Miles despertó.
Mirando el techo con esas mánchas familiares de moho, con el olor a alcohol igualmente familiar, el lugar familiar donde había vivído durante algunos años.
Wl viento entraba por algunas grietas en las paredes, haciéndolo sentír algo de frio y despertar con algo mas de claridad.
Miles comenzó a levantarse mientras sentía ese fuerte dolor de cabeza que le era muy reconfortante en cierta manera tras una noche de borrachera intensa.
Mientras se levantaba, la cama crujió con sus resortes rechinando con su movimiento, y haciendo que la figura femenina al otro lado de la cama se despertara.
[Hum..]
La mujer soltó un gemido suabe y abrió esos ojos azules tan hermosos que a Miles le encantaban.
[Buenos dias mi amor]
Dijo la mujer.
Una mujer en sus 40 años, carnosa y regordeta, no era particularmente hermosa, al igual que su figura tampoco era la mejor, pero, habían un par de cosas llamativas, sus pechos eran mas grandes, tal vez era debido a tras haber dado a luz mas de una vez y haber amamantado. Con cabello rubio algo risado y esos hermosos ojos azules que se podría decír que era lo mas llamativo de ella.
Miles que se habia sentado y comenzando a ponerse la ropa la cual había sido arrojada al suelo despues de tener sexo anoche con Leila, simplemente asintió y apuntó a la mesa de noche sercana.
[Ahí está el dinero]
Nisiquiera dijo buenos dias, pero esto ya era algo a lo que ya estaban acostumbrados.
Cuando Leila, que se había cubierto con la cobija para ocultar su cuerpo desnudo del frio de la habitación, escuchó esto, no le importó mostrar su figura cuando arrojó la cobija a un lado,mostrando su cuerpo desnudo y se levantó de la cama, poniendo sus pies en un suelo de madera helado mientras se dirigía por su comición.
Una figura, como se dijo antes, regordeta, con unos pechos grandes, se movían con sus movimientos y caminata, estos colgaban ligeramente pero sus pezones rosas rojizos apuntaban hacia arriba como pétalos de una flor en ciernes, talvez era por el frio, pero los pezones que tenían el tamaño de la falange de un dedo meñique estaban erectos y se mostraban sin tapujos.
Leila tampoco tubo verguenza, sacudiendo su contoneante cintura con esas nalgas rollisas llamativas en forma de melocotón maduro, se apresuró hacia la mesa de noche donde había apuntado Miles.
[Eso es bueno, es un martirio estos dias, el trabajo me hace muy cansada, pero las chicas jóvenes siguen tomando los puestos]
Se quejó ella mientras se paraba frente a Miles y rebisaba el cajón de la mesita de noche.
Se agachó haciendo que Miles pudiera ver una vez mas esa vagina que ya bien conocía el, con un arbusto de pelos risados y dorados, que cubrían una vajina que ya no tenía la elastisidad de una joven, pero que Miles y muchos otros les seguía facinando.
Encima de este, un ano que todabía estaba manchado con semen de su corrida de anoche.
Mirando esto, Miles no pudo evitar preguntarse si esta mujer iría por su 5to hijo esta vez, tal vez esta sería su bala la que dio en el clavo.
La vista duró solo un poco cuando Leila se levantó mientras contaba los billetes de los dólares que se había ganado con su arduo esfuerzo.
[30, 34, 38, 40. Mhm, bien, eso es todo mi amor]
Dijo ella estando satisfecha tras haber resibido su paga de la noche.
En ese momento, Miles se quejó.
[Sabes, una de esas niñas de afuera pueden costar la mitad que tu cobras, no entiendo porqué sigo pagando por cojerte]
Miles se levantó y mientras lo hacía, no pudo evitar dar una bofetada en el culo de Leila.
*pac*
[Ah!]
Leila gritó, pero su tono en lugar de dolor, parecía mas algo seductor.
Se cubrió la mitad de la cara con los billetes como si estos fueran una abanico y su sonrisa con labios rojos se volvió seductora.
Ella parpadeó sus ojos y dijo.
[Porqué pagas mas, eso tú lo sabes bien, querído.
Es mas, ¿Que pueden darte esas niñas flacas que yo no?]
Ella apretó su pecho, y estos saltaron como en cooperación, haciendo que Miles, que ya estaba bestído, tragara saliba inconcientemente.
Quería seguír con lo que hicieron anoche, pero pensando bien, mejor se detuvo, tenía trabajo para hoy.
*Pac!*
En su lugar, dió una segunda bofetada al culo alegre de leila.
[Deja de jugar, no juegues con fuego, te puedes quemar]
Miles jadeó un poco, sintiendo que la sangre se dirigía a su entrepierna, pero se calmó.
Leila sonrió y dijo.
[Si puedo apagarlo, de hecho anoche lo hice jaja]
Ella se burló mientras escapaba de una tercera bofetada y caminaba por el piso de madera hacia el otro lado de la cama, buscando sus pertenencias.
Cuando se agachó para tomar su vestído, sus pechos de vaca colgaron de forma llamativa haciendo que Miles tragara saliba una vez mas.
Para evitar ser tentado, Miles prefirió voltearse mientras pensaba en el trabajo que tenía por delante.
Tras ponerse los zapatos, que consistían en un par de botas de trabajo de piel de cerdo, muy cómodas de hecho, pisó el suelo con su suela de madera, con ese sonido familiar de *tap*.
Mientras escuchaba lo que pasaba detrás de el, abrió otro cajón de la mesa de noche y sacó una libreta donde tenía apuntadas las cosas del dia.
[Oye, por cierto, escuché que Lisa escapó]
Mientras intentaba distraerse, Leila habló detras de el.
Cuando miles escuuchó lo que dijo ella, no pudo evitar levantar una ceja de sorpresa.
[Oh, ¿Es eso así?, que sorpresa, tenía un buen culo]
Miles no miró, pero se imaginó a Leila asintiendo ante su respuesta.
De hecho, lisa era la que tenía un mejor culo de todas, redondo, regordete, caderas anchas y cintura pequeña, un excelente tacto y una vagina apretada.
Una buena prostituta.
[Mhm, esa niña si que era muy popular]
Dijo Leila mientras que en su tono de voz había algo de envidia.
Pero pronto la envidia se convirtió en suspiro.
*Suspiro*
[Una lástima, parece que se enamoró de un tipo o algo así, no lo sé, ambos escaparon anteayer.
Jaja, hubieras visto la cara de Nicolas, ese tipo estaba tan enojado porque una de sus putas escapó, jaja, fue muy gracioso]
Leila se hechó a reír sin importarle su imagen, parecía muy felíz.
Miles escucho esto, y pensó un poco.
[Hmm, le puedes decír a ese tipo que si busca informacion, podría contactarme, ya sabes, puedo encontrar a quien sea siempre y cuando haya suficiente dinero]
Miles notó el negocio de inmediato, los padrotes siempre tenían dinero, seguro podría obtener algo de ellos.
La sonrisa de Laila se detuvo, y se hizo el silencio por un momento, pero pronto ella volvió a hablar.
[Le diré, pero no creo que lo encuentres, ese tipo es muy escurridiso, y creo que no es un buen pájaro]
El tono de voz de leila se volvió mas tranquilo.
Al mismo tiempo de esto, se escuchó como la cama rechinaba una vez mas, y Miles sintió un leve rebote de su lado.
Dándose la vuelta, encontró que leila se había sentado en la cama y comenzaba a ponerse los zapatos.
Se había vestido con su vestido rojo de ayer, que aunque estaba gastado y el tono rojo ya no era tan llamativo, la verdad era que aún seguía definiendo sus curbas y deformando muy bien su figura de reloj de arena.
Miles miró ese culo redondo como melocotón, y su palma pareció hormiguéar con ganas de tocarlo y deformarlo algunas veces.
[No importa que tan mal pajaro sea, puedo encontrarlo, díganme el nombre y apariencia, y todo en esta ciudad no escapará de mi vista]
Se jactó Miles.
Ya era claro que el era un informante, de hecho, era bien conocido por ser un informante, sin embargo, la gente no sabía que aparte de informante, podía ser un trabajador para una organización de asesinato.
Leila no penso mucho, volteando a ver a Miles, le miró con esos ojos azules como el cielo que facinaban a muchos hombres y levantó una ceja.
[¿Enserio puedes hacerlo?, recuerdo el nombre y la apariencia perfectamente, si te lo digo, ¿Puedes encontrarlo?]
Miles sonrió, su cara tenía una barba insipiente pero no le importaba mientras decía con confianza.
[El que sea]
Leila asintió y miró a Miles como si dijera.
"Si no puedes hacerlo, solo dime"
Con los ojos retadores de la mujer, Miles sintió como si retaran su autoridad y apresuró a leila.
[Dilo pues, puedo adivinar quien sea y almenos, saber quienes son segun mas detalles]
Leila asintió, poniendo una mano en su mejilla, puso una mirada pensativa.
[Era Alexander. Su nombre, sin apellido ya que parece que es huerfano.
Cabello negro y ojos azules, delgado, una cicatríz en la mejilla y parece bastante duro, almenos, no habla mucho.
Parece astuto y camina con pasos silenciosos que aveces realmente da miedo]
Mientras que Leila hablaba, la sonrisa confiada de Miles disminuia cada vez mas.
Cada rasgo, y cada definición de Leila hacía que el experimentado Miles arreglara la apariencia de la figura en su mente y poco a poco comenzó a formarse un perfíl de una persona que conocía.
Finalmente leila dio el último martillazo al clavo que termino por cellar la túmba.
[Ah, y siempre carga esa daga, no se que es, pero parece algo costosa, no es algo que un vagabundo deberia tener, pero siempre que lleg a ver a Lisa, se esconde en una esquina y juega con ella, parece un loco con eso, ¿No teme cortarse?]
Leila dijo esto como si se burlara, pero con el rabillo de sus encantadores ojos azules, miró a Miles para ver si encontraba algo.
Pero, aunque notó la mirada algo rigida de Miles y pensó que conocía a la persona o adivinó algo, el otro lado negó con la cabeza.
[Mh, no, parece que no lo conozco]
.
.
.
El silencio se hizo visible en la habitación por un momento.
[Jajaja, te dije, mi amor, no puedes saberlo todo]
En ese momento, la sonrisa de leila se escuchó en la habitación, haciendo que el silencio se alejara, y volvieran a la normalidad.
Sin embargo, Leila suspiró de alibio, pensando en su coraźon que era mejor que Lisa y ese tipo corrieran lo mas lejos posible para que Miles no los encontrara, mucho menos ese bastardo de nicolas.
Incluso, si Nicolas la encontraba, pensaba que el destino de Lisa sería solo ser arrojada a una fosa común sin ser reconocída.
Pronto, Leila se terminó de vestír y se preparó para irse.
Con sus zapatos dando sonídos de *tap tap* por el suelo de madera sonando, ella se puso una gabardina que la cubría del frio.
La figura elegante se ocultó y ella se puso una bufanda acolchada alrededor de su cuello mientras continuaba poníendose los aretes de aro en sus orejas mientras se asercaba a la puerta.
Ella se dio media vuelta para ver a miles y saludó levantando la mano y agitando sus dedos ligeramente con uñas rojas.
[Bien, mi amor, espero que me llames pronto, siempre es un gusto pasar la noche contigo querído]
Miles puso los ojos en blanco, esta puta solo quería su dinero, pensó así, pero aún así, se sentía agradable que lo trataran tan bien.
[Ya vete, tus hijos seguro que lloran por su madre]
Leila puso los ojos en blanco ante esta respuesta.
[Los dejé con mi hermana, en fín, Mua, adios querído]
Saludo ella mientras abría la puerta y salía de la habitación la cual daba a un pasillo, estaban en el segundo piso, por lo que mientras ella se alejaba, se podían oír los sonidos de sus pisadas por la casa.
[Adios!]
Milesnegó con la cabeza, y pensó.
¿No sabe ella que su hermana es una drogadicta?
Esos niños estaban perdídos con familiares como estos.
Pensó así, pero no le importó mas este asunto.
En su lugar, pensó en otra cosa.
"Jefe, creo que esta vez será mi última jugada, necesito dinero, asi que dame algo bueno"
Esta fue una conversacion que tuvo ayer.
Alexander parecía apresurado y urgído de dinero, no lo entendió en ese momento, pero ahora parecía entender.
[¡Ja!, ese tipo se fugó con la puta]
No pudo evitar reír por esto.
Pensando así, pensó que entonces ese tipo debería regresar pronto por el dinero tras cumplír su misión.
En ese momento finalmente comenzó a hojear su libreta mientras veía lo que tenia que hacer con su trabajo.
Esta libreta tenía toda la información de varias misiones que habia tenido en el pasado o datos e informacion importante.
Claro, cosas secretas estaban bien guardadas, y lo que tenía escrito aquí eran cosas de no mucha importancia, solamente algunas misiones que le pasan y luego el reemite a algunos trabajadores.
El trabajo de asesino tampoco era que fuera demaciado abundante.
Amenudo estos trabajos solo se daban de la gente rica, pero estos tipos tienen mas formas de matar que simplemente mandando a una organización como la suya.
Aveces incluso no es necesario mandar a nadie y se toman el trabajo en su cuenta.
Al ser tipos ricos, cubrír un asesinato es muy facil.
Por lo que las misiones no eran muchas, pero almenos, había trabajo.
Un ejemplo era la misión a la que fue mandado Alexander.
Un tipo rico dio una gran suma de dinero acambio de sabotear los movimientos de michael krupp.
La Misión era simple saboteo para negocios grandes, y si el otro lado era un tipo pequeño, entonces matarlo, así con el atrevido que quisiera meterce con krupp lo pensaria dos veces antes de hacer algo.
El otro lado fue muy generoso, y justo la semana pasada resibió la noticia de un tal victor Muller, un tipo desconocido que se hizo con la amistad de Michael.
La comición por muerte era bastante jugoza, y tanto el mismo cómo el de arriba pensaron que esto era simplemente que le arrojaran dinero a la cara así nada mas, por lo que tras una semana de investigación, se supo que el otro lado no tenía antecedentes, era un total desconocido, incluso se descubrió su expediente con mucha facilidad y se supo su historia, un nuevo rico.
Finalmente, se notó que la persona actuaba con bastante arrogancia y sin tomar seguridad, por lo que pensaron que podrían matarlo muy facilmente.
Ahí apareció Alexander, uno de los mas habiles en su grupo.
Este tipo no era tan fuerte, pero sus habilidades de sigilo e infiltración eran de las mejores.
Para ese momento, supuso que ese tal Victor Muller ya habría muerto y le tocaba esperar simplemente la llegada de Alexander.
[Bien, 50,000$ a la mano, muy facil]
Una sonrisa apareció en la cara de Miles mientras rrebisaba si tenía alguna otra misión.
En cuanto a la ganancia de Alexander, serían solo mil dólares.
Buscó si había algo de importancia, pero tras hojear su contenido, no encontro nada.
Parecía que el trabajo de esta semana no era tan bueno.
Tal vez era alguna otra organización la que se estaba metiendo con ellos.
Desde que estados unídos, francia, la unión soviética y gran bretaña se unieron y repartieron la ciudad, el conflicto de pandillas se hizo mas duro que nunca, su trabajo, que antes tenia de 5 a 10 empleos por semana, ahora bajó a uno solo.
Era una lástima.
*Pac*
Miles cerró el libro y se levantó de la cama mientras pensaba que era hora de salír de la casa.
Tenía que ir a trabajar al bar como de costumbre.
Levantándose, ajustó su cinturon sobre su barriga inchada, y peino su cabello castaño hacia atrás con algo de gomína.
Miró su barba alborotada y sus sienes que ya tenían canas, y pensó si sería bueno ir al barbero.
Tomando su billetera, se ajustó todo en su bolsa y metió una pistola en su chaqueta tras rebisar que el cargador estuviera lleno.
Con esto listo, se preparó para salír.
Abrió la puerta con familiaridad.
Esta crujió suabemente, y pensó que debería engrasar las bisagras.
Almenos, estas no crujían tanto como las bisagras de la puerta de enfrente de la casa, cuando esta se abría, el ruido llegaba a toda la casa con el sonido rechinante, haciendo que incluso los vecinos se quejaran aveces.
Miles estaba pensando esto, cuando derrepente se detuvo.
La confución apareció en su rostro.
¿Cuanto tiempo que habia salído leila?
Las pisadas del suelo dejaron de sonar, y sin embargo, el sonido chirreante e irritante de la puerta de adelante nunca sonó.
Los pensamientos llenaron rápido la mente de Miles y sintió que algo andaba mal.
apresuradamente dió unos pasos hacia atrás e intentó sacar su pistola de su chaqueta.
Alcansándola, se sintió algo alibiado cuando una sensación de mareo y somnolencia lo llenó.
[Uhg, ¿Q-que?]
Miles se tambaleó y calló hacia adelante.
La puerta ya estaba abierta y cuando calló sobre el piso de madera rugosa, la mitad de su cuerpo había salido por la puerta.
Con la mirada borrosa y aturdida, finalmente pudo ver que en la puerta, estaba Leila tirada en el suelo justo delante de la puerta, y en la sala, estaban varias personas con máscaras antigas, entre esos, una mujer de blanco que parecía tener unas grandes alas que batían algo azul, y a su lado, el único hombre sin máscara, un tipo con parche y que miraba a leila con interés.
Lo último que parecio escuchar del otro lado fue.
[¿Eh?, ¿Esa Lisa es tan desafortunada?]
Y con esto, miles calló inconciente en un profundo sueño.