El murmullo del público aún resonaba en el cuadrilátero mientras los espectadores debatían la sorprendente victoria de Ling Tian. Antes de que las discusiones pudieran intensificarse, el anciano anunció el siguiente combate con una voz firme:
—¡Shen Mei de la Montaña de Formaciones contra Zhao Ming de la Montaña de Veneno!
Los gritos y aplausos llenaron el aire mientras ambos combatientes subían al escenario. Shen Mei, con su expresión tranquila y confiada, llevaba un conjunto que reflejaba su conexión con las formaciones mágicas, mientras Zhao Ming, con una sonrisa sarcástica, observaba a su oponente como si ya hubiera ganado.
—No me decepciones, hermana Mei —comentó Zhao Ming con burla—. Será divertido ver cómo tus hermosos talismanes se desmoronan ante mi veneno.
Shen Mei no respondió. En su lugar, sacó un conjunto de talismanes que comenzaron a brillar con un suave resplandor azulado.
—¡Que comience el combate! —anunció el anciano.
Zhao Ming no perdió tiempo y lanzó una nube de veneno verde oscuro directamente hacia Shen Mei. Ella reaccionó rápidamente, activando un talismán defensivo que creó una barrera de agua frente a ella. El veneno se dispersó al entrar en contacto con la barrera, pero Zhao Ming ya estaba en movimiento, lanzando dagas impregnadas de veneno mientras rodeaba a Shen Mei con movimientos ágiles.
Shen Mei respondió lanzando talismanes ofensivos de fuego y relámpagos. Las llamas envolvieron el escenario, obligando a Zhao Ming a retroceder momentáneamente. Sin embargo, este último sonrió, liberando otra nube de veneno, más densa y agresiva, mientras sus dagas rompían la distancia entre ellos. Shen Mei esquivó con destreza, lanzando talismanes de viento para repeler las dagas, pero su mente no estaba completamente enfocada en la batalla.
Entre el caos, Shen Mei notó unas marcas en el cuadrilátero, similares a las que Ling Tian había utilizado contra Hou Ling. ¿Qué es esto? pensó, distraída. Las marcas irradiaban una energía que parecía familiar pero extrañamente compleja. Su curiosidad la distrajo lo suficiente como para que dos dagas la impactaran en el brazo y la pierna, haciéndola caer al suelo.
—¡Hah! Sabía que ganarías rápidamente, Zhao Ming —gritó un discípulo desde la multitud.
—¡No puede perder la hermana Mei! —clamó otro, mientras el público seguía dividido.
Zhao Ming sonrió triunfante y levantó una mano para dar el golpe final. —Deberías haberte rendido antes, Shen Mei.
En el suelo, Shen Mei volvió a mirar las marcas y, de repente, sintió un clic en su mente. Como un torrente, un entendimiento profundo la invadió: una fracción de la formación que Ling Tian había creado se grabó en su memoria, permitiéndole entrar en un estado de epifanía. Su Qi se agitó, resonando con las leyes del Dao.
Los discípulos gritaron sorprendidos cuando un aura dorada envolvió a Shen Mei.
—¡Está... avanzando de nivel!
El rostro de Zhao Ming palideció mientras Shen Mei ascendía a Núcleo Espiritual nivel 8. Con un movimiento fluido, Shen Mei activó un talismán de fortalecimiento que cubrió su cuerpo con una capa luminosa.
—Tu veneno ya no será un problema para mí —declaró Shen Mei, levantándose con renovada determinación.
Las dagas de Zhao Ming ahora rebotaban inútilmente contra la protección de Shen Mei. Ella comenzó a lanzar talismanes ofensivos con precisión, combinando elementos de fuego, agua, viento, tierra y rayo. Cada talismán creaba un impacto devastador en el cuadrilátero, obligando a Zhao Ming a retroceder y esquivar desesperadamente.
Shen Mei no perdió tiempo y activó su formación: "Destrucción de los 5 Elementos." Una esfera de energía multicolor rodeó a Zhao Ming, liberando una secuencia de impactos elementales que lo golpearon simultáneamente. Fuego abrasador, relámpagos cegadores, agua torrencial, vientos cortantes y rocas aplastantes cayeron sobre él, dejando al discípulo de la Montaña de Veneno inconsciente por un momento.
Cuando Zhao Ming se tambaleó para levantarse, jadeando y sin energía para continuar, levantó una mano en señal de rendición.
—Me rindo... —dijo entre respiraciones, mientras el público explotaba en vítores.
—¡La hermana Mei es increíble!
—¡Mostró su verdadera fuerza!
—¡Ganamos otra vez!
Mientras Shen Mei saludaba al público con serenidad, sus pensamientos se dirigieron a Ling Tian. Esas marcas... y su habilidad para crear algo tan complejo. No es un cultivador ordinario. Quizá... tiene un secreto mucho más grande de lo que aparenta.
Con una sonrisa tranquila y los aplausos del público resonando a su alrededor, Shen Mei dejó el escenario, más intrigada que nunca por el misterioso discípulo de la Montaña de Talismanes.