Era un día soleado, el aire estaba lleno de emoción y expectativas mientras los discípulos de la secta se reunían alrededor del gran cuadrilátero para presenciar la competencia entre los discípulos principales de cada montaña. Los líderes de cada montaña se sentaron en sus puestos reservados, y la multitud gritaba con entusiasmo: —¡Que comience la pelea!
El actual líder de la secta, Liu Yan, un cultivador en el nivel 3 del Poderoso Emperador Dorado, apareció en el centro del escenario. Su presencia imponente hizo que todos se quedaran en silencio. Ling Tian, desde su posición, no pudo evitar recordar que había un ancestro oculto que, dentro de unos 300 años, llegaría al nivel 1 del Despertar del Dao.
—¡Bienvenidos, jóvenes discípulos! —declaró Liu Yan, su voz resonando por todo el lugar—. Hoy es el día que muchos han esperado, donde sus esfuerzos, habilidades y potencial serán puestos a prueba. Recuerden que este no es solo un combate, sino una oportunidad para mostrar su determinación y el orgullo de sus montañas. Las reglas son simples: está prohibido matar intencionadamente, y si ya no pueden continuar, deberán rendirse. ¡Aquellos que rompan estas reglas serán severamente castigados!
En el centro del escenario, un depósito con palitos de madera emergió lentamente, y el patriarca Liu Yan anunció que los nombres serían sacados al azar para determinar los enfrentamientos.
—Primera batalla: ¡Ling Tian contra Hou Ling! —gritó el patriarca, mientras los discípulos comenzaron a murmurar entre ellos.
Ling Tian se preparó para subir al cuadrilátero. En su mente, recordó la vez que fue derrotado por Lei Chen, un discípulo que lo trató como a un simple insecto. Pero esta vez, su oponente era Hou Ling, un cultivador de nivel 7 de Núcleo Espiritual de la Montaña de Cultivación Interna, conocido por su fortaleza defensiva.
—Te sugiero que te rindas ahora. No quiero terminar lastimándote —dijo Hou Ling con arrogancia.
—Veremos qué sucede —respondió Ling Tian, manteniendo la calma.
—¡Que el combate comience! —anunció Liu Yan.
Sin perder tiempo, Ling Tian comenzó lanzando talismanes explosivos básicos hacia Hou Ling. Este último se rió al recibir los ataques sin usar ninguna habilidad defensiva. —¿Es esto lo mejor que tienes? —se burló, ignorando el polvo que se levantaba alrededor del cuadrilátero.
Lo que Hou Ling no notó fue que Ling Tian había estado colocando talismanes en todo el cuadrilátero, creando una formación llamada "Absorción de Energía." Mientras más tiempo Hou Ling pasaba en el área, más se drenaba su energía interna. Impaciente, Hou Ling cargó hacia Ling Tian, dispuesto a acabar la pelea de un solo golpe. Ling Tian, utilizando un talismán defensivo, bloqueó el impacto y se deslizó hacia atrás, manteniendo la distancia.
En la tribuna, el maestro de Hou Ling, Maestro Qiu Feng, frunció el ceño y comentó: —Parece que tu discípulo carece de códigos marciales, Zhen Yu. Usar trucos y trampas para ganar no es algo honorable.
—No es mi culpa que tu discípulo no pueda reconocer una formación de absorción —respondió Zhen Yu con una sonrisa—. Tal vez deberías enviarlo a estudiar en lugar de golpear piedras todo el día. Después de todo, ambas cosas son formas de entrenamiento.
Mientras tanto, Hou Ling se enfurecía por no poder acercarse a Ling Tian, y su energía disminuía rápidamente. —¡No más juegos! —gritó, activando su técnica "Cuerpo de Elefante." Su cuerpo se expandió y su piel adquirió un tono gris, volviéndose aún más resistente. Con un rugido, se lanzó hacia Ling Tian.
Pero justo en ese momento, la "Formación de Absorción de Energía" alcanzó su máxima eficacia, drenando lo poco que le quedaba de energía. Hou Ling se detuvo en seco, incapaz de moverse mientras el contragolpe de la formación lo debilitaba por completo. Cayó al suelo, inconsciente, ante la mirada atónita de todos.
El cuadrilátero quedó en completo silencio. Nadie había esperado que Ling Tian, un discípulo aparentemente débil, pudiera derrotar a Hou Ling de esa manera. En la tribuna, los discípulos principales observaban con curiosidad.
—Parece que nuestro hermano menor tiene algo de habilidad —comentó Lan Xue, esbozando una sonrisa.
—No te dejes engañar —intervino Lei Chen—. Solo utilizó trucos. Si uno conoce el tipo de formación, se puede destruir fácilmente antes de que funcione. No es gran cosa.
Mientras tanto, Ling Tian se sintió aliviado de que todos lo subestimaran. Significaba que aún podía ocultar su verdadero poder sin levantar sospechas. Desde las gradas, su hermanita Mei Ling gritaba su nombre con entusiasmo, orgullosa de su victoria.