En el fondo del camión hay un asiento vacío, junto a la chica que que viste una suéter negro y un pantalón de mezclilla azul, su pelo corto hasta los hombros, y sus ojos parecen perdidos en el horizonte, mientras escucha a través de un audífono inalámbrico que lleva puesto en la oreja izquierda, en el asiento viaja su bolso lo que parece indicar que se encuentra ocupado o que no desea compartirlo, aún que vaciló un poco, me acerco y le pregunto.
- ¡Hola! ¿Puedo ocupar el asiento?
Ella me mira con ojos de duda, parece no haber escuchado lo que dije, pero al ver que me he quedado de pie junto a ella, deduce que quiero el asiento vacío.
- ah si, adelante - encoje sus pies y abre un espacio para que pase y me siente, solo unos pocos minutos después el camión comienza la marcha, mientras circulamos por las Calles de la pequeña ciudad observo mi alrededor y mis ojos se encuentran con los de la chica, ella me sonríe y yo tímidamente le devuelvo la sonrisa, me he quedado congelado aún que pienso "hubiera sido mejor poder decir algo"
Suelo pensar muchas veces lo que quiero decir, y luego simplemente no digo nada, por qué al sobre pensar las cosas, simplemente terminan por parecerme tontas. Luego de algunos minutos estoy nuevamente resuelto en mi diálogo interno, sin duda tengo mucho que resolver, pero ahora mismo no quiero pensar en ello. De repente una voz grave y fuerte me saca de mis pensamientos.
- ¿Estás sordo imbecil? Saca todo lo que llevas de valor ¡Rápido!
El cañón de un arma está apuntado a mi cabeza, un escalofrío me recorre desde arriba a los pies, algunos dirán que es la adrenalina, aún que a mí solo me parece miedo. Mientras mantiene el arma apuntándome intenta quitarle el bolso a la chica que viaja a mi lado, ella intenta poner resistencia pero el tipo está decidido.
- Suéltalo perra - le dice mientras la jalonea y le razga la sudadera.
- No por favor- la joven súplica casi al bordo de las lágrimas.
Veo como balancea el cañón del arma que apunta a mi cabeza, mientras forcejea con la chica, mis manos se sienten frías y escalofríos recorren mi cuerpo, pienso por qué pone resistencia, quizás tal vez sea el pánico de la chica lo que la está haciendo reaccionar así, mientras los jaloneos se intensifican, el tipo intenta golpear a la chica con el arma, como un reflejo mi mano se mueve para apartar al tipo, cuando mi mano hace contacto con el pecho del ladrón, el tipo sale disparado hacia el frente del camión como si un toro furioso lo hubiera embestido, golpeándose la cabeza con el tablero del camión para caer después a los pies de su cómplice.
- Idiota ¿Que hiciste? - El otri ladrón asustado levanta el arma hacia mi, está tan confundido como yo por lo que acaba de suceder, el ladrón visiblemente asustado ordena al chófer que se detenga y luego arrastra a su compañero que se encuentra inconsciente hacia afuera para sacarlo y huir.
Toda me ven en silencio, las miradas a mi alrededor reflejan alivio, asombro e incluso felicidad, la chica también está sorprendida y me mira con los ojos llorosos, mientras el delineador se corre por sus mejillas.
- Gracias por ayudarme,- por fin logra soltar todavía temblorosa.
- ¿Estás bien? - Le pregunto todavía confundido por lo que acaba de suceder, no utilicé demasiada fuerza para apartarlo, sin embargo el tipo a volado más de 4 metros para estrellarse contra el tablero del conductor y quedar inconciente, "Que me pasa, como lo hice" pienso mientras deseo salir en ese momento.
Acaso ahora soy muy fuerte y he obtenido alguna clase de súper fuerza, o lo que sucedió se puede explicar a través de un fenómeno físico, comienzo a emocionarme así que unas cuadras más adelante decido bajar y camino rápidamente por las calles buscando una manera de probar si acaso ahora tengo alguna clase de súper poder, camino hasta llegar a un parque, ahora ya estoy más calmado sea como sea, si el sueño de la bendición de la Diosa Yho era una clase de súper fuerza, supongo que no desaparecerá, ya un poco más calmado decido continuar mi camino.
Cómo he perdido el autobús tengo que caminar un par de horas para poder llegar al lugar donde solía vivir ya casi oscurece cuando por fin logro llegar, solo para confirmar que solo mi departamento se derrumbó, al pasar por la casa de mis vecinos, los escucho en sus peleas habituales, paso silenciosamente mientras me acerco a los escombros, buscando que puedo rescatar, mientras muevo los escombros comienzo a darme cuenta que ya no hay nada , y encimahe estado todo el día sin comer nada y muero de hambre.
Ahora a esta hora ya no me queda más que buscar un rincón donde resguardarme del frío de la noche, por la madrugada despierto temblando de frío y de hambre, por primera vez siento muchas ganas de llorar, mi apariencia está muy desaliñada, mi ropa está rasgada y me urge un baño y lo peor no he encontrado nada.
-" ¿Que debo hacer, a dónde puedo ir?,- trato de buscar en mi cabeza a quien puedo recurrir para que me ayude, recuerdo a la enfermera violeta, pero tendría que volver a buscarla al hospital.
- como es que estoy tan solo, tal vez debería tratar de regresar a casa de mi mamá- Regresar como estoy ahora, seguramente no es como deseaba pero ya no tengo más opciones. Trato de dormir en el piso lleno de escombros, mientras el hambre y el frío me acosan y las lágrimas no dejan de correr por mis mejillas. Las gotas de lluvia se hacen presente como si ya no tuviera demasiado con mi situación, rápidamente me levanto para buscar un lugar seco, camino unas cuantas calles hasta que veo un pequeño techo frontal donde me refugio y dónde finalmente me vence el sueño.
- Hola, ¿estás bien? Un pequeño sacudida me despierta.
- si, perdón solo quería resguardarme de la lluvia, le contesto tratando de ver a la persona que me habla, mientras mis ojos se acostumbran a la claridad veo el rostro familiar, de la chica del autobús.