El viento arrastraba el polvo por las calles vacías de la ciudad H mientras el convoy del equipo de los "Lobos Carmesí" avanzaba con cautela. No había señales de vida civil. Todo estaba en ruinas, con vehículos abandonados y edificios dañados. Los carroñeros que habían aprovechado el caos cuando el portal se salió de control fueron eliminados en su mayoría por el equipo de contención enviado antes, pero la amenaza principal seguía presente: el portal en el sótano de una pequeña casa, oculto a simple vista, había desencadenado todo esto.
Cecilia lideraba el grupo desde el frente, con Jhon a su lado. El convoy estaba compuesto por dos grupos: más de la mitad del escuadrón de los Lobos Carmesí y un destacamento de soldados no mejorados genéticamente. El resto de los Lobos, incluidos Olivia "Olive", William, Carlos, Christian y Sarah, estaban bajo el mando de Jhon y se quedarían para asegurar el perímetro y encargarse del portal.
—¿Estás listo? —preguntó Cecilia, su tono firme pero confiado.
—Como siempre —respondió Jhon, revisando su equipo mientras avanzaban hacia el objetivo.
Habían recibido informes de firmas energéticas anómalas provenientes de una pequeña casa al sur de la ciudad. Las lecturas eran similares a las de otros portales que ya habían encontrado, pero la fluctuación de energía indicaba algo inestable. Para Jhon, esta misión parecía más peligrosa de lo que los informes sugerían.
El convoy se detuvo frente a la casa. No era más que una pequeña estructura oculta entre los escombros, de apariencia común. Sin embargo, los detectores mostraban algo más profundo. Cecilia y Jhon intercambiaron una mirada antes de que ambos lideraran al equipo hacia la entrada.
—El equipo de contención ya limpió esta área, pero el portal sigue activo. Su energía es fluctuante, pero no debemos subestimarlo —dijo Cecilia, mientras su equipo desplegaba escáneres a la entrada.
Dentro de la casa, el ambiente era extraño. No había nada que indicara la actividad que había desatado el caos en la ciudad, salvo por la densa sensación en el aire. La estructura parecía abandonada, pero las lecturas energéticas sugerían lo contrario. Mientras avanzaban, Olivia fue la primera en detectar algo anómalo.
—Tengo lecturas extrañas, más allá de lo que el portal debería estar emitiendo —comentó, ajustando su visor.
Se movieron en formación hacia el sótano. Cuando llegaron a la puerta que descendía hacia el origen de la energía, un fuerte olor a ozono invadió sus narices. Abrieron la puerta y, al descender, encontraron lo que menos esperaban.
El sótano estaba decorado con extraños símbolos pintados en las paredes. En el centro, el portal brillaba con un resplandor azulado, rodeado por cuerpos, algunos de los cuales parecían haber muerto hace poco. Había figuras encapuchadas que, al ver al equipo de los Lobos Carmesí, comenzaron a moverse con rapidez.
—¡Hostiles! —gritó Jhon, levantando su rifle.
Los encapuchados, ahora claramente miembros de algún tipo de secta, se abalanzaron sobre ellos. Los Lobos Carmesí reaccionaron con la rapidez y precisión que los caracterizaba. Olivia y Sarah tomaron posiciones de cobertura, mientras Christian y Carlos se enfrentaban a los atacantes con disparos precisos. Jhon se movió hacia el centro de la sala, cubriendo a William mientras éste trataba de llegar al portal para obtener una lectura más precisa.
Los enemigos no eran numerosos, pero se movían con una velocidad y coordinación inusuales. Sus ataques eran feroces, como si no tuvieran miedo de morir. Sin embargo, los Lobos Carmesí tenían el entrenamiento y la experiencia de su lado. Uno tras otro, los encapuchados cayeron bajo el fuego del equipo.
Cuando el último de los enemigos fue abatido, Jhon se agachó junto a uno de los cuerpos, inspeccionando sus túnicas. Los símbolos que llevaban eran perturbadores, pero no reconocibles. Era evidente que este grupo había intentado controlar el portal por medios desconocidos, y algo había salido terriblemente mal.
—No parecen simples criminales —dijo Christian, mientras revisaba otro de los cuerpos—. Esto es más grande.
—Es una secta —respondió Jhon, su ceño fruncido—. No sé qué están haciendo, pero está claro que esto no es una operación criminal común.
—Aún no lo sabemos, y no es nuestra misión averiguarlo —dijo Cecilia, quien había llegado después de que la batalla había terminado—. Tenemos órdenes claras de contener este portal, no de investigar una secta.
Cecilia se comunicó rápidamente con el alto mando para reportar lo sucedido. Mientras lo hacía, el portal en el centro del sótano seguía pulsando con energía inestable. Las lecturas mostraban fluctuaciones, pero no parecía estar creciendo.
—Recibí nuevas órdenes —anunció Cecilia, volviendo a reunirse con el equipo—. Hay otra situación crítica en el noreste, y debo llevarme a parte del equipo. Jhon, te quedarás aquí con el resto para contener el portal hasta que podamos enviar refuerzos.
Jhon asintió, aunque por dentro no estaba convencido de que la situación fuera tan sencilla. Algo sobre ese portal y los símbolos en las paredes lo inquietaba profundamente.
—No te preocupes, lo mantendremos bajo control —respondió Jhon, mirando a su equipo. Sabía que podían hacerlo.
Cecilia asintió y comenzó a dar las órdenes para reorganizar el convoy. Más de la mitad de los Lobos Carmesí y los soldados no mejorados se prepararon para partir con ella, dejando a Jhon con Olivia, William, Carlos, Christian, Sarah y la docena de soldados restantes.
—No te fallaremos —dijo Jhon, observando cómo el convoy se alejaba en dirección al noreste.
Cuando el equipo se quedó solo, Jhon miró el portal que seguía brillando en el sótano. Sabía que el verdadero desafío estaba por venir. La ciudad estaba desolada y la situación no estaba completamente bajo control. Mientras el viento soplaba a través de las calles vacías, Jhon no podía sacudirse la sensación de que algo mucho más oscuro estaba en marcha, algo que aún no comprendían.
1 de Marzo de 2055
Día 1 - Llegada y División del Equipo
Hoy llegamos a la ciudad H como parte de los "Lobos Carmesí", el equipo élite de operaciones especiales liderado por Cecilia. El ambiente es tenso. La ciudad está desolada, no por el tiempo, sino por el caos que el portal ha desatado desde que se abrió en el sótano de una pequeña casa, aparentemente oculta. Los informes previos ya nos advertían sobre una inusual concentración de energía, pero la realidad que encontramos aquí es peor de lo esperado.
Nada más llegar, el alto mando envió nuevas órdenes para Cecilia y más de la mitad del equipo. Los detalles son confidenciales, pero lo suficiente críticos como para retirarla junto con un grupo significativo de nuestros soldados. Mientras ellos partían a otra ubicación para contener otros portales, nosotros, 15 en total, recibimos la tarea de asegurar y, si fuera posible, cerrar el portal aquí en la ciudad H.
Equipo en el terreno:
Olivia "Olive", especialista en reconocimiento y comunicaciones.
William, ingeniero y experto en tecnología energética.
Carlos, táctico y francotirador.
Christian, especialista en combate cuerpo a cuerpo y explosivos.
Sarah, médica de campo y apoyo logístico.
Una docena de soldados no mejorados genéticamente que nos apoyarán en la contención.
La misión principal es clara: contener el portal en H y esperar refuerzos. Sin embargo, el panorama no es tan sencillo. Aunque las comunicaciones con el exterior aún funcionan, estamos conscientes de que la situación es precaria y podría cambiar en cualquier momento. El equipo de contención anterior hizo un buen trabajo despejando la mayoría de los carroñeros que escaparon del portal, pero el verdadero peligro sigue siendo la energía inestable que sigue emitiendo.
Sabemos que este portal no es natural, fue abierto intencionalmente. El sótano donde se encuentra el portal estaba oculto en una pequeña casa, aparentemente sin relevancia, pero los signos de actividad previa son innegables. Aún no sabemos quién está detrás de esto, pero sospechamos que podrían ser grupos organizados, posiblemente del crimen. Lo que nos inquieta es que los símbolos que hemos encontrado en las paredes del sótano parecen más ritualísticos que tecnológicos.
Por ahora, el equipo está dividido en tareas específicas:
Olive y William están trabajando en monitorear la energía del portal para establecer una barrera temporal y evitar que la situación empeore. Las fluctuaciones son preocupantes, y cualquier error podría hacer que el portal crezca o, peor aún, se descontrole.
Carlos y Christian están asegurando el perímetro. Aunque no hay señales inmediatas de más carroñeros, no podemos arriesgarnos. Esta ciudad es un campo de batalla, y cualquier movimiento en falso podría atraer más criaturas.
Sarah se encarga de mantener al equipo en condiciones óptimas. La fatiga y el estrés ya son evidentes en algunos de los soldados no mejorados, y estamos preparados para una larga espera.
La energía alrededor del portal sigue siendo volátil, y aunque no hay un crecimiento notable, todos sabemos que puede cambiar en cuestión de minutos. William ha sugerido que podríamos intentar una contención temporal hasta que lleguen refuerzos, pero eso requerirá usar tecnología experimental que aún no hemos probado en este tipo de situación. Nos debatimos entre tomar esa decisión o simplemente seguir conteniéndolo lo mejor que podamos.
Por ahora, nos mantenemos alerta. Sabemos que esta ciudad aún guarda muchos secretos, y lo que sea que provocó esta anomalía no ha desaparecido del todo.