me detuve, con cuidado me alejé y giré mi cuello hacia la izquierda. Cómo hace un momento, había un carro ahí mismo.
¿?
Me levanté intente levantar con ayuda de dicho coche, pero caí al suelo de rodillas. Mi cuerpo estaba muy debilitado, después miré el charco de sangre.
–Ah, si. Por supuesto –Dije con los ojos en blancos al recordar que media cara la tenía rayada por culpa de un maldito dragón.
Me Intenté tocar el ojo, pero rápidamente retrocedí al sentir el intenso dolor que nuevamente invadía mi cuerpo y mi rostro.
–Ugh... Hoy no fue mi mejor día del año y de vivo, literalmente –Me vacile yo mismo, dejando mi humor roto a un lado, nuevamente intente levantarme con ayuda del auto. Mis piernas ya tenían un poco más de fuerza, temblando cómo un ciervo recién nacido, caminé de vuelta a la estación subterránea.
Baje lentamente las escaleras, pero decir que era difícil era muy poco. Literalmente, me llevaba todo de mi el bajar un solo escalón. Cuándo intente bajar el último escalón en silenció, mi débil pie se dobló y caí vergonzosamente de cara al piso.
–Ugh... Mierda, duele cómo el carajo. ¿Algo más para hacer este día peor? –Dije con claro disgusto.
Escuché varios pasos acercarse a mí, alce la mirada deseando que sea cualquiera menos ellos.
–Supongo que nada sale como uno quiere ¿Verdad? –Hablé para los cuatro integrantes de aquella familia de doctores que se acercaron cuidadosamente a mí.
–Por fin regresaste, chico, creímos que habías muerto–Dijo el señor mirándome y dándose cuenta de las heridas en mi rostro.
–Bueno, fueron algunas horas, no estuvo tan mal–Dije burlonamente.
–... Estuviste fuera por dos días seguidos –Confesó mientras se agachaba para quedar a mi altura.
–... ¿Qué? –Pregunté confundido.
****
22 de Septiembre.
Bajo la tenue luz de una lámpara la cuál el hijo menor se encargaba de sostener, el padre y su madre, me estaban ayudando a limpiar la herida y desinfectando. Después de terminar su labor, agarraron un pañuelo bastante largo de color negro, su esposa se desinfecto la mano y el hombre igual, después de terminar de prepararse, agarró con delicadeza el pañuelo y lo envolvió alrededor de la mitad de mi rostro.
–Genial, ahora debo usar un pañuelo en la mitad de mi rostro, ¿Soy un pirata? –Me burle de mi condición mientras tocaba el pañuelo.
La mujer me golpeó la mano y por instinto la bajé. –No te toques el pañuelo, esta desinfectado por el momento, te ayudará a que no se te infecte esa horrible herida y, a decir verdad, es la primera vez que vemos a alguien sobrevivir con tal herida en su rostro –Confesó mientras me miraba curiosa.
Ya sabía que estaba intentando averiguar cómo me la hice apenas salí del "refugio".
Suspiré. –Al salir a por algunas cosas me topé con un dragón bastante prematuro, un niño por así decirlo. No tenía experiencia en combate, pero si un poder excepcional y aterrador, por suerte, logré escapar y matarla. Después de eso... Me desmayé –Menti al final. Aunque, era obvio, no iba a decirles que morí pero reviví, eso me convierte en un maldito muerto viviente ¿No?
–¿Mataste a un dragón...? Wow... Increíble –Habló el hijo menor con un brilló particular en sus ojos de color miel.
–Tuve bastante suerte chico –Confesé, si hubiera tenido aunque sea, dos años de experiencia, no hubiera terminado cómo terminó. Además, qué fue eso, esos recuerdos o fragmentos inconclusos.
Cerré los ojos, intentando recordar dichos fragmentos que vi en la oscuridad, pero en cuánto lo intenté mi cabeza empezó a doler horriblemente.
–¡Ugh! –Me quejé al sentir cómo mi cerebro era atravesado por el dolor. –¿Estás bien? ¿Te duele en otro lado?– Preguntó la señora, en su tono de voz podía apreciar lo preocupada que estaba.
–No... Sólo fue un pequeño dolor, seguramente fue por el sobreesfuerzo, si descansó estaré mejor en poco tiempo –Dije no tan convencido, pero, los señores parecían creerme, hasta cierto punto.
–Vamonos hijo, dejemos que descanse el chico –El padre le habló al hijo menor que estaba sentado enfrenté mío.
El chico me dio una mirada extraña, no sabría describir la expresión en su rostro, tal vez era por que había perdido mucha sangre, pero estaba extrañamente somnoliento.
Cerré los ojos, dejándome llevar por el cansancio mental y físico.
****
Lentamente desperté, la luz solar ya bajaba hasta la estación, iluminando la mayor parte del sitio, el piso reflejaba débilmente la luz. Alcé la mirada, la gente ya estaba despierta, mientras que algunos permanecían cerca mío y mantenían su mirada fija.
"Tengo una sensación rara de esto...", pensé.
–Niño, tú ayer dijiste muchas cosas horribles de todos nosotros, incluso nos diste por muertos, pero ahora tu eres el que está entre la vida y la muerte –Habló un señor ya mayor, sus canas cubrían casi toda su cabeza, mientras que detrás de él habían varias personas, todas tenían determinación en su mirada, después empezaron a rodearme.
–Ja... Sí, no puedo negar que dije eso. Lo aceptó, admito que lo dije y tengo razón, todos ustedes solo son una carga para los que aún pueden mantenerse en pie y sobrevivir –Acepte mis palabras sin vacilación e inmediatamente me puse de pie, aunque todavía débil.
–Estando en dicho estado y siendo rodeado por una docena de personas ¿Todavía sigues siendo presumido? –Preguntó otro señor, de mediana edad, justo a un lado del señor de tercera edad.
–Por favor... ¡No sean hipócritas! Todos ustedes están en mi contra por decir la verdad de la situación, ustedes ya deberían saber que no sobrevivirán mucho tiempo, mucho menos con las heridas tan terribles que tienen. Fui el único que decidió hablar con la verdad, mientras que ustedes me odian por éso ¿O me equivocó? –Alcé la voz, amenazante. Todos se quedaron mudos, sabiendo que ese era la verdad detrás de sus intenciones.
–¿Y qué con eso? Tú tenías tus propios motivos para usar a esa familia de doctores a tu favor ¿no? Nosotros tenemos nuestros motivos para hacer esto también –Dijo un señor de unos 35 años, su barba larga y frondosa, junto a su voz alta y profunda transmitía confianza. –Tú mismo nos hiciste a un lado, ¿no es justo que nosotros hagamos eso contigo también? –Habló para las personas que lo rodeaban y prestaban atención.
"Ésto es malo, ya los tenía, pero el predijo mi objetivo", pensé.
–Bien. Hagan lo que quieran, pero una cosa más, ni siquiera piensen que no estoy dispuesto a matarlos, sobreviviré como sea, incluso si tengo que hacer una masacre –Dije mientras subía con esfuerzo mis brazos, listo para pelear por mi vida.
De pronto, el hijo menor de la familia de doctores se interpuso en medio.
–¡¡Alto!! No peleen. Somos sobrevivientes, deberíamos cuidarnos entre todos y ayudarnos, no pelear entre nosotros y matarnos –Habló el chico con determinación, aunque tembloroso.
"Tiene agallas", pensé.
–Quítate niño, mantente fuera de los asuntos de los mayores –Dijo el mismo hombre de mediana edad.
–... Tengo casi 20 años, soy un adulto también, y cómo adulto que soy, ofrezco esa opción, piénsenlo un momento. Éste chico pudo matar a un dragón, sus habilidades de combate son seguramente superiores a todos los presentes, incluido yo mismo, ¿Van a dejar morir a un hombre capaz de protegernos a todos por igual? Él también está desesperado, tanto cómo nosotros, estresado y demás, no son los únicos –Terminó el chico mientras les hablaba con seriedad y con su mirada fija, ocasionalmente volteaba a ver a otras personas reunidas, nadie se rehusó, parecían estar de acuerdo, incluso el hombre de mediana edad se tranquilizó y parecía estar más calmado.
–Él chico tiene razón –Habló el señor de tercera edad. Sintiendo que la atmósfera cambió, me relajé y baje mís brazos en señal de estar de su lado.
El mismo señor de mediana edad me observó con un poco de pena.
–Supongo que todos, no solo yo, empezamos con el pie izquierdo ¿Qué les parece presentarnos cómo corresponde? –Ofreci mientras veía al señor delante mía, dispuesto y aceptando la paz.
–Tienes razón, todos comenzamos mal, no somos enemigos, nuestros enemigos vuelan por los cielos, debemos unir fuerzas –Reflexionó mientras se planto en medio del círculo de personas. –Me llamó John, lamentó lo de hace un momento chico... –Se disculpó bajando un poco la mirada.
Negué con la cabeza. –No hay problema hermano, todos estamos estresados y desesperados, cada uno actuó cómo creía que era correcto, no te culpó, y lo siento por decir esas horribles palabras antes hermano. Por cierto, me llamó Arthur –Acepté sus disculpas y nuevamente me disculpe, para todos aquí rodeandonos. Después de eso todos nos presentamos y hablamos con mayor tranquilidad, ideando una solución para nuestros problemas y ayudando a los heridos, esta vez, todos juntos como un equipo.
Después de que cayera la noche me acerqué al chico de hace unas horas. –Hey chico, ¿Vienes un momento? –Le hablé con una seña de seguirme, dudo por un momento, pero su familia que vio todo, lo empujó, sin más remedio y con un poco de miedo, se acercó a mí.
Lo miré otra vez, la expresión en su rostro era de respetó y miedo, posiblemente pensaba que lo reprenderia por entrometerse en la pelea.
Pero, era lo contrario.
–Gracias por hacer lo que hiciste, fuiste muy valiente, no sólo me salvaste, también a los demás y a ustedes mismos. Enserió gracias –Le agradecí. Él chico se quedó mudó, como si no creyera lo que sucedía.
–¡Ah! Yo... Lo siento –Se disculpó mientras inclinaba la cabeza. –¿Por qué? –Le pregunté confuso.
–Yo... Te juzgue, tú forma de actuar, las palabras que nos dijiste y el despreció hacia las otras personas. Yo... Te comencé a odiar un poco, no, lo más acertado sería decir que no tenía fe en ti, creía que eras el típico sujeto que se creía el personaje principal de alguna historia cómica y por eso actuabas así –Dijo con vergüenza y con la cabeza agachada. –No te preocupes, fue mi culpa, no debí haber actuado de ése modo tan dominante cuándo todos estamos en la misma situación –Dije haciéndole saber al chico que todo estaba bien ahora.
–Gracias a ti, nosotros podimos resolver nuestros asunto internos y unirnos, eso es lo importante –Dije mientras desviaba la vista a toda la gente que se ayudaba entre sí.
Nuevamente, regresé mi mirada al chico que me miraba tímidamente. Tenía la sensación que me quería decir algo, pero no encontraba el momento o las palabras adecuadas para hacerlo.
Me acerqué a él, le di una palmada en el hombro y seguí mi camino hacia la multitud. Cambiando mi personalidad a una más seria, decidí que les contaría mi plan que estuve pensando por largas horas.
–Necesitó la atención de todos por unos minutos, hay algo que debemos discutir y es de suma importancia –Hable con un tono más fuerte y firme.
Mis compañeros que atendían a los heridos voltearon a verme, seguido de las personas heridas y por último, las personas que estaban preparando algo de comer con lo poco que había.
–Ya no somos enemigos, somos aliados, compañeros y sobrevivientes. Estamos enfrentando una amenaza nunca antes vista en nuestro mundo, y es por eso que quiero hablar esto con todos ustedes –Hice una pausa para respirar profundamente, aclarar mi mente y mis palabras.
Nadie quiso intervenir, simplemente escuchaban con atención.
–No podemos quedarnos todo el tiempo en éste sitio, debemos salir y buscar comida, refugio y... Medicina –Terminé mientras volteaba a ver a los heridos. No hay heridos de gravedad, pero eso nos atrasara un poco a la hora de movernos y trasladarnos.
–Sugiero el salir y dividirnos las tareas por equipos, que algunos busquen comida, otro grupo un sitio para quedarnos aunque sea momentáneamente y por último, un equipo para buscar medicamentos –Finalicé mientras observaba a los demás.
De reojo, note que alguien alzó su mano y rápidamente volteé hacia ese lado. –Nosotros nos ofrecemos voluntarios para buscar los medicamentos –Él señor de antes, junto a su familia, fueron los primeros en ofrecer su ayuda.
–Perfecto, no hay mejores para esta tarea. Ustedes tienen el conocimiento en el área de medicina más estudiada que nosotros –Nadie estuvo en contra, de hecho, escuche a algunos decir que estaban felices de saber que ellos eran el equipo de búsqueda de medicamentos.
En el otro lado, un grupo de jóvenes y algunos adultos levantaron sus manos. –Nosotros también nos ofrecemos, estamos dispuestos a ser el grupo de recolección de alimentos –Dijo un señor que se venía fuerte y todavía con energía.
Los chicos detrás de el también se veían en perfectas condiciones.
–Bien, decidido, serán los encargados de buscar alimentos, ya sea, enlatado o surtido, también necesitaremos mucha agua. Se los encargo chicos –Dije mientras los miraba.
–Cuenta con nosotros jefe –Dijo un chico más o menos de mí edad.
–Oh, no, yo no soy su jefe ni nada –Negué esas palabras, no es que no me agrade, pero autoproclamarme jefe de todos nosotros me parece muy egoísta, prefiero que todos seamos jefes.
–No, el chico tiene razón, hemos decidido que tú serías el jefe. Fuiste el primero en dar los primeros pasos para sobrevivir, tienes madera de líder, además, fuiste el primero en sugerir todo esto y planearlo tu solo. Te lo mereces y nadie aceptara otro resultado –Una señora entre medio de la multitud hablo esta vez.
Todos aprobaron y afirmaron las palabras de la señora con extrema firmeza y decisión.
–... Bien. Entonces no seré blando con ustedes, todos trabajaremos por igual, excepto lo heridos. Nuestra prioridad será curar a los heridos, junto con la recolección de comida, la búsqueda de un nuevo sitio puede esperar –Hable con firmeza y todos se veían felices.
–Pero, en cambio del grupo de búsqueda, sería mejor un equipo para explorar y buscar armas para defendernos ante cualquier peligro, yo seré el capitán de dicho equipo ¿Quién viene conmigo? –En cuánto termine de hablar, todos los presentes, incluidos los heridos, levantaron sus manos.
–... Primer requisito, tienen que estar su salud estable sin heridas. Segundo requisito, deben tener un cuerpo fuerte y resistente, no podrás ir si no soportas grandes distancias y tiempo caminando. Por último, y más importante, tener experiencia en peleas o artes marciales, cómo también, no tener miedo o titubear ante el peligro. Nadie sabe que podremos encontrar ahí afuera, necesito sus estómagos fuertes y con una mente preparada para pelear por nuestra vida ¡¿Entendido?! –Hable fuerte y firme. Todos me respondieron con un "Si".
Mire satisfecho a las personas que me rodeaban, nunca habría pensado que un solitario podría llegar a ser el líder de todos nosotros, y yo que pensaba cargar con todo yo solo, supongo que es una idiotez.
Al día siguiente.
–¡¿Todos están listos?! –Grite a pocos escalones de salir de la estación. Todos me confirmaron, después de despedirnos de todos, salimos del túnel por primera vez.
Cómo la primera vez que salí, primero revise que no hubiera ningún dragón cerca, después de confirmarlo di la orden de salir.
–Repasemos las tareas por grupo. Primero, el grupo encargado de la recolección de las medicinas. –Miré a la familia de doctores, y asentí con firmeza. –Calle abajo, a unos 500 metros, hay una farmacia, con suerte no está tan destruida y podremos obtener algunos primeros auxilios. –Les indique e inmediatamente asintieron y corrieron hacia la dirección que les indique.
Después me giré para ver al grupo de recolección de alimentos. –Ustedes es una tarea un poco más difícil, el centro comercial más cercano está a mínimo un kilómetro calle arriba, deberán escabullirse y llegar y tomar todo lo posible, ¿Entendido? –Les dije con seriedad. Los chicos me asintieron, pero los detuve antes de que partieran. –No mueran, si ven un peligro que los supera, huyan y no se arriesguen, ¿Bien? –Les dije.
–No te preocupes jefe, estaremos bien. –Me dio una palmada el señor y los chicos me dieron una mirada afirmativa.
Aunque me quedaba más tranquilo, algo ponía inquieto a mi corazón.
–Es nuestro turno jefe. –Comentó uno de los chicos con mejor memoria de los presentes, dicho por el mismo.
Me volteé hacía mi grupo de 5 personas. –Efectivamente, somos los últimos, nuestra tarea principal es encontrar armas para defendernos, pero si en el proceso encontramos recursos o medicamentos, no duden en tomarlos, ¿Entendido? –Eleve la moral de mi equipo, lo más importante en éstas situaciones es mantener la mente fría, si yo no lo hago, nadie más podrá. Yo ahora soy el pilar de todos nosotros, no puedo defraudarlos.
Días restantes para el punto de inflexión (39 días, 5 horas y 32 segundos).
Fin.