Cecilia Hartmann había visto suficientes crisis globales en su carrera para saber que la coordinación internacional nunca era sencilla. Las naciones, atrapadas en sus viejas rivalidades, siempre encontraban formas de politizar las emergencias. Pero esta vez, el mundo estaba literalmente desmoronándose ante sus ojos. Los portales seguían abriéndose, lanzando oleadas de criaturas inhumanas, y en lugar de unirse, los líderes del mundo parecían más preocupados por sus diferencias que por la supervivencia de la humanidad.
En la sala de mando, las pantallas mostraban imágenes del caos en todo el planeta. Pero lo que más inquietaba a Cecilia no eran los portales, sino la falta de coordinación entre los países. El director Jonathan Price seguía intentando mantener conversaciones diplomáticas, pero las líneas de comunicación con ciertas naciones se complicaban con cada minuto que pasaba.
—Hartmann —llamó Price desde el otro lado de la sala, con una expresión de agotamiento en su rostro—. Acabo de colgar con Moscú. Nos están acusando de aprovechar los portales para expandir nuestra influencia militar en Europa del Este.
Cecilia cerró los ojos por un segundo, dejando que la frustración pasara antes de hablar. No era una sorpresa que los rusos desconfiaran de los movimientos militares de la OTAN, pero en medio de una crisis global, el hecho de que todavía estuvieran más centrados en la política territorial que en los portales era absurdo.
—¿Y qué respuesta les diste? —preguntó, intentando mantener la calma.
—La de siempre: que nuestras tropas están desplegadas en áreas críticas para contener las criaturas —respondió Price, con una sonrisa amarga—. No les importa. Dicen que esto es una excusa para aumentar nuestra presencia militar cerca de sus fronteras.
Cecilia negó con la cabeza, volviendo a la mesa de operaciones. Samuel Walker estaba esperando con un informe.
—¿Qué sabemos de la situación en China? —preguntó Cecilia, con la esperanza de que, al menos allí, las cosas fueran diferentes.
—No mucho. Beijing ha limitado las comunicaciones con nosotros —respondió Walker, bajando la mirada—. Dicen que están lidiando con sus propios portales y que no pueden compartir información sensible por "motivos de seguridad nacional".
Cecilia sintió una oleada de frustración. Era lo mismo en todas partes. En lugar de colaborar, las potencias mundiales se refugiaban en el secretismo y la paranoia, incapaces de superar las viejas tensiones. Rusia veía en cada movimiento de la OTAN una amenaza a su soberanía. China, con su característico control férreo sobre la información, no compartía detalles que pudieran salvar miles de vidas, y mientras tanto, las criaturas seguían desatadas.
—Están más preocupados por mantener sus secretos que por detener los portales —murmuró Walker, sin poder disimular el tono de desilusión.
Cecilia lo miró por un momento, comprendiendo su frustración. Singapur, Moscú, Los Ángeles... ciudades en llamas mientras los líderes discutían sobre quién estaba aprovechando mejor el caos. La idea de que los portales pudieran usarse como una herramienta de poder geopolítico no era descabellada, pero en ese momento, lo que importaba era la supervivencia humana.
Mientras revisaba los últimos informes, una comunicación interrumpida desde Europa le llamó la atención. Francia y Alemania estaban chocando sobre los derechos de paso de las tropas extranjeras en sus territorios. Los franceses querían bloquear cualquier refuerzo militar adicional de la OTAN, mientras que los alemanes, temiendo que un portal pudiera abrirse en Berlín, insistían en recibir más ayuda. Todo estaba al borde de desmoronarse.
—No podemos seguir así —dijo Cecilia en voz baja, apretando los puños—. Necesitamos un frente unido, o no vamos a sobrevivir a esto.
Price se acercó, habiendo escuchado sus palabras. Su expresión era dura, pero sabía que Cecilia tenía razón. Los problemas entre los países estaban creando un obstáculo mayor que los portales en sí.
—Hartmann, los diplomáticos están trabajando en ello, pero necesitamos ganar tiempo. Debes asegurarte de que nuestras tropas en terreno sigan adelante, con o sin el apoyo de nuestros "aliados" —dijo, haciendo énfasis en la última palabra con sarcasmo—. No podemos quedarnos esperando que todo se solucione por sí solo.
Cecilia asintió, sabiendo lo que eso implicaba. Si las tensiones políticas continuaban, la posibilidad de una colaboración global efectiva se desvanecería. Cada nación estaba viendo los portales como una oportunidad o una amenaza estratégica, y no como el desastre colectivo que eran.
De repente, un mensaje en una de las pantallas de Walker captó su atención. Un nuevo portal había sido detectado en la frontera entre Corea del Norte y del Sur, una de las zonas más tensas del mundo. Las tropas de ambos lados ya estaban en alerta máxima, y la aparición de un portal no haría más que escalar la situación.
—Esto va a descontrolarse —murmuró Walker—. Si los norcoreanos ven esto como un ataque o una invasión, podríamos estar en el borde de una guerra.
Cecilia maldijo para sí misma. El mundo no estaba preparado para lo que venía. Mientras los portales seguían abriéndose, los viejos conflictos solo crecían, y cada nueva crisis hacía más difícil contener las verdaderas amenazas.
—Asegúrate de que el Pentágono esté al tanto de la situación en Corea —dijo, sus palabras rápidas y concisas—. Y prepárate para lo peor. Si hay una escalada en la península, no habrá manera de detenerlo.
Mientras los analistas comenzaban a movilizarse, Cecilia se dio cuenta de algo: no solo estaban luchando contra criaturas y portales. Estaban luchando contra la desconfianza, la arrogancia y la ceguera política de los líderes del mundo. Y si no lograban unirlos, el verdadero peligro no sería lo que saliera de los portales, sino la autodestrucción de la humanidad misma.
Sabía que no iba a ser fácil. Pero si alguien podía manejar la tensión y el caos, era ella.
—Esto apenas comienza —susurró para sí misma, mientras miraba las pantallas parpadeantes—.
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15 de junio de 2043: Primer Avistamiento de Múltiples Portales Simultáneos
El día que el mundo temía finalmente llegó. La mañana del 15 de junio de 2043, el pánico se extendió cuando múltiples portales comenzaron a abrirse simultáneamente en distintos puntos del planeta. Era la primera vez que se presenciaba un fenómeno de esta magnitud. En cuestión de horas, informes de todo el mundo inundaron los canales de comunicación militar y de emergencias: Tokio, Berlín, Nueva York, Moscú, Ciudad de México, y varias otras ciudades importantes informaban la presencia de portales con criaturas atravesándolos o en proceso de hacerlo.
El caos no tardó en desatarse. Las fuerzas militares en cada nación estaban en alerta máxima, pero el reto logístico de coordinarse a nivel internacional en un escenario de múltiples amenazas dispersas representaba una prueba sin precedentes.
Proyecto Centinela: La Respuesta Internacional
Ante la magnitud de la crisis, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas convocó una sesión de emergencia para desarrollar una estrategia global. Los mejores expertos en defensa, ciencia y tecnología se reunieron para discutir un plan que permitiera detectar portales con mayor antelación, en lugar de depender de avistamientos fortuitos. Así nació el Proyecto Centinela, un ambicioso programa de satélites que, utilizando tecnología avanzada, tendría la capacidad de escanear en tiempo real la atmósfera terrestre para detectar anomalías energéticas y dimensionales.
El sistema Centinela no solo ayudaría a rastrear portales, sino que también proporcionaría alertas tempranas a las fuerzas militares y de seguridad en todo el mundo, permitiendo una respuesta más rápida y organizada. Sin embargo, el despliegue completo del sistema llevaría tiempo, y el mundo aún tendría que lidiar con la amenaza inmediata.
Escenas de Impacto Global
El impacto de los portales simultáneos fue devastador. A continuación, se presentan algunos relatos de aquellos que vivieron la experiencia de primera mano.
Sargento First Class Jack O'Neill – Ciudad de Nueva York, EE. UU.
"Estábamos en una misión de rutina en Manhattan cuando lo vimos. Al principio, fue solo una especie de grieta en el cielo, un destello que parecía un rayo, pero más... oscuro, ¿sabes? En segundos, el portal se abrió por completo, y de él emergieron esas criaturas. No son de este mundo, eso es seguro. Eran masivas, con tentáculos y una piel que parecía brillar en la oscuridad, y atacaron todo lo que encontraron. Tuvimos que evacuar lo más rápido que pudimos, pero la multitud estaba descontrolada. Era como si el miedo los paralizara. Logramos contenerlos en una esquina de Central Park hasta que llegaron refuerzos. Pero si esos satélites no entran en funcionamiento pronto, no sé cuánto tiempo más podremos sostener esto."
Liang Wei – Civil, Shanghái, China
"Era la hora de la comida cuando ocurrió. Estaba caminando hacia mi trabajo cuando sentí una vibración en el aire, como un zumbido extraño. Miré hacia el cielo y allí estaba... un agujero flotando, expandiéndose rápidamente. Todos a mi alrededor estaban confundidos, algunos comenzaron a correr, otros simplemente se quedaron mirando. Yo no sabía qué hacer. De repente, unas criaturas enormes comenzaron a salir. Tenían mandíbulas llenas de dientes y una especie de garras. La gente gritaba, era un caos total. Corrí lo más rápido que pude. Por suerte, vi a un grupo de soldados entrando en la ciudad, pero no sé qué fue de ellos."
Capitán Renata Kovac – Fuerzas de Defensa, Berlín, Alemania
"El protocolo de emergencia se activó cuando uno de los portales apareció cerca de Alexanderplatz. Sabíamos que estos portales eran peligrosos, pero lo que no esperábamos era que aparecieran varios al mismo tiempo. En Berlín, nuestro equipo logró contener la amenaza, pero tuvimos bajas. Fue una operación complicada, y mientras luchábamos en una ubicación, llegaban informes de más portales abriéndose en otras partes de la ciudad. Los refuerzos no daban abasto, y los civiles estaban aterrorizados. No importa cuántos años de entrenamiento tengas, nada te prepara para ver monstruos atravesando otra dimensión. Nos estamos adaptando, pero va a ser una guerra larga."
Impacto en la Sociedad
Los civiles, al igual que los soldados, enfrentaron el terror de lo desconocido. Mientras las criaturas invadían las calles y el cielo se rasgaba con portales que parecían tragarse todo a su alrededor, se desató el pánico. Familias enteras se encontraban huyendo de sus casas, buscando refugios improvisados o escondites en las ciudades devastadas. Las estaciones de radio y televisión no tardaron en emitir alertas de evacuación, pero para muchos, fue demasiado tarde.
Los medios de comunicación comenzaron a transmitir en vivo el desarrollo de la crisis, mostrando imágenes impactantes: criaturas destruyendo edificios, soldados enfrentándose a hordas de seres que no parecían tener fin, y la desesperación de quienes trataban de sobrevivir. Los periodistas arriesgaban sus vidas para documentar lo que algunos ya comenzaban a llamar "El Día de los Portales".
Reacciones Globales
Las reacciones internacionales fueron inmediatas. El presidente de los Estados Unidos, junto a otros líderes del G7, convocó una cumbre de emergencia para abordar la crisis. La situación también exacerbó las tensiones entre naciones, ya que algunos gobiernos acusaban a otros de no compartir información clave sobre investigaciones de portales, lo que alimentaba teorías conspirativas sobre la creación intencionada de los portales para obtener ventajas estratégicas.
Mientras tanto, las organizaciones criminales, aprovechando el caos, comenzaron a movilizar recursos en áreas afectadas, intensificando sus actividades ilícitas como tráfico de armas y control de zonas sin ley.
El Futuro Incierto
Aunque el Proyecto Centinela prometía una solución a largo plazo, en ese momento la realidad era cruda: la humanidad estaba en guerra contra fuerzas desconocidas. Cada minuto que pasaba, la aparición de más portales representaba una amenaza creciente. La coordinación entre las fuerzas militares y civiles sería esencial, pero, como admitió Holden en una reunión interna de la Agencia de Seguridad Nacional: "Estamos a un paso de que el mundo entre en un caos total, y no tenemos idea de cuántos más portales van a abrirse."
El 15 de junio de 2043 no solo marcó un nuevo capítulo en la lucha contra las criaturas de los portales. Fue también el día en que el mundo se dio cuenta de que la batalla apenas estaba comenzando, y que los desafíos por delante serían mucho más grandes de lo que cualquier nación podría haber anticipado.