A partir de mi encuentro con la Diosa Yho, todo paso rápido, los gritos del tipo que me encontró diciendo -aquí hay alguien herido, hablenle a los paramédicos, de prisa, me despertaron.
Estaba tan desorientado que ni siquiera me di cuenta que mi apartamento se encontraba destruido y que los médico, bomberos y rescatistas trataban de averiguar si había alguien más atrapado entre los escombros. Si en ese momento no hubiera estado tan aturdido, quizás podría haberles ahorrado tiempo, al informarles que vivía solo, pero en ese momento me encontraba herido y confundido. Pronto empecé a notar que algo raro me pasaba, mi cuerpo estaba recuperandose tan rápido que era perceptible para mi, sin embargo; después de que llegó la ambulancia y de unos cuantos procedimientos termine por despertar en un cuarto de hospital, confundido, tratando de hacer memoria, los recuerdos e imágenes que llegaban a cuenta gotas a mi mente, apenas me ayudaban a recordar algunos cuantos sucesos ocurridos después de que me encontraron, y luego recordé el sueño con aquella mujer de presencia indescriptible y aura de Diosa que me había hablado en aquel extraño sueño.
intentando entender si fue un solo un sueño muy realista o si realmente ocurrió aquel encuentro con la Diosa. Me puse a pensar acerca de su significado y sobre todo resonaba en mi cabeza aquella frase que me dijo cuando estés preparado hablaremos sobre mi bendición "¿Que significa, que cuando esté preparado me hablara sobre su bendición?", me preguntaba
Comienzo a pensar en las veces que perdido en mis propias fantasías de mi lectura nocturna, deseaba que un suceso importante rencausara mi vida," a caso ese es el suceso que había estado esperando" me preguntó.
La enfermera que viene a hacer chequeo de rutina abre la cortina e interrumpe mis pensamientos, mientras abre un poco las cortinas, recuerdo con ironía cómo muchas veces cuando me encontraba deprimido en mi solitaria vida, había pensado en la muerte como una opción a todos mis problemas, aún que solo fueron pensamientos fugaces, orillado quizás por la soledad o los problemas rutinarios y no una posibilidad real de que lo llevará a acabo, ahora me resultaba extraño pensar en como veía la muerte, con una visión infantil, pero por primera vez la había tenido cara a cara y me aterro, pensar sobre el sentido de la vida, o al menos de mi propia vida, seguramente es una reflexión que tengo que hacer tarde o temprano.
Siempre trato de hacer pequeñas reflexiones, sin embargo; nunca se concretaron en nada, a veces solo me llevaron a tener ligeros pensamientos de renunciar al trabajo y a la vida que había aceptado con el, la vida rutinaria y carente de emociones que hasta ahora había llevado. Pero después de mi encuentro con la Diosa Yho, y despertar entre los escombros de lo que hasta entonces había sido mi hogar, me hicieron sentír amanezada mi existencia y me aferre a la vida, tuve miedo de que todo hubiera terminado, y sobretodo como hubiese terminado casi sin darme cuenta.
El hospital desprendía un olor a cloro y desinfectantes que impregnan el aire, cualquiera que hubiese estado un buen tiempo ahi, seguramente habría recordar ese olor para siempre, mientras la enfermera se camina hacia a mi cama, viéndome a la cara, me da una ligera sonrisa, la mujer tiene poco más de 20 años, es sin duda una mujer guapa, su tés es blanca, ojos grandes, un ligero maquillaje que le da a su cara un tono rosa y su pelo teñido de rubio lo lleva recogido debajo de su gorro blanco, la tela blanca de su blusa y pantalón deja transparentar un poco su ropa interior que parece transparentarse un poco más, cuando se agacha a anotar quien sabe que, en los papeles que trae en la mano, cuando la enfermera se da cuenta de mi profunda observación , yo sonrojado volteo la mirada hacia el techo, tratando de centrar mi atención hacia los rieles de las cortinas que cuelgan de el, cortinas que sirve a su vez para separar los espacios dentro del cuarto, donde cada espacio alberga una camilla para más pacientes, solo el color verde menta de las sábanas y fundas de las cabeceras contrasta con el abundante blanco dentro del cuarto - Buenos días por fin despertó ¿Cómo se siente? ¿le duele algo? - las preguntas de la enfermera me devuelven a la realidad.
- ¡Ah! Cof, cof , estoy bien!, digo mientras tueso y trato de aclarar mi voz.
- ¿Que pasó? ¿Por qué estoy aquí?, inmediatamente interrogó a la mujer quien comprende mi confusión y me dice.
- Bueno al parecer ha sucedido un sismo y tú has sobrevivido de milagro, aún nos preguntamos como fue que sobrevivio, ya que el cuarto donde dormías se cayo y has quedado enterrado entre los escombros.
una pregunta automática salió de mi boca- ¿solo el cuarto donde yo dormía colapsó?
- Al parecer túviste la mala fortuna de alquilar el cuarto en más mal estado, me dice mientras sonríe.
- ¡Enserio! Que extraño, supongo que debo ser el tipo más desafortunado en este planeta le contesto un poco sarcástico.
- tiene sentido para mí, si la estructura se encontraba en la misma situación, que el aspecto de mi departamento, continuo mientras pienso" casi muero mientras dormía o ¿Quizás estuve muerto? Y el encuentro con la mujer de aspecto celestial no fue un sueño" .
"Y si no fue un sueño, y la la diosa me protegió y me salvo la vida? ¿Por qué me salvaría?" Me resulta intrigante mientras más lo pienso. "que puedo yo ofrecer a cambio de seguir vivo", las preguntas siguen taladrando mi cabeza.
Para ese momento mi cara ya reflejaba mi estado de confusión que la enfermera me consuela diciéndome.
- ahora tienes una segunda oportunidad y por lo que puedo ver estás muy saludable- su voz me resulta calida y dulce.
- ujum, ujum, si, le contesto aclarando me la voz.
- Alegrese pronto le darán de alta y podrá volver a su vida normal. Me dice mientras vuelve a sus papeles.
Bajo la mirada un poco reflexionando un poco triste por qué no tengo a dónde ir y le digo -para que quiero el alta si no tengo donde ir, no tengo dinero, ni hogar y posiblemente tampoco tendré trabajo.
la enfermera me toma la mano y me dice - Bien, cuando te den de alta, si no estoy, buscame en la recepción del hospital, soy violeta Ramírez- y me tiende la mano en forma de saludo, entonces extiendo también mi mano y me presento - Soy Daniel Seken- unos segundos dura el apretón de manos y entonces se despide, mientras en mi mente retumbaba la palabras de violeta sobre una segunda oportunidad "¿Que es una segunda oportunidad para mi?" Me preguntó mientras la veo alejarse y dejándome con una sonrisa de ilusión.
Después de que violeta se fue me visitaron varios médicos y enfermeras para realizarme algunos estudios y confirmar que mi estado de salud estaba bien, físicamente aparentaba estar en buen estado de salud y yo mismo confirmaba a cada uno de mis entrevistadores que me encontraba muy bien, La realidad es que no sentía ningún dolor, me sentía bastante bien, de hecho nunca me había sentido tan sano y eso puede que sea extraño, sobretodo si había estado muerto o muy cerca de la muerte, por el contrario ahora no sentía ninguna afección y aparentemente no tenía ni siquiera un rasguño, si los tuve debieron sanar rápidamente, casi de forma anti-natural, por lo que después de terminar las pruebas me dieron el alta y abandone el hospital, mientras cruzaba la puerta para abandonar el edificio pensé en Violeta, más luego me dije que no quería causarle molestias, y mucho menos alimentarme ilusiones, sin un lugar a donde ir, me pregunté " ¿Quedará algo que pueda rescatar o que me sirva para comenzar nuevamente, quedaría alguna de mis pertenencias en buen estado" , sabía que el cuarto de alquiler se encontraba destruido y con ello mis escasas pertenencias. En el hospital nadie me visito, claro era natural, si no tenía amigos que se hubiesen extrañado por mi ausencia y me hubiesen ido a buscar, y al buscarme se encontrarían con la noticia de mi accidente, experimentaba dificultades para relacionarme íntimamente con las personas,y eso me hacía llevar una vida solitaria, no es que fuera antisocial o tímido, es solo que desarrollar una relación personal, requiere de confianza mútua y por alguna razón que desconocía hasta entonces, me era muy difícil confiar en las personas, y de mi familia poco sé en estos momentos, me aleje tanto que para ellos también soy un desconocido.
Caminando a la terminal de camiones, en circunstancias muy distintas hasta hacia dos días, me doy cuenta que es la primera vez que no llevo prisa, y me doy el tiempo de ver a la gente moverse a mi alrededor, observar las mercancías de algunos locales, los colores, los olores todo me parece una novedad, cuando estoy llegando a la parada de camiones, reviso mis bolsillos, aún tengo unos cuantos pesos, así que decido ir primero a ver con mis propios ojos que fue lo que sucedió y después iré a buscar donde poder quedarme y presentarme en mi trabajo para saber si todavía puedo regresar a trabajar, abordo el camión que a está hora se encuentra lleno y busco con la mirada un lugar para sentarme.