El aire en la sala de operaciones estaba pesado. No por la temperatura, sino por la tensión que se respiraba en cada rincón. Las luces tenues de los monitores proyectaban sombras danzantes en las paredes, mientras los ojos de James Holden seguían fijos en la pantalla principal. Allí, sobre el mapa del Laboratorio Militar Watterson, pequeños puntos de luz indicaban las posiciones de los equipos de campo.
El director de la misión, el coronel Masters, de pie al frente de la sala, permanecía inmóvil, observando el desarrollo en tiempo real. Las palabras escasas y tensas que cruzaban el aire eran sólo lo necesario para coordinar cada movimiento. Holden, sentado a un lado, intentaba mantener su mente fría. Su trabajo era dar soporte en inteligencia, proporcionar los datos y análisis que facilitarían la captura, pero las cosas nunca eran tan simples como eso. Sabía que cualquier error, por pequeño que fuera, podría convertir esa operación en un desastre diplomático.
"Equipo Alpha, procedan con la entrada", se escuchó la voz metálica del comandante de campo a través de los auriculares de Holden.
James tomó aire. Sabía lo que estaba en juego. Esos espías no eran simples infiltrados. Sergei Ivanov y Olga Petrova, ambos operativos del GRU ruso, llevaban años activos en operaciones similares. Sus fichas habían estado en su escritorio durante meses, pero sólo ahora, después de múltiples movimientos y errores sutiles, habían logrado cerrar la red en torno a ellos. Liang Wei y Zhou Fang, los otros dos miembros, representaban el ala china del grupo, expertos en infiltración científica, especialistas en sustracción de tecnología.
"Holden, tenemos confirmación de las cámaras. Están en el ala oeste. Tiempo estimado, dos minutos", informó una voz desde la consola de vigilancia.
"Recibido", murmuró James, mientras anotaba algo en su tableta. Tenían que ser precisos. Rápidos. El equipo táctico estaba a un paso de la confrontación, y con dos potencias nucleares involucradas, no había margen para el error.
Sus ojos volvieron al monitor cuando el coronel Masters habló: "Iniciamos la fase final. No podemos permitir que escapen con los datos. Y menos aún, con las muestras."
Holden sentía un hormigueo en la nuca. Ese laboratorio contenía algunos de los secretos mejor guardados de la nación. Las pruebas del suero de supersoldado habían sido un punto de controversia y orgullo en partes iguales, pero lo que muchos desconocían era que los avances más delicados estaban vinculados a las exarmaduras avanzadas. Si los rusos y chinos lograban robar esos datos...
"No va a pasar", murmuró para sí mismo. No si él podía evitarlo.
"Equipo Bravo, flanqueen el perímetro. Cierre en cinco segundos", ordenó el comandante.
Holden observó la pantalla mientras los agentes se movían como sombras en la oscuridad. La tecnología de camuflaje de las exarmaduras tácticas era casi perfecta, y aún así, una pequeña chispa de duda se encendió en su pecho. ¿Y si los espías tenían un as bajo la manga?
"Estamos dentro", dijo la voz del líder del equipo Alpha. Holden se inclinó hacia adelante, sus dedos crispados en el borde de la mesa.
La cámara mostró la imagen de Ivanov en el pasillo del ala oeste, su rostro tallado en una máscara de concentración mientras manipulaba un pequeño dispositivo. Holden lo reconoció al instante: un recolector de datos. Las manos de Ivanov eran rápidas, su experiencia obvia.
"Sujeto identificado. Ivanov. Procedemos a la captura", susurró el comandante Alpha.
El pulso de James se aceleró. Este era el momento decisivo.
La cámara giró de repente, enfocando a Olga Petrova. Ella estaba en la sala contigua, colocando un pequeño vial en una maleta. Una muestra del suero, pensó Holden. Si ese vial salía del edificio, las consecuencias serían catastróficas.
De repente, todo ocurrió demasiado rápido.
"¡Alto! ¡Manos arriba!" La voz del líder Alpha resonó a través del micrófono. Ivanov levantó la vista, pero en lugar de detenerse, sus manos se movieron hacia su cinturón.
Holden apretó los dientes. "No lo hagas..."
Pero lo hizo. Ivanov activó un dispositivo de contramedidas. Las luces parpadearon y las cámaras se apagaron brevemente. El caos se apoderó del equipo de operaciones.
"¡Perdemos imagen!", gritó alguien desde el control de video.
El corazón de Holden martilleaba en su pecho. "Recuperen las cámaras. ¡Ya!"
Un segundo que parecía una eternidad. Dos. Tres. Finalmente, la imagen regresó.
Petrova estaba siendo reducida por dos agentes Alpha, sus brazos retorcidos en la espalda mientras gritaba algo en ruso. Ivanov, por su parte, había sido derribado antes de que pudiera usar su dispositivo. El resto del equipo se movía hacia la ubicación de Liang Wei y Zhou Fang, que intentaban huir por un pasillo secundario. No había salida.
"Tenemos a los cuatro", dijo la voz del comandante Alpha, su tono seco pero cargado de alivio.
Holden exhaló lentamente. Se sentía como si hubiera estado conteniendo el aliento durante todo el tiempo. El riesgo había sido inmenso, pero habían conseguido evitar lo peor.
"Buen trabajo", dijo el coronel Masters, su rostro finalmente relajándose. "Esto va a ser una bomba diplomática, pero al menos hemos contenido la fuga."
James miró las imágenes de los detenidos mientras eran escoltados fuera del laboratorio. Aún quedaban muchas preguntas. ¿Quién más estaba involucrado? ¿Cuántos de estos espías seguían activos dentro de las fronteras de su país? El juego de ajedrez que era la inteligencia internacional nunca se detenía, y esto era solo un movimiento más.
Pero por ahora, había ganado. Por ahora, habían detenido una catástrofe.
Sin embargo, James sabía que no iba a dormir tranquilo esa noche.
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Informe de Seguridad - 6 de junio de 2043: Detención de Espías Internacionales en Laboratorios Militares
En un golpe inesperado a la seguridad interna de los Estados Unidos, un grupo de espías, presuntamente vinculados a Rusia y China, ha sido detenido por las autoridades tras infiltrarse en laboratorios militares altamente clasificados. Los agentes fueron capturados mientras intentaban robar datos críticos relacionados con el desarrollo del suero de supersoldado y las exarmaduras avanzadas. Este incidente ha exacerbado las tensiones internacionales, generando una crisis diplomática de proporciones alarmantes.
Detalles de la Operación:
La detención se llevó a cabo gracias a un operativo encubierto que venía desarrollándose desde hacía meses, en coordinación con la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y el FBI. Los servicios de inteligencia estadounidenses ya habían recibido alertas sobre un posible intento de infiltración por parte de agentes extranjeros tras las recientes filtraciones de documentos sensibles sobre programas militares. El seguimiento de actividades sospechosas condujo a la vigilancia cercana de instalaciones científicas y militares clave.
El grupo de espías fue interceptado en el Laboratorio Militar Watterson, una instalación dedicada al desarrollo de tecnología de supersoldados y sistemas de exarmaduras avanzadas. Este laboratorio ha estado en el centro de las investigaciones más vanguardistas sobre modificación genética y bioingeniería militar.
Espías detenidos:
1. Sergei Ivanov - Un exoficial del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), Sergei Ivanov es un veterano en operaciones de inteligencia de alto nivel. Conocido por su habilidad para la infiltración y su expertise en ciberespionaje, se sospecha que Ivanov llevaba más de dos años infiltrado en los círculos académicos de investigación genética en los Estados Unidos. Sus conexiones con agentes encubiertos chinos también han sido confirmadas en comunicaciones interceptadas por la NSA.
2. Liang Wei - Oficial de inteligencia del Ministerio de Seguridad del Estado de China, Liang Wei ha sido vinculado a múltiples operaciones de espionaje industrial y militar en todo el mundo. Su especialidad es la extracción de datos y sabotaje tecnológico. Las autoridades creen que Liang se encargaba de la transferencia de la información robada hacia redes encriptadas que luego serían accesibles por el gobierno chino.
3. Olga Petrova - Petrova, una agente encubierta del GRU (Dirección Principal de Inteligencia de Rusia), fue arrestada en el interior del laboratorio con dispositivos avanzados de recopilación de datos. Su misión principal, según los informes preliminares, era obtener muestras físicas del suero de supersoldado, así como planos de las exarmaduras. Su historial sugiere que estuvo involucrada en otros intentos previos de espionaje relacionados con tecnología militar avanzada.
4. Zhou Fang - Científico y oficial de enlace con el gobierno chino, Zhou Fang había estado trabajando encubierto como investigador colaborador en instituciones científicas de los EE.UU. La inteligencia estadounidense descubrió que Fang jugaba un papel clave en la adquisición de datos de investigación genómica, y también se sospecha que ayudaba a coordinar los esfuerzos de espionaje de sus compatriotas.
Implicaciones Diplomáticas:
La detención de estos agentes ha desatado una tormenta diplomática sin precedentes. Ambas embajadas, tanto la rusa como la china, han negado cualquier involucramiento oficial en las actividades de los espías. En un comunicado emitido por el embajador ruso, se afirmó que las acusaciones son "infundadas y parte de una campaña de desinformación dirigida a desacreditar a Rusia en la arena internacional". La embajada china también rechazó categóricamente las acusaciones, calificándolas de "provocaciones sin base alguna, destinadas a enturbiar las relaciones bilaterales en un momento crítico".
Sin embargo, las pruebas encontradas en poder de los detenidos, incluidos dispositivos de almacenamiento con información altamente clasificada sobre el suero de supersoldado y las exarmaduras, indican lo contrario. El Departamento de Defensa ha mantenido la postura de que las pruebas son contundentes y que se tomará "cualquier acción necesaria" para proteger la seguridad nacional.
Reacciones Internacionales:
La reacción ha sido inmediata y severa. A nivel interno, el Congreso de los EE.UU. ya está exigiendo respuestas sobre cómo los espías lograron infiltrarse en instalaciones tan sensibles. Algunos legisladores han pedido una revisión urgente de los protocolos de seguridad y mayores controles sobre la colaboración internacional en investigaciones científicas.
Mientras tanto, las relaciones con Rusia y China, que ya eran tensas debido a las recientes filtraciones y la expansión de los portales dimensionales, se encuentran ahora en su punto más bajo en años. Analistas sugieren que este incidente podría desencadenar sanciones más agresivas contra ambas naciones, así como una mayor militarización de las investigaciones científicas en el futuro cercano.
El presidente de los EE.UU. ha convocado una reunión urgente con los líderes del Pentágono y de la inteligencia nacional, mientras que aliados de la OTAN han expresado su preocupación por la seguridad compartida. "Este es un ataque directo a nuestra soberanía tecnológica y militar", declaró un portavoz de la Casa Blanca.
Perspectivas Futuras:
Los expertos temen que este incidente pueda provocar una escalada de tensiones en áreas fuera del espionaje. Con las pruebas genéticas avanzadas y las exarmaduras siendo el centro de múltiples proyectos militares en todo el mundo, el robo de estos secretos podría alterar significativamente el equilibrio de poder global.
Se espera que en los próximos días, se revelen más detalles sobre el alcance real del espionaje. Mientras tanto, los detenidos están siendo interrogados en una instalación secreta, y las investigaciones para descubrir a otros posibles infiltrados continúan a nivel nacional e internacional.